En el sur, los poetas y los músicos tarde o temprano terminamos conectándonos con lo más profundo y lo más cercano al mismo tiempo. El verde de los árboles, o el viento que se acerca desde las orillas del océano Pacífico para alimentar la paciencia de los artistas.
Yuzari, oriunda de Hualpín, es fiel representante de esa tradición. Lo hace llevando sus poemas y letras mezcladas con ritmos modernos, donde lo electrónico y lo pop se camuflan ante una voz poderosa, que transita desde la calma hasta la sabiduría.
“Viento”, nombre que lleva el primer EP de la cantante sureña, nos entrega cinco canciones que, poco a poco, van creciendo en ritmo y búsqueda. Hay introspección, pero también hay una trabajo de producción liderado por Diego Santiago, que busca que los temas apunten al objetivo del clásico Plantasia, que quien las escuche pueda florecer y reconstruir en calma.
“Las armonías en mis canciones son todos los espíritus de la naturaleza que me acompañan”, afirma la cantautora, quien lanza esta obra desde su retiro en la campiña francesa, donde terminó a más de 12 mil kilómetros de distancia este primer gran acercamiento a una larga producción.
Yuzari inició su carrera en Temuco, capital de La Araucanía en 2018, interpretando su música en diversos espacios artísticos autogestionados, eventos sociales y comunitarios. Ya en 2022 comienza a dar forma a una propuesta material con la aparición de su primer sencillo “Todos los colores”. “Bailan”, lanzada como sencillo en marzo de 2024, fue un primer acercamiento a la estética que logra plasmar con este lanzamiento.
Todas las canciones en “Viento” comparten un hablante poético donde la naturaleza es el centro de todas las preguntas. Quien canta se entiende como parte de un espacio, y conversa con el entorno, se preocupa, aparece la polifonía de los otros seres, donde Yuzari interpreta a esos actores invisibles.
La cantante carga con la belleza poética cultivada en la región, y sus temas no escapan de esa mirada dulce, donde le da voz al viento, a los espíritus que ya no están.
Conversamos a través de correo electrónico con Yuzari para profundizar en las anécdotas, decisiones y procesos creativos que dieron forma a este álbum. Recomendamos leer esta entrevista mientras escuchas las canciones; ponle play y disfruta…
1. Bailan
Es un pequeño poema que habla sobre la sensación de paz de uno mismo y proveniente de la propia naturaleza, ya que en ella yace la sabiduría del comportamiento humano. Podría decirse que es superior a nosotros, ya que goza de regeneración celular, hábitos de sobrevivencia y adaptación, totalmente organizados y que además, crean vida. No necesitan el raciocinio, no les hace falta. En cambio nosotros sí, y aún así, causamos tanto daño.
El viento es el caos, es el ruido en las hojas de los árboles, aunque sigue siendo quién transporta la semilla, el polen, las esporas, fertiliza la tierra, las aguas, conduce a los animales y avisa a las comunidades indígenas sobre el clima.
En el viento ocurre la grandeza, cuando estás debajo de un árbol y se detiene. Es como que se detuviera el mundo entero, todo es silencio, todo es calma, todo lo muerto vuelve a ser nuevo. Y está en la novedad el sentir que nuestra energía se despierta y es como si comenzara una nueva era. El silencio avisa sobre un nacimiento.
“Bailan” es una canción tranquila, creada bajo un manzano, y transmite justamente como me sentí al escribirla. Es totalmente una descripción de los árboles y plantas que me rodeaban en ese momento. Mi parte favorita es cuando dice “y crecen sin parar, se arrugan, se marchitan, y vuelven a empezar como nosotros”. Hablo de esa similitud que tenemos con la naturaleza, y como el ser consciente de ello puede ayudarnos a ser mejores personas, aprendiendo de ella.
2. A la velocidad
Es una canción que escribí en un momento difícil de mi vida, en donde sufría la enfermedad de mi padre, una crisis vocacional con la carrera que había estudiado y en donde había decidido dejar la música.
Por lo mismo, estaba cansada, ya que es difícil levantar el arte independiente desde la propia trinchera y con tantos obstáculos como lo es la vida misma.
A pesar de estar haciendo de todo, sentía que no hacía nada, que no era productiva, que necesitaba estar en otro lugar. Y desde ahí nace la frase “y aunque todo vaya de prisa, está bien no querer entrar a la inmediatez que te hace trizas ¿qué es tan urgente que no podí’ esperar?”.
