Josh Rogosin sobre su paso por Chile: “Es un país con mucho talento y poco apoyo a la cultura”

Josh Rogosin, reconocido mundialmente por su trabajo como sonidista en Tiny Desk, dejó Chile con felicidad pero con una pequeña piedrita en el zapato. Su visita, motivada por la búsqueda de talentos ocultos para Global Sound Concerts, su propio proyecto de sesiones musicales, le dejó una mezcla de admiración y frustración ante el panorama musical local.

El ex ingeniero en sonido del reconocido canal de YouTube dejó su trabajo en la icónica serie de conciertos para desarrollar Global Sound Concerts. Su visita a Chile, impulsada en parte por su relación con una compatriota, le dejó sentimientos encontrados. Si bien descubrió músicos de gran talento, también se enfrentó a la falta de espacios y apoyo para el desarrollo artístico en el país.

Vivió en carne propia lo que miles de músicos enfrentan en Chile: tuvo que arreglárselas solo, casi por amor al arte y sin apoyo alguno. Sin embargo, logró concretar sesiones de grabación en lugares únicos de Santiago junto a los productores Vicente Nahuel y Joaquín Alvear, resaltando el valor de la música chilena para el mundo. En esta entrevista, nos comparte su experiencia y visión sobre la industria musical del país.


Josh, lo que todos quieren saber, ¿por qué decidiste dejar Tiny Desk?

Desde hace mucho tiempo quería hacer algo propio y estoy cercano a cumplir 50. Tiny Desk es un proyecto increíble, pero sentía que era momento de dar un salto de fe y explorar el mundo con mi propia mirada, salir del escritorio y darle espacio a artistas que no suelen tener esa visibilidad. Quiero descubrir sonidos que aún no han sido amplificados globalmente y mostrar su riqueza a una audiencia mayor.

Global Sound Concerts, se trata de viajar por el mundo exponiendo la cultura y la música de lugares a los que tal vez la mayoría de las personas nunca haya ido, como Chile. Creo que es importante que la gente vea diferentes lugares del mundo con los que quizás no estén familiarizados. Todos han estado en París, todos han estado en Londres, no todos, pero ya saben a qué me refiero, estos son destinos muy populares, especialmente para las personas de los Estados Unidos. Así que venir a Chile fue muy especial y único, para que pudiéramos exponer la cultura, la gente y la música de Chile. Sé que el apoyo al arte en Chile no es el mismo que en Europa o en otras partes del mundo, pero hay personas aquí con talento, y aún así es importante mostrarle al resto del mundo la cultura de Chile.

Sabes, me fui, y está bien, porque me interesa más encontrar artistas que tal vez no sean tan famosos, porque simplemente amo la música. No me importa cuán famoso seas.

¡50 años! ¿La pasión disminuye a medida que envejeces?

No, está en mis huesos. Crecí rodeado de música toda mi vida, tuve mucha suerte porque mi mamá fue cantante original en los años 50, mi papá es compositor y músico, y dirigió a Johnny Mathis, un cantante famoso de los 60 y 70, además de escribir musicales con un compañero. Siempre estuve en casa con mi papá tocando el piano y luego, por supuesto, tomé la guitarra y empecé a crear mis propias canciones. Después, me presenté en musicales de rock como Rocky Horror Show, Jesus Christ Superstar, Tommy y Hair. Actué en todos esos musicales mientras crecía, y por eso desarrollé mi oído para la armonía y el balance. Crecer con música no es un accidente, sabes, soy muy privilegiado de haber crecido en un lugar donde siempre hubo música a mi alrededor, y no lo doy por sentado porque esa es una gran ventaja.

¿Y cómo es tu enfoque durante el proceso de grabación y mezcla?

La parte de la mezcla empieza en la parte de la grabación, por eso antes de ponerme los audífonos, canto en la sala y escucho a los músicos. Y me pregunto “¿Realmente se están escuchando entre ellos?” y no soy tímido para decirles, “Oye baterista, tienes que tocar más bajo en ese momento. No puedo escuchar a la vocalista, ¿la puedes escuchar tú?” Esa es la primera cosa que hago. No escucho a través de los audífonos, escucho la sala, escucho el balance, y doy indicaciones cuando es necesario. Hoy con Karla (Grunewaldt) no tuve que dar ninguna indicación porque hicieron su tarea y sabían exactamente lo que quería.

¿Cómo fue tu experiencia en Chile buscando talentos para tus sesiones?

Fue una experiencia agridulce. Me encontré con artistas con un nivel impresionante, con voces y propuestas únicas, pero también con muchas dificultades para desarrollarse. La música aquí tiene mucho potencial, pero el acceso a espacios y financiamiento es muy limitado. Es frustrante ver tanto talento sin las oportunidades que merecen.

¿Conocías alguna banda o proyecto antes de venir?

Nada. Por eso le dije a Vicente mi idea, le dije, “¿Podemos crear un concurso donde todo lo que tengas que hacer es publicar un video de un minuto en Instagram con el hashtag #GlobalSoundChile y etiquetar a Josh Rogosin y Altarraxe Studio?” Y luego no sabíamos lo que iba a pasar, tuvimos ruidos de explosión, me quedé completamente sorprendido por la respuesta, no esperaba que pasara algo.

