Dulce y Agraz y la receta de cómo musicalizar el amor

Cuando la insaciable búsqueda del enriquecimiento personal resulta ser exquisitamente provechosa, cosas hermosas llegan a nuestras vidas. Y Daniela Gonzalez, conocida en el mundo musical como Dulce y Agraz, tiene la prueba palpable con su nuevo trabajo de estudio a estrenar en mayo, “La Piel”: un EP que consta de tres canciones del cual se conoce su primer single, también titulado como tal.

Tras el éxito de “Trino”, su primer álbum, Daniela quedó con un bichito a saciar: hacer reggaeton. Pero no es lo que se imaginan, si bien a ella la sedujeron los beats intrínsecos del género, su ideal era solo incursionar un poco más fuerte por esos ritmos para pasarlos por su propia metamorfosis y así crear composiciones chill, soft y tranquis, qué, fusionadas con lo poético, culminó en un verdadero abrigo musical, un cálido abrazo.

Ya conquistado su hambre, nació un nuevo concepto cual se fue desarrollando de nutriciones varias, tales como talleres de literatura, de poesía disidente y experimentaciones relacionadas al “expresar desde el cuerpo, del amor y el deseo más amplio y etéreo posible”, porque “La piel” en sí es mucho más que un tacto, es identidad, es “un velo traslúcido”, dice Daniela

Una novedad llamada poezine

Si bien la musicalización de este concepto puede ser un cariño para el oído, hay cosas que simplemente se pueden percibir una vez traspasadas al papel, es por eso que el 2020 es un año de novedades para Dulce y Agraz, porque la artista también incursionará oficialmente en el terreno de la poesía a través de un poemario en formato fanzine. Un poezine.

En este proyecto, exclusivamente limitado, se podrá apreciar un poco más del punto de vista de Daniela respecto al deseo.“Cuando uno ama a una persona, te involucras más allá del cuerpo”, explica, “yo como disidencia siento que me pasa eso, como que en general no me enamoro del cuerpo de las personas sino que es una cosa mucho más trascendental. Entonces quise abarcar y hablar desde el deseo, desde mi deseo. Es una perspectiva poco tocada en general y también sirven mucho estos poemas y estas canciones para normalizar el deseo entre y hacia las mujeres. No hay tantas canciones de amor entre mujeres además”.

¿Cómo te sientes con el resultado final de tu poezine?

– Emocionada, contenta. He tenido mucho anhelo de sacar esas cosas, son trabajos que hago con mucho cariño y también son muy para mí. Yo no sé si hago música o poemas directamente para la industria o para que se vendan, sino que tienen mucho contenido reflexivo, mucho contenido que creo que es necesario.. a mi como disidencia me gusta escuchar canciones de amor que no objetivice a la mujer y que solo hable de amor, siento que no puedo consumir esa música que en el mercado que hay hoy en día. Entonces, hacer y crear este contenido que es para mí y que sé que también es para muchas igual me emociona. Es muy significativo para mí.


La piel como concepto: aquí no existe el amor romántico

Dulce y Agraz va ligada a las producciones conceptuales. Este escenario trata de la piel. Lo carnal y lo romántico no existen en esta vereda, ni pensar de cosificar a la persona, desde esta perspectiva, el amor es una inefable conexión sincera que solo las dos personas, mujeres en este caso, pueden entender. Sin ataduras, sin posesión y por sobre todo sin romanticismo cliché.

Porque el amor debiera ser un sueño de lo más melifluo donde trasciendan nada más que sensaciones puras. Dos personas solas, pero más acompañadas que nunca, en medio del paisaje ideal. Complicidad. Tal como se plantea en el single, con versos como “tus ojos, mis ventanas para salir” y “tu pelo suelto, largo camino para perderse”, la canción, logra recorrer tópicos como la corporalidad, la identidad y el amor.

Aquello se puede apreciar también en el videoclip de la canción, pieza audiovisual que trata delicadamente lo recién mencionado:


Cuando las manos llegan donde desvisten los ojos

¿Puede mi identidad enamorarse de la conciencia, el espíritu, los sueños que albergan en un cuerpo?, ¿puede mi amor entrever en el cuerpo, trascender el cuerpo?, son algunas de las preguntas que se hizo durante el proceso creativo de este nuevo designo donde se lo único que vale es involucrar todo lo que llevamos dentro.

Con un fondo celeste y enredaderas colgantes que se mecen con la suave brisa de la tarde como escenario, la mujer detrás de Dulce y Agraz conversó con LaRata.cl sobre cómo expresar victoriosamente el amor propio en el trabajo, además de ahondar un poco más en el nuevo single de la cantante.

Cuando escribes las letras de tus canciones, ¿Te basas netamente en un reflejo de ti misma o creas un mundo paralelo para tratar problemáticas?

– No. Es un reflejo, totalmente. Creo ser una artista que habla siempre de vivencias personales, de lo íntimo. Siempre me expongo en ese sentido.

¿Considerarías “La piel” un poema de amor?

– Sí, se podría decir que sí.

 ¿Y todas las composiciones abordarán este tipo de lírica?

– Eh.. sí. Hay como una reconfiguración del amor en todas estas letras; una búsqueda también, como de un amor que no oprima sino que acompañe en sus formas.

¿Y cuál es tu visión del amor?

– Eso que trasciende el cuerpo, trasciende el género, trasciende todas esas cosas. Yo me identifico como una persona pansexual, entonces, encuentro que mi amor está dirigido a personas en verdad. Y es por eso mismo que para mí la piel es un tema, es un tema muy ambiguo muy etéreo.

¿Cómo lo hiciste para ambientar esta atmósfera de intimidad en “La piel”?

– Creo que todo el EP es como un reggaeton en mi propia versión, mi música tiene mucho que ver con lo electrónico. A mi me gustan mucho los beats, trabajo mucho como desde los soft electro, entonces como que no es un reggaeton tradicional para ir a perrear sino que es algo mucho más tranqui. Casi como que me inspiré de los beats reggaetoneros porque me daban una onda interesante nomás, y con la lentitud resulta en una canción más atmosférica y más granosa.

¿Cómo visualizas a la gente que escuche estos temas?

– Este EP es un viaje muy íntimo y muy de deseo, de corporalidad; es como un viaje personal muy íntimo. Y con sonidos muy envolventes me lo imagino muy como para ir a escuchar mientras caminas o en un bus. Para regalonear..

¿Cómo te gusta tratar el tema del amor propio en tu proceso creativo?

– Bueno, yo soy muy reflexiva. Entonces creo que lo primero es que acepto que no puedo estar bien siempre, como que trato como de humanizarme caleta para poder amarme. El hecho de ver que tengo un lado bueno y un lado malo de sombra que trato de iluminar lo más que pueda. Tengo mucha paciencia conmigo, como soy una persona sensible me hago mucho cariño desde ese lugar, muy de curar la herida, lamerla y tenerla protegida. Esa es mi perspectiva personal del amor propio a aplicar, cuidarme y enriquecerme.

Fotografías por Jacqueline Riveros (@j.riverosph)

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