Entrevista a Los Prisioneros en Revista Rock&Pop (Mayo 1990)

Un 20 de mayo de 1990 se lanzó oficialmente en Chile el cassette del cuarto álbum de Los Prisioneros, Corazones. Eran nuevos tiempos: Chile en etapa de transición, y un medio cultural que aceptaba tímidamente a los artistas que fueron perseguidos en dictadura. En el caso de la banda sanmiguelina, el nuevo año los pilló con la salida de su guitarrista y los medios de comunicación dando casi nulo espacio a los artistas rock y pop nacionales. En ese clima adverso, González y Tapia se pusieron las pilas para promocionar su disco. Una tarea difícil, pero que rindió buenos frutos.

De esos primeros meses es esta entrevista, publicada en la Revista “Rock&Pop Edición Internacional” (no confundir con la revista del mismo nombre, dependiente del conglomerado que incluía radio y televisión). La entrevista -realizada por Gladys Alcaíno- es simpática y revela algunos secretos del disco, comentados en su mayoría por Jorge González.


Con tres viajes a Estados Unidos tras la mejor grabación, el alejamiento de Claudio Narea y la renovación más exquisita en el sonido reaparece la agrupación con su cuarto disco, “Corazones”: Más dancin que nunca, manteniendo su identidad fuerte y latina, llega a los hispano parlantes un romántico desgarro y también una interminable fiesta.

Sin entrar en clasificaciones: Los Prisioneros son lo mejor. Afirmarlo es un riesgo que se corre cuando se trata de un grupo que a lo largo de sus producciones, más allá del estilo, trasluce una búsqueda que jamás nos dejará de sorprender. Y menos ahora.  “Corazones” es una canción de amor. Simple y esencial. De clara inspiración como las de antes. Y por supuesto, está dotada de esa aguda crítica prisionera y Synth, que llegará al video una vez más con la dirección de Cristian Galaz. Tendrá la promoción que corresponde a este tipo de grabaciones grandes. Fonseca afinará los detalles hasta estar a punto para lanzarse con los recitales, y el nuevo tecladista aún secreto.

Jorge González, compositor de los temas, y Miguel Tapia nos comentan de las primicias de su nuevo disco. Por nuestra parte podemos correr el riesgo de decir que son el mejor grupo chileno con la mejor nueva producción. Escuchemos a sus integrantes.


Jorge, ¿hasta qué punto hay un viraje en Corazones?

Es un cambio tal como en los otros discos. Aparte han pasado dos años del anterior, y eso cambia harto. Nos gusta sonar como un grupo distinto, inclusive en cada canción. Es un viraje natural dentro de nosotros… no tener un sonido, sino tener una identidad.

Miguel, ¿trabajaste de forma muy diferente esta vez?
Están las cosas programadas desde el “Pateando Piedras”. Todo es programado, batería…etc. En lo último yo me puse a tocar teclado para componer nada más.

¿Te divertiste con “Corazones”?
JG: Sí, sí, igual fue pesado, preparamos veinte canciones y quedaron nueve, fue un trabajo largo.

¿Qué están escuchando ahora, siempre hay una cinta del momento…?
JG: Camilo Sesto, a mí me gusta mucho Camilo Sesto, los discos del comienzo de los ’70… El Dúo Dinámico.

¿Qué Canción del Dúo Dinámico?
(Cantan a dúo)… “cuanto más lejos estoy, te quiero más…”

Jorge, tu compusiste los temas entre el ’88 y ’89. Son tremendos
Estoy bastante pegado con lo que escribí. No sería gracia repetirlo. No nos gusta repetir nada… sobre todo si funciona. Sabemos que no vamos a hacer nada nuevo, pero sí novedoso para nosotros. Ahora, el disco no se parece al de ningún grupo de EE.UU. o de Inglaterra, y eso es bueno. Acá en América del Sur eso parece una desventaja, pero no, la música romántica latina resulta más atractiva que una banda de acá haciendo a U2 o Depeche Mode.

¿Aparte de los de siempre, esta vez trabajaron con más gente?
Claro, la asociación con Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel (argentinos) que fue super buena porque agarraron super bien la onda de nosotros, que no es onda “músicos”.

¿Y cómo es “onda músico”, Jorge?
Ah! Que no les importa que toquemos mal. Por ejemplo los programas que yo llevaba a Los Ángeles estaban llenos de pifias, pero mucho de eso lo dejaron, porque era como el espíritu de Los Prisioneros… tocar mal… nos estamos preocupadno más que de la técnica, que la cosa tenga sentimiento. Igual estamos tratando de mejorar.
– Tocar mal del punto de vista que los músicos se dan cuenta, porque el público siente- acota Miguel.