En mi caso, la urgencia era que el sistema de salud pudiera mejorar, era que mi familia estuviera bien, pero no podía, ni menos dejar algo que le diera sentido a mi vida, la música. Así que decidí aprender a no culparme, a ir a mi ritmo, a dar lo mejor cuando pueda darlo. “Todos somos un poco de otros, hasta en esta canción puedo ver sus rostros, aunque me esconda lejos entre montañas, sube y baja el tiempo y todo cambia, conmigo van”.
Creé esta frase recordando todos los momentos que me trajo la música, las personas que conocí, que me siguen acompañando, de las que aprendí cosas maravillosas que puedo replicar, y de las cosas malas también, que no quiero que se repitan.
Así que cuando la terminé, dije que volvería a escribir canciones y a cantarlas, pero respetando mis tiempos y mi sensibilidad, y por supuesto, no olvidando que la naturaleza es la mejor sanadora. Me puedo esconder, puede pasar el tiempo, pero nunca la música.
3. Del viento que resuena
La escribí junto con ”Bailan”, bajo los árboles y pensando en la inmensidad del mar.
El mar se encuentra aproximadamente a 10 kilómetros de la casa de mis padres, en Hualpín, que es en donde he escrito casi todas mis canciones. Se escucha el sonido de las olas durante las noches y a veces el viento también lo trae de día.
Solo eso me basto para describir al árbol , el árbol que todo lo ve, y decir que “conoces la tierra, conoces el cielo y junto al mar. Viejo amigo longevo, de amor y de sav(b)ia” .
Nótese sav(b)ia con doble significado, de sabiduría y cómo el líquido que circula por la planta para transportar sus nutrientes. “Tanto has aguantado, tanto amas tu hogar que aunque te sigan destruyendo una y otra vez vuelves a crecer. Me das vida, sin rencor mi piel, algún día estará como la tuya”.
Había un árbol con cortes de hacha, y me transportó al sufrimiento de la tierra (aunque es algo en lo que pienso todos los días) de la flora, fauna y fungi, por los billones de árboles y bosques mutilados en el mundo. Su corteza, arrugada como la piel de una anciana. Cómo quizás algún día también estaré yo, espero, con esa sabiduría, y pudiendo ya no sentir ningún rencor.
4. Y cuando deja de soplar
Es una canción más rápida, en donde el espíritu del volcán comienza a mostrar actividad. Es todo más claro, en donde la energía silenciosa de la calma comienza a fluctuar entre sus diversas emociones. De hecho, en ella se encuentran latidos del corazón como parte de su instrumentalización.
Habla de la amistad, de la importancia de tener a alguien contigo, de tomar su mano o que tomen la tuya. “Toma mi mano y no dudes jamás”. Habla de vernos a nosotros mismos, de estar en el presente, de acompañarnos, por eso utilizo la frase a la inversa “túmbate en el cielo, para que mires el suelo”.
La canción finaliza con la frase de “Una forma extraña se va”. El concepto de forma se lo atribuyo a alguna situación o sentimiento que deseamos que se vaya para que todo esté mejor.
Esta canción es muy especial, porque la última frase no fue invento propio, sino que de un querido amigo, y espero que más pronto que tarde, pueda salir una colaboración con la canción madre, creada por él.
5. Vuelve a lo muerto nuevo
Es la sinergia misma del álbum, “corre hacia la nueva era que ya está aquí, no existe tiempo, ni espacio”. La naturaleza ya no tiene más tiempo, la nueva era es el retroceso para la vida de la tierra, las reservas naturales para abastecernos en grandes cantidades están agotadas.
Esta canción habla de lo maravilloso de la naturaleza, “nacen del grande cerro, corriendo va el micelio, sus esporas, entrelazan la vida, vuelve a lo muerto nuevo en silencio”.
Esta parte específicamente habla de la funga, de su proceso de fertilización, descomposición y regeneración. Como nutre y se conecta con la tierra, otras plantas y seres vivos. En esta misma canción tengo mi parte favorita, que es cuando canto al revés “¿Puedes ver la luz que recorre el suelo? Cuida a La tierra que está llorando “.
Fotos por Claudia Castro @bitacoracircular