Después de un poco más de tres años, Planetario volvió con nueva música. El suficiente tiempo para renovar su propuesta, que transitó desde la luminosidad de sus trabajos desde 2016 a lo que hoy presentan con “IKARO”, tornándose más oscuro y “existencial”, como expresaron dos de sus integrantes principales, Andrés Jaramillo y Pedro Palma.
“Es una transición hacia algo nuevo que queremos hacer”, comentó Palma, además señalando que llevó un proceso de creación desde el 2020, con sumo detalle en la producción, tomando tintes más hipnóticos y atmosféricos, pero sin dejar de lado la esencia de la melancolía de su indie rock.
Desde la desolación, el nombre y concepto de esta nueva placa está inspirado en la historia de Ícaro, la figura de la mitología griega que voló demasiado alto, pero terminó sumergido en el mar. Así, de la obra en cuestión, transforma su idea y la compara a la vida de un músico, de momentos de frustración e incertidumbre.
Cinco canciones en donde la variedad musical es clave: riffs de metal alternativo, atmósferas etéreas propias del dream pop, sonidos crudos del rock alternativo, y hasta pasajes de indie folk.
Ahora, que has llegado a esta parte, ponle play a este nuevo EP de Planetario, y mientras, presta atención a los detalles que Andrés y Pedro nos pudieron comentar…
Somos
Musicalmente, cuando terminó, la consideramos como una ópera rock. Tiene una transición que va contando una historia muy sumisa desde un principio y ya termina al final con una onda instrumental gigante con instrumentos orquestados.
La letra es como un monólogo medio teatral, porque parte desde el existencialismo, un poco criticando la sociedad y uno mismo: “Somos el mismo problema que aborrecimos”. Y este monólogo va también en el existencialismo de sentirse mal por alguna razón equis. Pero ya al final, abarcando el coro, y también el coro final, abarca algo más directo a una persona que provocó todo este estado anímico ya más débil en que, esta persona que relata la canción quiere salir, quiere abrir sus alas.
Se habla de un ángel caído, de poder crecer, salir de los cimientos, poder volar y salir de este estado negativo.
Manual para sobrevivientes, parte 1
Fue una idea que se me ocurrió en algún minuto porque tenía estas dos canciones, porque después cambian las notas un poquito, pero se mantiene como en la misma escala. Queríamos que no se notara esa unión entre ambos temas. O quería alguna forma de mezclarlo. Y ahí nació la idea después como de hacerle esta parte 2 instrumental.
Habla de que de repente cuestan las cosas para que resulten, y es como, ah, qué lata. Y un poco siempre he notado eso. Ayer también estaba pensando que nuestras canciones, si bien parten de una base muy negativa o de un problema muy fuerte, siempre tienen un dejo de esperanza.
Qué tantas cosas hay que hacer para poder lograrlo. Y cómo ocupar bien la energía. O cómo aprovechar bien el tiempo.
Manual para sobrevivientes, parte 2
Es la primera vez que hacíamos una instrumental.
Como que me puse a pensar, así como si yo (Andrés) fuera Ícaro, relatando su caída y manda un mensaje. Cuenta brevemente su rollo, esperando que alguien lo escuche (sobre las voces al fondo).
Esa era la idea, y quedó así. Nunca lo modificamos. Lo hicimos de nuevo, lo intentamos, pero no resultó. Dejamos el de la maqueta nomás, lo distorsionamos harto y claro, tiene ese rollo de que se está destruyendo, en una caída abismal.
Max Díaz (Saltador) también le dio una onda más latina. Me acuerdo de que estábamos mezclando esto y era como, pucha, falta movimiento. Como una cumbia, algo que te haga como mover la patita y bailar, porque es largo el tema, es un instrumental igual largo. Max llegó con semillas, bongos, trajo caleta de instrumentos y lo grabamos varias veces, varias pasadas con varias cosas y finalmente dejamos todo, dejamos todas las pistas activas no más porque todo ya sonaba como una masa bien sólida de percusiones.
Diferente
Es una canción que hizo Pepe, que trajo hace tiempo. Me acuerdo de que… él se la escribió a alguien, pero a la vez, cuando él se la escribía a alguien, se veía muy retratado en las palabras que decía y se la cantaba él mismo.
Si bien está direccionado a una persona, él también tiene un relato a él mismo y básicamente lo que quiso hacer en esa canción fue experimentar como un indie más noventero, cosas como los Smashing Pumpkins, no sé, quizás hasta sonidos como los de Sonic Youth… un montón de cosas como esa onda.
En cuanto a producción, fueron saliendo cosas entre medio, por ejemplo, le metimos un sample de Shingeki no Kyojin. Aparte que también tiene algo que nunca habíamos hecho, que es una progresión de velocidad, que es cuando la canción parte en un beat como en 140 bpm y termina como 20 beats más arriba.
En esa parte, está Eren mirándose al espejo diciendo “Tatakae”, y es él hablándose a él mismo. Y es justo la parte de la canción en que también empieza a agarrar más potencia. Es como una arenga, como que musicalmente va en las mismas direcciones.
Pyxis
Es como si Ícaro hubiera escrito una canción, y habla un poco de los pájaros, mira a los pájaros y quiere saber cómo es volar. Ese tema de emprender un vuelo y ser libre.
Se dio la invitación a Arranquemos del Invierno (Niño Cohete). Al Pablo lo conocimos hace tiempo y aceptó participar. Le dio también toda una mística obviamente, porque es muy su estilo también de canción siento. Y el nombre se debe un poco a la constelación de Pyxis.
Es muy acústica. Dejamos solamente una guitarra del Daniel, nuestro antiguo guitarrista.
Llegamos, grabamos las voces. El resto ya estaba grabado, y él (Arranquemos del Invierno) llegó y fue como ya ¿qué hacemos? Teníamos una hora, porque él andaba justo de viaje no más en Santiago. Como él vive cerca de Concepción, fue como “ya, graba todo lo mismo que hice yo, pero con tu voz después vemos qué hacemos”. Y finalmente fue dejar al unísono las dos voces porque la letra es tan cortita, que mejor dejamos las dos voces combinadas juntas. Fue una apuesta presentárselo así y a él le gustó.
