Valentina Marinkovic y cuando las mujeres de la música entran en acción desde su trinchera

Así como hay circunstancias donde la música deje entrever los manifiestos que se quieren expresar, también las y los músicos pueden tomar cartas más directas en el asunto para que el mensaje sea fuerte, seguro y conciso. Como por ejemplo con la equidad de género, causa que ha movilizado a miles de mujeres en históricas marchas alrededor del país, y donde el simple uso de un pañuelo verde o morado sobre el escenario hace una gran diferencia.

Valentina Marinkovic trabaja de manera oficial en el mundo de la música hace ya diez años, actualmente forma parte del equipo de Francisca Valenzuela y además trabaja en su proyecto personal. La vereda que cursa es la del espectáculo, que consta de presentaciones en vivo en festivales y locales, por lo que frecuentemente debe embarcar viajes tanto en Chile como en el extranjero. Ella se siente con el compromiso de llevar el feminismo consigo en lo que desarrollo profesional y artístico respecta, teniendo por siempre adelante la tarea de que sus ideales la construyan como artista.

Para Valentina, el feminismo es una forma de entendimiento, y cree que “debiese ser visto como una nueva forma de vida ya que está muy relacionado con el deconstruir paradigmas e instaurar nuevos”. Cree firmemente que por cada año que pasa es más necesario y urgente que el movimiento ayude a armar la sociedad, ya sea a nivel constitucional, jurídico y cultural; recalcando además que la arenga “alerta machista, que todo el territorio se vuelva feminista”, debiese ser real tanto para mujeres y divergencias como en hombres.


Cuando las mujeres de la música entran en acción desde su trinchera

Durante la madrugada del pasado lunes 25 de febrero, Valentina pisó el escenario de la Quinta Vergara como corista en el show de Francisca Valenzuela en el Festival de Viña (puedes verlo aquí), la presentación conquistó al público sin problema alguno.

Fue una noche –antes se presentaron Mon Laferte y Javiera Contador– emocionante e intensa, muy “cuática”. Donde la energía femenina se respiraba y hacía del abrigo sororo algo palpable. “Para mí ese día fue como un rayito de esperanza, porque fueron puras mujeres visibilizando a las mujeres, y las disidencias también. Fue cargado de emoción, muy fuerte y muy bueno, muy sano”, expresó Valentina.

Quizás hace cinco años atrás las mujeres de la música se conformaban con situaciones de violencia que se daban en sus respectivos ambientes, pero ahora no, ahora hay organización y hay mucho apoyo, “Antes una reconocía cosas que nos pasaban y no se le hacía nada. Bueno, ahora con la Fran quisimos reflejar el trabajo de las mujeres y visibilizar también la violencia patriarcal”, añadió.

Su presentación debió haber tocado a muchas mujeres que vieron la presentación en la tele, ustedes hablaron por muchas e hicieron sentir compañía…

– La verdad es que fue bacán, muy bacán, esa noche fue cuática po. Yo no vi ninguna noche del festival, lo único que supe fue del show que tuvimos nosotras y vi un poco de la Mon y Javiera Contador. Igual me sentía con mucha controversia al momento de subirme a ese escenario por todo lo que está pasando, o sea, la contingencia en que estamos metidos es muy intensa y claro po, Viña tiene festival pero no tiene para el hospital y tiene la mayor cantidad de campamentos en todo Chile, entonces que se generen esas desigualdades y que se generen esos doble estándar a nivel de todo lo que está pasando es súper fuerte. Al momento de subirme al escenario decía como “chucha, qué hago acá y qué hacemos con la Fran para que esto cobre más sentido”, claramente el mensaje y el contenido que uno tiene que entregar en ese momento tenía que ser ojalá el más fidedigno y el más real a lo que es necesario denunciar, y estuvo reflejado en muchos momentos que hubieron cachai, como reflejar que no haya más impunidad por ejemplo. Me gusta mucho que hoy en día los artistas puedan taparse el ojo cuando haya un show importante, o se haga un homenaje a las mujeres, supe que la Denise Rosenthal también hizo algo así y eso siempre se agradece mucho, es bacán. Entonces en ese sentido subirse al escenario y poder tener esa oportunidad, gracias a la Fran y todo el equipo, de poder mostrar un trabajo que tenga más sustancia era clave en una vitrina como en la que estábamos, porque te están dando tremendo escenario con una tremenda exposición donde siento algo peyorativo andar hablando de ego o diamantes. Es necesario hacerse cargo de lo que uno dice, y por eso en ese sentido para mí fue muy lindo lo que pasó.

