Pop de Valparaíso en 2018: El despertar musical del Puerto

“No podemos no dedicar este triunfo a las regiones, porque es difícil generar un movimiento fuera de Santiago y su centralismo”. Esas fueron las palabras de Gabriel Holzapfel, baterista de Adelaida, tras recibir el premio Pulsar 2018 a Mejor Artista Rock. Un reconocimiento al trabajo por varios años del percusionista junto a sus compañeros de banda Jurel Sónico y Naty Lane, quienes desisten en salir de su lugar de origen: un pequeño departamento en pleno barrio puerto.

Historias como las de Adelaida sobran en el Gran Valparaíso. Desde los valles, donde la escasez hídrica no es excusa para afinar las gargantas, hasta la extensa costa rica y diversa en sonidos que hacen a la quinta región un polo musical de la cultura chilena.

Dentro de este variopinto melódico, el pop ha tomado un particular protagonismo este 2018, lo que llevó al surgimiento de nuevos sellos, espacios y movimientos. Las siguientes bandas son parte de este despertar sonoro que aspira a convertir a la capital regional en un puerto de músicas: Javiera y Lavanda, Técnicas Manuales, No Bailo y Mora Lucay.

Un recuento de sonidos, lanzamientos y sorpresas

Javiera y Lavanda es una de las nuevas agrupaciones en la escena porteña. Formada en 2017, el que fue un año de aprendizaje en los talleres musicales de Balmaceda Arte Joven, la banda liderada por Javiera Hernández siente que el 2018 ha sido un crecimiento casi exponencial, rápido e inesperado.

“Hubo una suerte de destiempo de cosas que no nos imaginábamos que iban a pasar que son muy lindas como el lanzamiento del EP, participar en instancias como las sesiones del CENTEX y la radio Circuito Nacional. Además de firmar con el sello RMS”, agrega la vocalista.

Crecimiento exponencial, un concepto que es compartido con No Bailo, banda oriunda de San Antonio que estrenó su disco debut en abril pasado. Siete meses después, se encuentran en plena gira de lanzamiento con varias fechas en la región, Santiago e incluso La Serena.

“Fue un año de crecimiento que partió con presentarnos en el festival Rockódromo. Ahora estamos mucho más claros con todo, no nos dan nervios de ir a tocar”, asegura Julio Samsa, bajista de la banda, justo después de su presentación en Toma Directa, un programa de Radio Valentín Letelier, fiel promotora de la música independiente nacional en la región.

Jota Ampuero y Natalia Vásquez comparten el amor por la música. Ella es la voz principal de Mora Lucay, una agrupación que fusiona muchos estilos y que el 2017 se presentó en Colombia y Estados Unidos. Él también está a cargo de las voces de su banda, Técnicas Manuales. En Mahuel, una fuente de soda a los pies de la mítica subida Ecuador, relatan las experiencias que les dejó el 2018.

“A finales de marzo sacamos nuestro primer álbum, y marcó el camino en adelante para la banda. Al parecer había una suerte de expectativa ante el disco y eso repercutió en bastante atención para nosotros que no éramos tan conocidos, y así más gente nos comenzó a seguir”, recuerda Ampuero, refiriéndose a Las Torpederas, su trabajo debut que, con el apoyo de Sello Recolector, los llevó a distintos escenarios de la zona central.

Natalia, en contraste, comentó que su 2018 fue mucho más introspectivo: “A inicios de año nos ganamos un fondo para grabar un disco, pero nos dimos cuenta que debíamos primero darle un concepto más claro e investigar el sonido de la banda”. Además de buscar sonidos nuevos, durante el año la banda llegó a cambiar de baterista con la salida y posterior retorno de Cristóbal Villalobos, y presentarse en formato dúo junto al guitarrista Marcelo “Chino” Guzmán.

Vivir de la música

El año 2013 el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales realizó un estudio titulado “El papel de las políticas públicas en las condiciones laborales de los músicos en Chile”. En él se exponen las dificultades a las que se enfrentan quienes deciden dedicarse profesionalmente a la música. No solo la inestabilidad económica es un problema, lo es también la ausencia de leyes que los protejan o regulen su labor profesional en materia de previsión médica y social.

Cinco años después el panorama es similar y con mayor fuerza en los artistas emergentes, quienes batallan para poder mostrar una propuesta de calidad. “La mayoría de las cosas las haces en verde. No hay retribución económica para la gente que nos apoya”, comentó Javier Quiroz, baterista de No Bailo. “Esa gente está confiando en lo que hacemos. Todo es por la confianza artística, y ojalá que esto gire para el otro lado y se puedan pagar las labores que se están haciendo”, añadió su compañero Julio Samsa.

Para Javiera Hernández el diagnóstico es similar, al declarar que no han ganado nada y tampoco lo ven muy cercano, pero la inversión es mucha. Para el show de lanzamiento de su EP Incendio, en octubre de este año, quedaron en números rojos, lo que no los desmotiva. No es tema el gasto, porque saben que eso cambiará en algún momento.

A las mismas conclusiones llegan Natalia y Jota, mientras disfrutan un schop cervecero después de sus jornadas de trabajo, donde ambos se desempeñan en colegios del gran Valparaíso. Reconocen que el tener un sueldo fijo les permite financiar los instrumentos e invertir en la producción de sus canciones. “La ayuda de los sellos nos ayuda bastante, ya que ellos postulan a fondos para realizar giras nacionales. Si nos quisiéramos dedicar cien por ciento a la música sería muy complejo, porque no hay una entidad que te acoja”, agregó la voz de Mora Lucay.

