Nicómaco y su primer disco: “Es un reflejo de lo que implica crecer y enfrentar el mundo con otros ojos”

Nicolás Arenas no es una cara nueva dentro de la escena chilena, fue parte de proyectos como Los Barnechea, una agrupación con influencias de bandas como Los Bunkers y The Kooks, luego formó parte de Laika No Volvió mientras trataba de impulsar su proyecto solista.

Fue ahí que se dió a conocer como Nicómaco, lanzando su EP debut “Metarrelatos” el año pasado, luego emprendió un viaje a Londres, lugar donde aun reside en medio de la pandemia que trajo el COVID-19 y donde también liberó su primer disco “Apuntes sobre la autogestión del cuerpo”, el cual contiene 9 canciones que tratan de problemáticas sociales, políticas y también por su profesión: la sociología.

Por lo mismo quisimos conversar con Nicómaco para que nos hable de su primer disco, sus inicios, la vida en Londres y como observa a la distancia lo que ha acontecido en Chile desde el estallido social hasta ahí.

Antes de empezar tu carrera como solista, fuiste parte de proyectos como Los Barnechea y Laika No Volvió ¿Qué te impulsó a tomar camino en solitario?
-La verdad es que Laika No Volvió surgió de manera paralela con mi decisión a ser solista. Pero cuando estuve en Los Barnechea tuve una experiencia muy enriquecedora para entender cómo funciona el mercado de la música en Chile. En esos años aprendí de manera autodidacta mucho sobre producción musical y tomé clases de piano y teoría, por lo que comencé a empoderarme mucho de mi proceso creativo. Creo que cuando eso pasa uno se vuelve un poco más mañoso y más llevado a sus ideas. Entonces me di cuenta de que había ciertas canciones que les tenía un cariño especial y que no quería exponerlas a ese proceso de “negociación” y de búsqueda de consenso que implica crear música de manera colectiva, y es así que decidí armar un proyecto solista. Obviamente también disfruto mucho de hacer música colectivamente, y por eso mi trabajo con Laika fue de manera paralela a todo el desarrollo de mi proyecto solista hasta el año pasado.

Si bien me gusta mucho trabajar solo, uno termina dándose cuenta en el proceso de hacer música que siempre se depende de otra gente para concretar el proyecto, desde la participación de otros intérpretes, del trabajo con diseñadores, de la necesidad de gente en el área de relaciones públicas, de buscar a alguien que mezcle las canciones, etc. Creo que eso es lo lindo del trabajo artístico, que uno siempre depende de un otro, y pienso que ese ha sido uno de los aprendizajes más significativos que me ha dejado el hacerme solista.

¿Qué tan diferente es el estar en una banda independiente y el ser un solista independiente?
-Es muy diferente. Tiene cosas buenas y cosas malas la verdad. La parte buena creo que tiene que ver con la libertad creativa total, donde no es necesario dejar a nadie más contento que a ti mismo. Eso me gusta mucho, ya que te permite “desnudarte” mucho más frente a la audiencia, mostrarte plenamente sin tener que conciliar un concepto en común con otra gente.

Respecto a lo malo, creo que hay dos cosas. Primero, la libertad creativa viene de la mano con los límites de tener sólo una cabeza pensando en todo el proceso de creación, desde el concepto hasta los arreglos musicales. Eso, si bien me gusta mucho en cierto punto, hace el proceso mucho más difícil, ya que uno se nutre mucho del trabajo con otros en tanto siempre es posible que el otro proponga algo que tú nunca pensaste. En ese sentido, creo que el trabajo colectivo puede llegar a ser mucho más productivo en términos creativos. Por otro lado, difundir el proyecto cuando estás solo es mucho más lento y mucho más duro, ya que es más difícil llegar a grandes cantidades de gente, y porque las posibles críticas o los malos comentarios de otra gente te los tienes que tragar solo.