A la mañana siguiente y tras digerir la emoción, también quiso expresar su sentir a través de un escrito en su cuenta personal de Instagram.

https://www.instagram.com/p/B9E9dGKJwqP/


“Hoy en día el cantante o la cantante no solo canta bonito diciendo cosas bellas estéticamente o con una gran producción grandilocuente por detrás; ahora tienes que entregar un mensaje, tienes que entregar una coherencia que pueda trascender y transformar a nivel social, cultural, espiritual y en todos los planos que se pueda. Es un compromiso”, aquellas palabras representan una de las tantas convicciones que moldea la filosofía de Valentina al momento de hacer música, su canción “Salvaje” es un ejemplo de lo recién destacado.

El videoclip del tema tiene pinceladas del ecofeminismo, esto con intención de poner sobre la tarima a la naturaleza y poder observarla desde un punto de vista que no sea ligado al extractivismo ni a “un objeto ajeno al latido mismo que nosotros tenemos”, ya que hoy en día no solo existe la violencia hacia el género, sino que también a la madre tierra que está totalmente corrompida y devastada. Sin embargo, también hay otras temáticas que se abordan, como el denominado amor romántico.

¿Es un implemento de feminismo en tu trabajo la crítica hacia el amor romántico?

– Sí, exacto, hay que hacerse cargo. Porque ya han sido demasiados demasiados años de pensar así. El amor romántico lo trato de criticar desde una postura muy desde la naturaleza en “Salvaje”, porque creo que muchas de nosotras y nosotres vivimos y crecimos escuchando hasta cinco años, seis años radio, por ende música romántica o música cebolla o de cualquier género en verdad donde se ve el maltrato por debajo de la mesa cachai, como en el sentido más profundo. Se ven letras que reflejan una violencia con esta cosa de la propiedad, con frases como “tú eres mía”, “tú eres mío”, “hasta el fin”, “quiero vivir amarrado a tu cuerpo”, “quiero que solamente seas mía y solamente mío”. Entonces nosotros hemos sido críados y educados con esas concepciones, por lo mismo siento que la libertad viene dada por ser libre y dejar ser libre al otro de la forma más empática y comunicativa que se pueda. Por eso siento, también, que el feminismo -ecofeminismo en este caso- en ese sentido es genial y es un poco también el volver a ese origen, ese instinto animal que es necesario escucharlo y reincorporarlo al mismo tiempo que a la mujer. En el fondo, nunca más sin nosotras.

¿Y cómo ves que se ha ido introduciendo el feminismo en la industria musical, en ambientes de tocatas, etc? ¿Y cómo te gustaría que fuera avanzando?

Siento que hoy en día se están viendo hartos cambios, como mejoras y evoluciones. Se ven muchas transformaciones, pero falta mucho todavía, mucho mucho mucho. Para qué decirte cómo era hace tres años atrás ¡ni para qué hablarte de cómo era hace diez! Tengo veintinueve y empecé a trabajar así, a full en la música como hace diez años atrás y una se ve expuesta a un montón de micromachismos y machismos en diferentes circunstancias. El mismo hecho que existan porcentajes súper abismales de cuántas mujeres existen en la industria musical es violento, es súper machista y súper patriarcal que hayan tan pocas mujeres sonidistas o iluminadoras; hoy en día, gracias a las Tramus -trabajadoras de la música- se está visibilizando, o Ruidosa que lidera harto la Fran o La Matria de la Mariel Mariel. Gracias a todas esas chiquillas se está pudiendo contabilizar y hacer mayores datas cachai, y decir “aquí estamos, estas somos”. También hay mucha disidencia que está en el fondo, por ejemplo las Tramus postulan en el manifiesto que son un colectivo con ideales súper transfeministas para que también estén reunidas las disidencias que siempre han sido segregadas con tanta violencia de género. A mi me ha pasado también, siempre he sido o siempre he tenido que ser la única mujer dentro de los grupos donde me relaciono; en las bandas soy la única cantante o la que toca el teclado y los demás son todos hombres. Y pasa, naturalmente, que en grupos de hombres pasan muchas weás locas, muchos micromachismos y esa sensación de manada que a veces es súper incómodo. Ahí se nota que en el fondo, históricamente a la mujer la tienden a mirar en menos, que es débil o que no se la va a poder. Pero con esta revolución femenina feminista va cambiando todo.

¿Por qué crees que este 8M es tan importante?

– Siento que el feminismo y la mujer en sí cada día está más despierta, y más fuerte y más valiente a nivel mundial. Las mujeres estamos más guerreras que nunca, siento que estamos reencontrándonos con nuestras ancestras que nos están diciendo “buena chiquillas, denle. Denle con todo”, se me ponen los pelos de punta. Se van a lograr grandes cosas, pero jamás olvidar hay que hacerlo desde la sabiduría, la atención y la vigilancia. Hay que hacer todo con inteligencia, estamos logrando cosas bellas, ahora vamos a tener paridad así que salud por eso. Vamos a seguir haciendo historia y cosas hermosas por todas las compañeras.

Fotografías por Jacqueline Riveros (@j.riverosph)

 

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