Por Diego Rojas Arce
Son cinco para las nueve de la noche. Es medio Movistar Arena. Una localidad sorprendentemente no agotada que espera a Wos. Parte del nuevo rock and roll argentino. El show comienza sólido, un sonido imponente y dejándote algo en claro: el rock no es descartable. A banda completa e iluminado por un foco solitario, el argentino llena el escenario.
El sonido instrumental es demoledor y bien logrado. Hay músicos de sesión funcionales y activos para un show que se sostiene, de acuerdo a los antecedentes, en su poderío y energía en vivo. El único punto en contra es la dificultad para escuchar la voz de Wos, pero para el fanático duro presente en el ex Arena Santiago es irrelevante. Las letras se las saben. El mayor distintivo es visible, en el público hay diversidad. Desde el zorrón con brazos de gimnasio hasta el rapero de huesos amarillos, pasando por los fanáticos del punk alternativo si se le quiere. El manifiesto de los asistentes es conciso: somos poco pero locos. Más locos que la chucha.
Hablemos de presencia. Luego de pasar por El Cilindro, el estadio de Racing, este medio Movistar es un trámite para el transandino. Relajado y performático, la intensidad se da sola. El corte también. Hay seguridad y recorrido de una gira que en números ha sido exitosa, por mucho que en este recinto no se note.
Vamos con los hits. De arranque nos enfrentamos con “NIÑO GORDO FLACO” y “CANGURO”, dos canciones emblemas para el titular de Doguito Records. Ambas funcionan como una unidad energética. Te insertan en esta lógica de rap concsiente, pero digerible, que es casi terapéutico. Ejecución perfecta.
Las adaptaciones del hip hop al rock pop (o pop punk) son precisas. No hay pérdida de elementos en una traducción que para muchos artistas es compleja y los deja en un territorio sin identidad.
“MELÓN VINO” adquiere un matiz nostálgico. Se resignificó para quienes vivimos ese 2019 intensos entre el Estallido Social y el comienzo del encierro. Casi puede sentirse el calor, las risas y uno que otro beso de seis meses para una generación completa de chilenos y chilenas que fueron particularmente intensos. Y donde la canción sonó de fondo, estando recién salida del horno.
El momento más emotivo y bonito es “ARRANCÁRMELO”. Ahí no importa si está o no repleta la cúpula del Movistar. El estadio es un estado mental. Al menos eso te hace creer esta canción en vivo. Pese a los 2 mil teléfonos grabando, sientes que la gente conecta y se dejan caer un par de lágrimas.
Los detalles hacen la diferencia, acá algunos.
Hay constantes referencias al freestyle. Eso nos hace entender que el “Wosito“ recuerda sus raíces. Algo que el fanántico del hip hop respeta. Tenemos elementos del altiplano, percusiones bien logradas, cosas, a ratos, hasta más progresivas. Y Valentín incluso toma un secuenciador en “CAÍDA LIBRE”. Algo que el fanático del sonido alternativo respeta.
Hay que destacar también el cierre rolinga, las referencias al rock argentino y el peso de las guitarras. Algo que el fanático más guitarrero respeta.
En síntesis, la palabra clave de este show es el respeto. Con su público, sus referentes y sus propias intensiones. Quizás el factor cantidad, y la pobre mezcla de la voz, fueron el viento en contra. Pero me quedo con la postal de una pareja besándose en “CAMBIANDO DE PIEL”. Cuando todos se sienten cómodos y considerados en un show, se sienten libres de ser ellos mismos. Eso es rock and roll. Eso fue Wos este viernes en la noche. Un show donde nadie fue descartable.
Wos en Movistar Arena – Setlist
- NUEVAS COORDENADAS
- DESCARTABLE
- 7/8
- MORFEO
- OKUPA
- QUE SE HAGA TARDE
- NIÑO GORDO FLACO
- CANGURO
- ESTÍMULO
- ARRANCÁRMELO
- MELÓN VINO
- Beatbox jam / Freestyle
- LUZ DELITO
- CULPA
- CAÍDA LIBRE
- QUEMARÁS
- CABEZAS CROMADAS
- ALMA DINAMITA
- TERRAZA
- SUR
- PÚRPURA
- CAMBIANDO LA PIEL / Freestyle
- MELANCOLÍA
- LA COCHERÍA
