Hace un año, El Plan de la Mariposa probó suerte en Chile luego de masivos shows en su país. El resultado, fiestas en Santiago y Quilpué que se repetirán a fines de septiembre con sus shows de regreso.
El 27 de septiembre harán suya la Sala Metrónomo para presentar su último álbum “CORRENTADA”. Trabajo que los llevará, un día después, nuevamente al Trotamundos. Para ambos shows aún quedan entradas disponibles a través de Puntoticket (Metrónomo) y Passline (Trotamundos), respectivamente.
Una banda de hermanos que espera volver a conquistar nuestro país. Y en esta aventura, conversamos con Máximo Andersen sobre su masiva convocatoria en Argentina y su mirada por el mundo.
Va quedando poco para su regreso a Chile, después de un año más o menos donde visitaron también Santiago y Quilpue. ¿Qué recuerdan de esas presentaciones?
La verdad que me encantó ir para allá. No conocía mucho. Si bien habíamos ido a tocar, pero me gustó también pasar a Quilpué, que bueno, es tremendo como tienen ahí la naturaleza, el toque de la ciudad. Un regalazo, me pareció.
La flasheé, porque además está muy cerca del mar y digo, esta gente se toma un bondi de 20 minutos y ya está en un lugar espectacular. Tienen que estar contentos con eso, porque, por ejemplo, comparado a Buenos Aires, tienes que hacer unos buenos kilómetros para irte a un contexto así tan natural. Es muy lindo. Y la gente es muy copada, todo. Y bueno, el Trotamundos, tremenda la onda que tiene ese lugar Muy acogedor.
Vienen con disco nuevo bajo el brazo, ¿Qué podemos esperar de estos shows?
La llegada de un disco es muy revelador para la banda, como para cambiar las dinámicas de lo que venís haciendo por una buena temporada. Entre disco y disco pasó un tiempo importante. Y bueno, con toda la efervescencia de lo que es tocar las canciones nuevas, a nosotros nos vitaliza mucho, la verdad.
Ya estamos preparando todo el show, que también ahora acá tocamos en el Movistar de Buenos Aires. Entonces estamos armando ese show que lo vamos a llevar a todos lados. Esa es la idea inicial. Así que muy motivados con las nuevas canciones, con las nuevas propuestas que trae la propuesta artística del disco.
Son varios países los que van a visitar en esta gira como México y Colombia.
Una vez que nos tomamos un avión, metemos un par de viajes más, ya que estamos. Sí, ya metemos ahí una girita de latinoamericana, que está ahí creciendo. Para nosotros es un flash salir a otros países. Por ejemplo, nosotros vamos a España también. Pero ahí es distinto porque hay buena cantidad de argentinos que van.
Entonces, esta gira latinoamericana tiene la onda de que me gusta, que es la gente de ahí: los ticos, los mexicanos. Que no pasa tanto en España, si bien van algunos españoles, hay muchos patriotas, digamos. Es el reencuentro con las raíces de una u otra forma.
Además, a nosotros nos encanta mucho viajar y tocar, así que esas oportunidades son para el recuerdo siempre.
Imagino que también se nutren de otros sonidos. En alguna de sus canciones aparece una gaita, por ejemplo. Y otros elementos sonoros como el uso de bronce, viento y violines.
Sí, tenemos una tendencia a llevar la música, mezclarla con elementos celtas. Tiene gaitas reales, incluso una flautita (whistle), que también son de raíz celta. Eso es algo que nos gusta mucho y también viene un poco de familia, de la raíz medio nórdica que nos atraviesa, más allá de que también nos atraviesa lo latinoamericano y todo, pero eso coexiste con nuestra identidad musical. La verdad que viajar es revelador en el contacto con otras culturas y con otros seres humanos que, claro, que nacieron ahí.
Y sí, es un regalo poder ir y además compartir nuestra música.
Hace poco lograron cumplieron uno de los grandes hitos allá, que es hacer, no uno, sino que dos Lunapark. Considerando el panorama de la música argentina, ¿cómo sienten ustedes este éxito que han tenido durante estas presentaciones?
Sí, correcto. Hicimos dos.
Nosotros tuvimos un camino bien largo de tocadas. Arrancamos hace una buena cantidad de años, entonces creo que sucede algo en los shows en vivo: hay una comunicación ahí que a la gente evidentemente le gusta. Soy agradecido de poder crear el lazo de comunión entre ambas partes. La verdad es que no sé bien por qué, porque la gente es gente identificada, pueden ser las letras, hay una apertura, no sé si decir espiritual, pero quizás tiene una empatía en el otro ser humano, en tratar de abrazar ideas distintas y poder lograr una comunión.
Haber hecho Luna Park para nosotros fue un flash, porque cuando arrancamos a tocar el Movistar Arena no existía, así que quiero llegar a tocar en Lunapark, porque después ya era tocar en un estadio que ya era otra cosa. Era el hito de la banda Under. Fue muy lindo, fue un regalo. Tiene una mística y un peso en el colectivo.
Ustedes son de Necochea, un lugar muy alejado de la urbe. ¿Cómo ha funcionado para ustedes este lugar como inspiración a la hora de componer o incluso también como elemento de nostalgia?
Necochea es hermoso, si bien es provincia de Buenos Aires, es bastante al sur. Es un lugar muy natural, es bastante fresco, tiene como una diferencia abismal entre el verano, la playa, el calor, la efervescencia del verano, se siente muy fuerte y tiene la contraparte de un invierno bastante crudo.
No pasa mucho en el invierno, entonces esa contrapartida creo que se ha escuchado a través del tiempo en nuestra música. Eso de andar cambiando bastante me parece que habita en nosotros y lo que decías de extrañar, eso existe, creo que lo tiene todo el mundo. Está un poco eso de añorar a Buenos Aires, añorar la naturaleza, añorar el mar un poco. Está la saudade, la belleza de extrañar.