Pop de puerto

No solo estas cuatro bandas junto con la galardonada Adelaida forman parte de la nutrida escena porteña. Agrupaciones y artistas como Celibatos, Solución Violeta, Galpón Austral, Seba Alfaro y Maleza, entre muchas otras bandas se relacionan constantemente, generando una red de compañerismo a lo largo de la región, dejando de lado la competencia.

“Es positivo lo que se está generando, porque todos están haciendo cosas muy interesantes, y eso es mi alimento musical. Con Técnicas, hace tres años nos sentíamos solos, no teníamos con quién tocar, el escenario era más rockero y punky”, declaró Ampuero, mientras reparte un “barros luco” en partes iguales. Natalia Vásquez destacó que los adolescentes porteños le están prestando mucha más atención a estos nuevos grupos. De hecho, hace poco tocó junto con “Chino” Guzmán en una actividad organizada por un colegio porteño.

Para No Bailo lo que se está generando es enriquecedor, aunque consideran que faltan más espacios para que estas bandas muestren su música. Sin embargo, sienten que a medida que sigan creciendo las agrupaciones, bajo el “modelo de negocio funcional”, los lugares van a surgir e incluso mejorar.

Cerros y mar: La relación con la ciudad

Durante el año, la industria musical de Valparaíso trabajó en conjunto con sellos discográficos y gestores culturales en forjar un proyecto para hacer de la capital regional una ciudad musical. Una de las conclusiones a las que llegaron fue la importancia de la relación entre el músico y su entorno.

La conexión de Jota Ampuero con Valparaíso no surgió de la cuna. Nacido y criado en Punta Arenas, llegó al puerto principal y no se fue más. Por tal razón escribió Las Torpederas, canción que trata sobre el rocoso balneario. “Me demoré solo dos meses en sentir cariño por la ciudad. Tiene un no sé qué, que qué sé yo. Me encanta salir del trabajo y poder contemplar el mar, es un privilegio”, agregó.

Si para Ampuero la comuna porteña tiene una conexión más romántica, Natalia considera que la Joya del Pacífico “nunca se queda callada. Es un referente político, donde llega a quebrar Mc Donald’s. Diferente por donde quieras mirarla, ya sea en su forma o su dinámica. El centro más conocido como plan hace que todos se encuentren, por lo que no puede ocultar su identidad”. A pesar de sus problemas de basura, comercio ambulante y nacimiento improvisado, esto la hace, según la vocalista, un rincón original y llamativo. “Valparaíso debe ser consciente de lo bacán que es”, sentenció.

El otro puerto, el de San Antonio, acoge a No Bailo. El segundo single del grupo se titula ‘Yo de aquí no me voy’, donde le cantan a la playa de Llolleo, consumida paulatinamente por las estructuras portuarias. Samsa, a pesar de la nostalgia, tiene una valoración positiva de su lugar de origen, que crece lento pero seguro en todo ámbito, inclusive en la escena. “Han salido muy buenos artistas como Chinoy, Demian Rodríguez, Julio Piña, Portugal y más atrás otros referentes gigantes como Andrés Godoy”, declaró el bajista de la agrupación.

El año comienza a entregarnos su bis, lo último antes de que el 2018 haga descender su telón. Un año donde estas cuatro bandas se esmeraron desde sus espacios en construir una escena atractiva para sus propios vecinos. Pero no fueron los únicos.

Adelaida, además de ganar el premio Pulsar, viajó a Asia y Canadá donde continuaron esparciendo su música. Solución Violeta fue una de las grandes revelaciones, teniendo un meteórico ascenso que los llevó a ser parte de importantes festivales como Rockódromo y Lollapalooza, para finalmente coronarlo con su primera gira internacional en Ecuador. Chico Bestia es otra de las bandas que extendió sus horizontes al presentarse en el sur de nuestro país, tras estrenar su primer disco. Sonora de Llegar, la incansable agrupación ska de Villa Alemana, estrenó un nuevo álbum que los llevó a girar por el extranjero. Por otro lado, fortalecieron los sellos discográficos como Mescalina Recolector y Acople Records. El más reciente, Sello Invisible, consolidó redes de contacto con sus pares de Santiago y Temuco.

Los desafíos ya están instalados para el 2019. No Bailo continuará con su No Gira de promoción de su primer disco, en donde ya estrenaron una nueva canción, e intentarán hacer que el próximo año sea mucho mejor que este. Javiera y Lavanda apuesta por lanzar su disco de larga duración y realizar una serie de presentaciones por Chile y algunos festivales, apuntando a Concepción como destino obligatorio. “Aparecimos en el cartel falso de Lollapalooza, y más allá de que no sea real, nos dice que existimos y hay gente escuchando tu trabajo”, aseguró la intérprete.

Técnicas Manuales prepara el 2019 para consolidarse. Durante febrero, se presentarán en Santiago en el marco del Matucana Fest, donde apuestan por seguir presentando su disco ‘Las Torpederas’. Además, aprovecharán el premio de un concurso organizado por un pisco para grabar tres canciones en un estudio profesional. Mora Lucay, por su parte, intentará que este proceso introspectivo salga a flote, y lanzar un par de canciones para promocionarlas durante el año, antes de publicar su segundo álbum.

El panorama parece aventurarse por ir más allá de sus lugares de origen, de que la escena de Valparaíso eleve anclas y zarpe hacia nuevos horizontes. Sin embargo, la consigna general es clara en cuanto a dejar o no la región: Yo de aquí no me voy.

Reportaje realizado en compañía de Lun Lee Flores, estudiante de Periodismo de la Universidad Católica de Valparaíso.

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