Y ahora sacaste tu primer disco “Apuntes sobre la autogestión del cuerpo”. Cuéntanos sobre el…
-Uff… Este disco ha sido un proyecto que venía desarrollado hace un par de años. Desde el 2016 ya venía componiendo algunas canciones como “La autogestión del cuerpo” o “Barrio huérfano”, por lo que ha sido muy loco ver cómo cada una de esas canciones ha evolucionado con el tiempo. Todo ese proceso creativo fue de la mano con cambios muy importantes en mi vida personal, como el hecho de terminar mi carrera universitaria y comenzar a independizarme… básicamente todo ese proceso de “volverse adulto”. Entonces estas canciones son un reflejo muy claro de todo lo que implica crecer y salir a enfrentar el mundo con otros ojos. Es por eso que la mayoría de las canciones abordan temáticas respecto a la vida en sociedad. Por darte unos ejemplos: “Alguien debe ser” habla del hecho de caminar solo por la calle y sentir que todo el mundo es un extraño del cual hay que desconfiar, “Luna menguante” es algo así como el relato de un treintañero que se da cuenta de que está atrapado por la rutina y ha renunciado a sus sueños de cambiar el mundo. Así también, “Relatos de niño” es una canción donde intento cuestionar las nociones de la masculinidad que me inculcaron en la infancia y que he reproducido a lo largo de mi vida. Y así con gran parte de las canciones del disco.

¿Por qué ese singular título?
-Va un poco de la mano con lo que te decía recién. Cuando hice la canción “La autogestión del cuerpo” me di cuenta de que gran parte de las problemáticas a nivel personal y su reflejo en los espacios de interacción con otra gente estaban mediadas por el cuerpo. Hay un sociólogo argentino llamado Adrián Scribano que plantea que no hay nada más social que el cuerpo, en tanto las personas conocen el mundo a través de sus cuerpos y se relacionan con los demás ponderando las sensaciones y emociones que suscitan dichas interacciones, las cuales se presentan como estados corporales. Por dicho motivo, muchos pensadores y pensadoras han problematizado el cuerpo como un campo de lucha en tanto objeto de dominación en el contexto del capitalismo contemporáneo. Es por eso que pensé en la idea de “la autogestión del cuerpo” como un buen concepto para referir a ese espacio de resistencia frente a las diversas formas de dominación y opresión que nos afectan en el día a día. En palabras simples, “avanzar en la autogestión del cuerpo” refiere a esa posibilidad de encontrarse con el otro y resistir en conjunto las injusticias de la vida cotidiana.

Tu canción favorita del disco…
Chuta. Es difícil escoger, porque obviamente uno le tiene cariño a sus creaciones. Creo que es más fácil decir cuáles son las que menos me gustan… pero no lo haré [risas]. Así a la rápida, creo que “Las sobras del rey” es mi favorita, principalmente porque creo que es una canción redondita, muy bien lograda en términos de producción y la letra creo que es muy acorde con lo que está pasando actualmente en Chile.

Y ya que nombraste a “Las sobras del rey”. Ahora que estas en el extranjero ¿Cómo has apreciado el descontento social en Chile estando a miles de kilómetros?
-Creo que estar lejos de Chile en el momento del estallido social ha sido lo más duro de vivir en el extranjero. Principalmente porque vengo de una familia muy politizada, ya que mis papás fueron muy afectados por la dictadura y desde muy chico me han inculcado un espíritu crítico frente a la realidad que vivimos. Por eso ha sido muy duro ver cómo la gente ha sido reprimida en las calles, cómo los pacos les han arrebatado los ojos e incluso la vida a quienes han tenido el valor de salir a luchar por un país más justo e igualitario. Si bien me gusta mucho vivir en Londres, me frustra no poder ser parte de las manifestaciones y no poder estar en la calle luchando. Desde muy chico siempre formé parte de los movimientos estudiantiles de manera activa e incluso mantuve militancia política un par de años, por lo que no puedo ser indiferente con lo que pasa allá.

Nombras dentro de tus influencias a The 1975 y Declan Mckenna, que justamente son británicos ¿Qué es lo qué te atrapa del britpop y cómo influye en tu música?
-Me fascina el britpop. Desde adolescente siempre rallé con bandas como U2, Coldplay, Travis, y ahora más de viejo me encanta The 1975, Harry Styles y las bandas de la escena británica actual. Siento que el britpop se caracteriza mucho por expresar muy bien las emociones ligadas a las letras de las canciones. En ese sentido, Coldplay es un ejemplo perfecto de cómo transmitir emociones por medio de una canción, y canciones como “Fix you” te dan cuenta de un determinado sentir no sólo por su letra, sino también por los recursos sonoros que están ligados a ese sentimiento en particular. De algún modo, siempre he aspirado a llegar a lograr eso con mi música.

