Tras anunciar su regreso a los escenarios, el grupo británico Spice Girls formó una alianza con la fundación Comic Relief para reunir fondos que serían destinados a la justicia de género y promover la igualdad entre mujeres.
La tarea era fácil, comercializar camisetas con el mensaje #IWannaBeASpiceGirl, haciendo un juego de palabras con una de sus canciones más populares y el deseo que más de alguna niña que vivió en los noventa debe haber pedido.
Lo que parecía una positiva iniciativa quedó enlodada tras un reportaje del periódico británico The Guardian, quienes revelaron las precarias y abusivas condiciones en que mujeres de una fábrica en Bangladesh trabajan para elaborar las empoderadas camisetas.
Los dardos apuntan a la compañía Interstoff Apparels, cuyos encargados en Bangladesh someten a las mujeres a jornadas de trabajo de hasta de 16 horas, abusos verbales, metas casi imposibles de cumplir -como coser 2000 camisetas diarias- y precarios sueldos que bordean los 70 mil pesos chilenos.
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Tras enterarse de la investigación de The Guardian, las Spice Girls declararon a través de su portavoz sentirse “profundamente conmocionadas y consternadas”, anunciando que llevarán su propia investigación sobre las condiciones laborales en dicha fábrica.
De acuerdo al mencionado medio, la fabricación de las camisetas de la discordia fueron encargadas a la empresa Represent, por su trayectoria y código ético pero que, a pesar de esto, la tarea quedó en manos de Interstoff Apparels, sin autorización de las chicas detrás de “Wannabe” ni de la fundación.
Las prendas, fabricadas por mujeres que poco y nada saben de querer ser una Spice Girl, tenían un costo cercano a los 15 mil pesos chilenos y ya fueron sacadas de circulación.
Sin embargo, la polémica no termina ahí, pues la parte del dinero recaudado que debía ser destinado a Comic Relief aún no ha sido recibido.
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