Domingo 3 de abril y el Estadio Nacional ya se preparaba para recibir a los cuatro londinenses que en 2007 habían visitado Chile por última vez. Rayos láser, pulseras luminosas (xylobands), confetti, pasarela, tres escenarios y pirotecnia; todo indicaba que Coldplay daría uno de los mejores megaconciertos del año.
Pasadas las 6 de la tarde, una tímida María Colores abrió la jornada y calmó la ansiedad de las más de 50 mil personas que se agolpaban en el recinto. Mientras Santiago apagaba sus luces, el Nacional se prendía más que nunca: la británica Lianne La Havas —una especie de Beyoncé pero con más soul— fue la encargada de darle el pase definitivo a Chris Martin y los suyos.
Silencio absoluto y “O mio babbino caro” de Maria Callas anunciaba que pronto comenzaría el show. Así fue. El cuarteto inició con la recientemente lanzada “A Head Full of Dreams”, en compañía de una explosión de colores y fuegos artificiales, que pronto se diluirían con las guitarras de “Yellow”, segundo sencillo de Parachutes y clásico de clásicos.
La nostalgia de “The Scientist” volvía una vez más a sonar en tierras chilenas. Nobody said it was easy coreaban los miles de asistentes que, en una especie de montaña rusa de emociones, pasaban de la tristeza a la euforia; de A Rush of Blood to the Head a Mylo Xyloto; de gris a color. Más tarde, llegaría el turno de la canción que en 2012 colapsó las radios de todo el mundo. Sí, esa: para, para, paradise, fusionada con el remix de Tiësto. El Estadio brillaba en tonos azules y rosas gracias a la magia de las xylobands que, sin duda, creaban una postal difícil de olvidar. Uno de los puntos mas álgidos de la noche.
“Clocks” volvió a poner la cuota de melancolía que luego se aplacó con la alegría de “Charlie Brown” e “Hymn For the Weekend”, la reciente colaboración de los ingleses con la esposa de Jay Z. Lights will guide you home and ignite your bones, una vez más entonaban los fans al unísono: “Fix You”, el sencillo que se convirtió en un himno del piano rock de los 2000, sacó más de una lágrima en los presentes.
Mitad de presentación y tiempo de sorpresas. La guitarra de Jonny Buckland se salía del repertorio entretanto Chris Martin cantaba We could be heroes just for one day, en homenaje al fallecido David Bowie. “Viva la Vida” y “Adventure of a Lifetime” continuaron la fiesta.
En un formato más íntimo, Martin interpretó “Til Kingdom Come”, “Ring Of Fire” (cover de Johnny Cash) y “Don’t Panic”, esta última como ganadora del concurso que permitió a los seguidores elegir una canción para ser tocada por la banda.
Alrededor de la medianoche, la electrónica de “A Sky Full of Stars” y los riffs de “Up & Up” daban los acordes finales del show. Coldplay comenzaba a despedirse, saldando con creces la deuda que alguna vez los mantuvo alejados del último lugar del mundo: nuestro Chilito.