Mi tema favorito hasta el momento es “Estrechez de corazón”, tiene guitarra, pocos temas tienen guitarras ¿cuáles otros?
“Tren al sur”, “Amiga mía”, “Corazones rojos”. Española y eléctricos.

Para mí escuchar los nueve temas fue como ver una magnífica película. Si te pones a escucharlo, no puedes sacarlo hasta que termina. Por ahí después te repites ese Rap, que es super. Eso me pasó también con “Pateando Piedras”, específicamente con “El baile de los que sobran”. Una vez lo escuché en un butlitzer de Buenos Aires.
Esa canción ha sido bien fuerte. Fue el disco del año en Chile, al otro año en Perú y al otro en Colombia… pero fallamos en México, sacaron la versión corta.

Volvamos a mi viaje al escuchar Corazones, a esa proyección cinematográfica.
La primera canción y la última fueron hechas en un leve estado de embriaguez. Fue muy interesante, yo nunca tomé en mi vida, fue de romántico. Es muy raro ser chileno y no ser borracho, es medio fascista. Claro que el trago te hace mal, te pone tonto, te pone feo… “Tren al sur” está hecho bajo ese efecto. Es como un homenaje a la infancia. Igual es como una canción de amor, de querer escribir de cualquier cosa menos de amor. Y la última canción es de cuando te empiezas a dar cuenta de que te pones un poco viejo. Ya somos un grupo de 25.

Somos todos de 25, somos todos dragones, somos jóvenes siempre. Hay mucho por delante. Es bueno que Los Prisioneros sigan más allá de los cambios. ¿Qué pasó con la ida de su guitarrista Claudio, qué pasa con ustedes?
El disco está lleno de sintetizadores y Claudio tiene proyectos más rockanroleros. Igual él es una parte de Los Prisioneros donde vaya. Nos conocemos desde que teníamos 13 años. Loq ueremos harto, igual es fuerte, pero se fue en muy buena onda. Tiene un niñito, quiere otras cosas. Son hartos cambios en realidad. Los Prisioneros queremos hacer sencillamente canciones, canciones Pop. Nos hemos encontrado con gente en este trabajo que no quiere hacer cosas grandilocuentes.

¿Son esas las cosas que tomarán en cuenta para más adelante con la gente que se incorpore a su familia de laburo?
Claro, que tengan aprecio por las canciones que aparecen en los Rankings, por la gente que ha sido estrella por ejemplo. Eso en el terreno del Rock siempre es muy despreciado. Es decir, para muchos rockeros ser famosos es un crimen.

Apuesto por la fama de Los Prisioneros con esta grabación.
(se miran) Cachai que nos vamos a hacer famosos!!! (risas)
Igual cachábamos que era cosa de que nos mandaran a grabar a Estados Unidos, así como hace tanto rato graban los que venden como nosotros en Perú.

Hay una frase para el bronce después de la experiencia de “La Cultura de la Basura”. Dice nosotros trabajamos como estrellas (en esa ocasión), pero nosotros somos obreros.
En el fondo somos artistas populares. Los artistas populares son obreros. Somos Pop, tratamos de ser lo mejor dentro de eso. Para “La Cultura de la Basura” trabajamos como estrellas, hicimos lo que quisimos y nos equivocamos. Esta vez fue bueno tener la visión de otra persona. Yo participé en los programas de batería (Miguel). La parte de sintetizadores, guitarras la hizo Jorge ayudado por los productores. Fue muy bueno.

Cuéntenme de los grupos que están escuchando, del que más les guste. Insisto.
Por su último disco, Los Prisioneros. Aparte de ellos estuvimos escuchando unas compilaciones del acid (acid house), pero es poner la radio el sábado y ponerse a escuchar felices. Nos gusta en general la música disco. Lo bonito que tiene es que en ella no hay héroes. Es la música y ya. Se baila, no tiene otras pretensiones, no hay un culto por los grupos.

Sobre Santiago de Chile, que según lo que veo se lo está bailando todo. Digámoslo sobre nuestro querido Chile…?
Gran ciudad más ahora que está pasando todo. Además está lleno de tecnología. Ahora hay que mirar Santiago y pensar que aquí hay cosas que van a dar. No sólo mirar a Londres. Tenemos que ver lo bonito que tiene nuestra cultura. La cultura de cada país, la propia manera de ser. Nos gusta mucho Santiago. Ahora más con gente tomando helado a las cinco de la mañana.

Un saludo para los que hace tiempo no saben nada de ustedes.
El que tiene que hablar por nosotros es el disco, pero igual “no estábamos muertos, andábamos de parranda” ¡Auguri!

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