Las calcetineras: las grupis chilensis

Según diccionarios urbanos registrados en la web la palabra calcetinera alude a una mujer que es admiradora y seguidora de un artista, o al menos así se le dice en Chile, porque en gringolandia se usaba el término groupie, o como lo escribimos acá grupi, que si bien puede significar lo mismo también alude a una chica que se acuesta con su ídolo musical gracias al constante seguimiento de este en sus giras, pasando a ser la acompañante de este en lo que queda de esta.

Se dice que en Chile jamás existieron las grupis como tal, debido a la sociedad conservadora que existía en ese momento, a diferencia de Estados Unidos por ejemplo, que las mujeres eran más deshinibidas mientras en Chile la mujer era más tímida en una sociedad llena de tabués, siendo su máxima aspiración conseguir un autografo y asistir a los shows de ídolos como Buddy Richard o el Pollo Fuentes con grandes pancartas y plumeros acompañados de una histeria hasta ese momento desconocida dentro de la sociedad criolla, esas eran las calcetineras, bautizadas así por la prensa gracias a que caían rendidas a los pies de sus ídolos.

Es cosa de recordar a las calcetineras fieles del Pollo Fuentes que hasta tenían su propio grito: “Oro, oro, oro el Pollo es un tesoro”, vestidas todas del mismo color y generando una histeria colectiva en cada recinto en el que su ídolo iba a presentarse mientras lloraban y se tiraban el pelo de la emoción y hasta hacían eventos benéficos en donde llevaban al cantante y lo hacían participar. Lo mismo ocurría con la fanaticada de Buddy Richard, Luis Dimas, Danny Chilean y Lalo Valenzuela, por nombrar a algunos.

Y a pesar de que se diga que las grupis chilenas son un mito o no alcanzaron a ser más que calcetineras o fanáticas, hay ciertos momentos en los que se ha evidenciado, de manera directa o indirecta que si han existido y que quizás es aún es un tema tabú, como por ejemplo la letra de “Historia de amor y condón” de la banda Chancho en Piedra podría hacer alusión a la existencia de grupis, al menos dentro de la banda.

De hecho, lo más mediático que ha ocurrido en la memoria chilena acerca de alguna grupi es el escándalo que ocurrió a principios de la década del dos mil cuando en el diario La Nación se publicó un reportaje en el que una periodista -que era una supuesta fanática- pinchaba con el vocalista de la banda Lalo Ibeas, quienes además fueron paparazzeados por los medios nacionales al salir de un hotel, así como cualquier escándalo hollywoodense y que terminó mal: la periodista escribió un texto vivencial que fue publicado por el medio y las cartas de reclamos al medio no tardaron en llegar. El músico estaba en una relación cuando ocurrió el bullado incidente.

En la cultura pop chilena las calcetineras han tenido bastantes apariciones, como por ejemplo en el sitcom “Mi abuelo, mi nana y yo” de Televisión Nacional de Chile hay un capítulo en el que la nana Ornelia, interpretada por Ximena Rivas, es una calcetinera de un cantante llamado Raúl Ariel, quien tiene unas locas fanáticas que lo siguen y mueren por él.

En la mítica sitcom “Los Venegas” de TVN tampoco podían faltar las calcetineras, y eso ocurrió en un episodio en el que Miguel Barriga, el vocalista de Sexual Democracia interpreta a un amigo de Guillermo con el que se juntan a guitarrear y preparar un concierto, pero en el camino se presentan dificultades debido a que Silvia es una admiradora del intérprete de “Profanador de Cunas” y esto genera los celos de su marido y para variar pone en riesgo una romántica cita que Elvis -el guardia del sector- preparó para la nana Josefina, que también es una calcetinera del cantante.

Algo similar ocurrió en un capitulo de otra exitosa sitcom criolla “Casado con Hijos” de Mega, en el que Marcia organiza una exigente fiesta de Halloween, en el que le dijo a sus amigas fanáticas de René de la Vega que este iba a asistir, pero en verdad no era así. La verdadera historia es que otro de los personajes,  Nacho Larraín, se iba a hacer pasar por él, pero mágicamente el intérprete de “Chica Rica” llega a la fiesta y todas las amigas de Marcia, incluidos los otros personajes de la serie se vuelven locos al verlo.

Un concepto que busca derribarse

En los tiempos que corren hoy en día, en el que el empoderamiento femenino está más presente que nunca, se ha calificado a groupie como una palabra machista, debido a que en esos tiempos, normalmente ellas eran menores de edad y por otro lado, marcó aún más el poder que ejercía el hombre sobre la mujer en los roles de género, que hoy son más cuestionados que nunca.

Además con el auge de las groupies, se empezó a desestimar bastante la música que escuchaban las mujeres, logrando invalidar la melomanía femenina. El concepto empezó a usarse como una manera de descalificar cierta música teniendo como principal argumento que esa música se consume solo por el deseo sexual y/o amoroso que puedan sentir las fanáticas y no por su gusto o calidad musical.

Lo curioso es que a pesar de que hoy en día existe una generación más abierta y menos machista, el término groupie y el prejuicio acerca de la música escuchada o cantada por mujeres sigue bastante vigente en la industria. Hoy existen las ganas de derribar el mito de la groupie, a esa misma que se le etiquetaba porque conocía a un artista underground o de nicho porque la melomanía es una cosa exclusiva de hombres o de alguna forma se le cuestionaba su gusto o fanatismo ya que el único rol de la mujer en lo musical era idolatrar de manera ciega a estrellas juveniles porque estaban de moda o simplemente eran atractivas.

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