Comenzaba el ocaso de los compact disc y, en la televisión, cuatro series infantiles mantenían a flote una industria que se hundía poco a poco. En 2007 y mientras “BKN” (2004) seguía viva a punta de giros y trágicas muertes, Canal 13 y TVN estrenaban sus propias producciones para salir a buscar ese público menor que se renovaba constantemente. De estas historias, “Amango” resultó ser un semillero fructífero, con Augusto Schuster y Denise Rosenthal como figuras que aún acaparan portadas.
A un par de cuadras, el canal estatal apostaba en 2007 por “Karkú”, con Constanza Piccoli (ex BKN), Luciana Echeverría y el niño prodigio César Morales, hoy parte del dúo 330 AM. Pero de todas las figuras protagonistas de la serie, una brillaba en particular. Esa era la de Raquel Calderón, hija mayor del matrimonio entre Raquel Argandoña y Hernán Calderón. Junto a sus co-protagonistas, la joven se inició en la música con el grupo Six Pack, con el mismísimo Gonzalo Yáñez como su tutor personal.
Por una diferencia de opiniones entre su padre y la productora MyFriend, realizadora de la serie, Calderón abandonó Karkú y Six Pack tras el estreno de la segunda temporada en enero de 2008. Raquel no participó de la presentación del grupo en el Festival de Viña de ese año. A diferencia de sus compañeros en la ficción, ella tenía todo para seguir el camino que quisiera en el mundo de la farándula chilena. Había nacido en cuna de oro. Y es entonces que de la mano de Yáñez, y bajo el seudónimo “Kel”, la entonces joven de diecisiete años decide iniciar su carrera solista con su único disco hasta el momento.
“No molestar!” fue el nombre de la placa lanzada en julio del 2008, buscándole la competencia a “El blog de la Feña” de Rosenthal, que había sido estrenado semanas antes como promoción del spin off homónimo de “Amango”. El productor y el sello eran los mismos: Yáñez y Feria Music, subsidiaria de Feria del Disco, la mayor cadena de disquerías que tuvo Chile y que cerró en 2014 tras años de agonía. Sin embargo, las artistas mantuvieron una distancia que rige hasta el día de hoy. Alumnas del Santiago College, siempre se rumoreó que existía una enemistad entre ambas, lo que se traspasó a las listas cuando debutaron como solistas en ese invierno, diez años atrás.
Con diez canciones, de las cuales tres fueron lanzadas como sencillos, el disco estaba influenciado por la rebeldía pop como actitud principal. Una especie de respuesta a las críticas que recibía por ser “hija de” y pertenecer a la clase acomodada, pero que también rendía tributo a contemporáneas como Belinda. Dentro de los tres singles, uno marcaría su carrera musical para dejarla completamente estigmatizada. Ese tema fue “Me creo Punky”, escrita por Yáñez y con el que parte el disco. Los otros serían “Tenerte cerca” y “Simplemente”.
Dos años más tarde, la joven decide seguir el camino de su padre y entra a estudiar Derecho en la Universidad de Chile. La música se esfuma, pero no sin dejar una última huella: los sencillos “Walk Away” y “Mine” de 2013, ahora de la mano de Neven Ilic. Sin embargo, estas dos pequeñas incursiones sólo fueron pequeñas instancias para atesorar el pasado.