Vicente: Algo que no habíamos considerado es que en Chile somos muy rápidos con internet, algo pasa y ya hay memes. Pensamos que participarían 100 o 200 personas, pero al final recibimos más de 5.000 videos. Josh vio todos los videos y los eligió según lo que sentía, nosotros no intervenimos en la decisión. Le di contexto de algunos artistas que conocía, pero él eligió porque iba a grabarlos y debía estar cómodo. Fue interesante ver la respuesta en Instagram, la gente estuvo muy activa y tuvo mucho alcance.

Vicente, ¿cuáles fueron las principales dificultades que enfrentaron al intentar organizar todo esto?

Con Josh habíamos hablado porque él da charlas y workshops por el mundo. Busqué durante casi dos meses alguien que quisiera financiar la charla en Chile, pero nadie lo hizo, ni universidades ni municipalidades, todos querían solo poner el logo y el lugar. Lo mismo pasó con la cobertura de prensa, nadie se interesó, a pesar de que Josh es conocido como el “ex sonidista de Tiny Desk”. Aquí hubo gente que solo mostró interés oportunista sin contribuir. Por ejemplo, el Hotel Magnolia ofreció estadía y ayuda para grabar, pero muchas otras instituciones dijeron que no. Fue frustrante, intentamos organizar eventos y conciertos, pero sin financiamiento no fue posible. Finalmente, todo se logró gracias a personas que se acercaron a Josh o a mí, sino no hubiéramos podido hacer nada. Josh incluso pagó los pasajes y estaba dispuesto a cubrir su estadía, pero si no fuera por la ayuda que recibimos de algunos, probablemente no habríamos podido hacer mucho.

A pesar de esas dificultades Josh, lograste grabar sesiones con músicos chilenos. ¿Cómo fue ese proceso?

Sí, afortunadamente pude trabajar con Vicente Nahuel y Joaquín Alvear, quienes fueron clave para concretar las sesiones. Grabamos en lugares increíbles que muestran la identidad de Santiago y que, espero, sirvan para que el mundo conozca mejor la escena local. Fue desafiante, pero también gratificante. No puedo hacerlo solo, necesito a estas personas. Si no encuentro gente que tenga el mismo amor por la música, entonces no voy a poder hacerlo.

Joaquín: Es importante saber también que todos estamos en la misma página. Los tres estamos haciendo esto porque nos encanta, no estamos esperando nada más que la música suene bien y funcione, y esa es nuestra paga por todo. Un amigo, Nicolás Aúd, se unió con su cámara y sin esperar nada. Esa ha sido la motivación.

¿Qué diferencias notaste entre la industria musical chilena y la de otros países en los que has trabajado?

El talento en Chile es impresionante, comparable al de cualquier otra parte del mundo. La gran diferencia está en el apoyo institucional y en la cultura de consumo musical. En otros países, el arte es visto como algo esencial, mientras que en Chile noté un desinterés preocupante desde las autoridades y el público en general. A pesar de eso, hay un grupo de personas comprometidas que siguen empujando la escena, y eso es admirable.

¿Y cuáles son tus planes después de Chile?

Me voy a Anaheim, California, para NAMM (National Association of Music Merchants), que es una conferencia de música gigantesca, y voy a dar una presentación porque me invitaron a hablar en este evento internacional de gran importancia. (…) después a Monterrey para una universidad que enseña ingeniería de audio, producción de medios y periodismo. Me invitaron a Guadalajara para hablar y grabar algo de música, y en Monterrey voy a hacer otra presentación y talleres.

Para mí es muy importante enseñar. Ya voy a cumplir 50 años, así que quiero enseñar a los jóvenes ingenieros de audio y músicos apasionados que no necesariamente necesitan un estudio de grabación para crear algo especial y con impacto que pueda vivir en internet, para compartir su música de una manera interesante y única.

¿Tienes alguna visión sobre el futuro de la música chilena en un contexto global?

Soy optimista. Hay demasiada calidad como para que siga pasando desapercibida. Lo importante es que los músicos encuentren nuevas formas de conectar con audiencias internacionales y que se genere un ecosistema que los apoye. Espero que proyectos como Global Sound Concerts puedan aportar a visibilizar todo lo que Chile tiene para ofrecer al mundo.

Y, por último, ¿cuáles consideras que son los beneficios de ser joven en la música?

Que tienes tiempo y energía, y además creciste con las redes sociales, por lo que sabes cómo usar la tecnología. Ese es realmente el beneficio: tienes la capacidad de compartir tu pasión instantáneamente utilizando tu teléfono de una manera que puede ser muy personal y conectar con tu audiencia. Creo que artistas como Karla hacen un trabajo hermoso con eso, ella está constantemente usando las redes sociales para conectar con sus fans. Y creo que eso es lo que los jóvenes músicos tienen como ventaja, el uso de las redes sociales, ¿no?

* Todas las fotos de esta entrevista por: Nikolás Aud

Total
0
Shares
Previous Post

Rod Stewart se despide de Chile con show en el Claro Arena

Next Post

Poder Fantasma desgrana los sonidos e influencias de “Amor Evitativo”, canción por canción