Llevas unos meses radicado en Londres ¿Cual es la diferencia del día a día entre allá y Santiago?
-Hay muchas cosas en común la verdad. Tomar metro en Londres es casi tan horrible como en Santiago. La diferencia eso sí es que en Londres la gente no está atenta a que le puedan robar, sino a que alguien pueda llevar a cabo un atentado terrorista, lo que se expresa principalmente a través del racismo ligado a ese miedo. En ese sentido, el racismo es una cuestión que se nota mucho en el día a día, y para mí ha sido fuerte enfrentarme a esa realidad siendo moreno y teniendo cara y acento de latino. En un par de ocasiones me han violentado verbalmente en la calle, y tengo la impresión de que existe una suerte de “selectividad social” a la hora de relacionarse en el cotidiano, ya que los británicos se relacionan muy poco con gente de otras nacionalidades y razas. Por darte un ejemplo, la mayoría de los bares están llenos de británicos y gente blanca, lo que también es reflejo de cómo se distribuyen los espacios de ocio con relación a la raza y a las clases sociales. La raza está muy ligada a la noción de clase social acá. Si bien también eso también pasa en Santiago con los inmigrantes que vienen de países caribeños (sobre todo con la creciente discriminación y empobrecimiento de la población haitiana), pareciera que en Londres ese racismo está mucho más arraigado y se expresa de manera más radical y generalizada. Probablemente Santiago esté en las mismas en un par de años. El chileno es también muy racista al final de cuentas.

¿Has tenido la oportunidad de ir a shows durante tu estadía allá?
-Sí, pero no a tantos como hubiese querido. En diciembre tuve el hermoso honor de ver a Boy Pablo en el Electric Brixton, que es algo así como Blondie de acá, y fue una experiencia maravillosa. Fui en febrero al show de The 1975 en el O2, que es algo así como un Movistar Arena el doble de grande. Impresionante la hueá. Y tenía entradas para ir a ver a Dayglow ahora en mayo, pero obviamente se canceló debido a la pandemia. Todavía no me devuelven la plata.

¿Cómo se vive la cuarentena en Londres?
-Dentro de todo bastante bien, ya que el gobierno se ha hecho cargo de pagar los salarios de las y los trabajadores para garantizar que la gente esté bien, por lo que a pesar del problema que supone el virus, se nota que la mayoría de la gente anda tranquila y sin mayores preocupaciones gracias a esa ayuda. Ahora están de a poco levantando las medidas de distanciamiento, ya que supuestamente hay un descenso en el número de casos. Pero cuando tienes a los fachos en el poder nunca se sabe. No me sorprendería que estuvieran manipulando las cifras para reactivar la economía.

La cuarentena ha afectado a varios artistas, quienes han tenido que suspender giras, grabaciones, retrasar lanzamientos o en otros casos adelantarlos ¿En que situación se encontró “Apuntes sobre la autogestión del cuerpo”?
-Para ser sincero, en un principio mi plan era lanzar el disco en noviembre de 2019, lo cual fue completamente imposible debido al estallido social. Es así como decidí atrasar el lanzamiento unos meses, pero después vino lo de la pandemia. Al final me decidí por tirar el disco de todos modos, ya que ya lo tenía hace más de seis meses listo, y no quería sentir que las canciones se estaban enfriando. Si bien estoy consciente que eso ha podido afectar la difusión del disco, estoy contento por haberlo hecho de una vez y sacarme ese peso de encima.

¿Cuál es el siguiente paso para Nicómaco?
-Estoy en un momento de mucha incertidumbre la verdad. Estoy muy concentrado en mi carrera como sociólogo, por lo que creo que eso me ha tenido un poco trabado en términos creativos. Decidí darme una suerte de receso creativo, porque también me di cuenta de que vivir la vida es la mejor forma de suscitar la creatividad. Eso sí, tengo unas canciones en el tintero que estoy pensando en grabar de manera minimalista y tirarlas como un disco más simple, sin tanta producción y un poco más “orgánico” si se puede decir. Ah, y hace unos meses grabé unas versiones en inglés de algunas canciones para probar suerte acá, pero me estoy comenzando a arrepentir de eso. Por otro lado, me di cuenta de que mucha gente en México está siguiendo lo que hago, por lo que no me cierro a la posibilidad de algún día ir a ver qué pasa por allá. Estoy tratando de mantenerme abierto a lo que ofrezca el futuro.

Siendo sincero ¿extrañas Chile?
-La verdad es que extraño a la gente y extraño ciertos lugares. Pero la vida en Londres es muy atrapante y muy estimulante, por lo que sigo encantándome de las cosas que ofrece este lugar. Así que sí, puedo decir que extraño un poquito, pero no me desvelo por eso. De todos modos, tengo planeado viajar antes de fin de año a Chile, donde espero sí o sí organizar un par de presentaciones en vivo.

Puedes escuchar “Apuntes sobre la autogestión del cuerpo”, el primer disco de Nicómaco aquí:

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