Chips y la Gran Ciudad nos enseña su forma de auto-cuidado, un “Ensayo para la Angustia”, canción por canción

Diego Márquez Arancibia (26) es un músico, escritor y profesor de filosofía que inició -hace no mucho- su proyecto musical que, pese a ser solista, confiesa que no sería lo mismo de no ser por los colaboradores: la tecladista Laura Zavala y el productor Pablo Orenalla (Blosqui), amigos que, dice él, lo motivan a seguir creando. Otra gran influencia fue su hermana, quien le enseñó distintos géneros y eras sonoras. Diego tenía 13 años en ese tiempo,  en el que además nació su necesidad por tocar instrumentos. Su primero y favorito fue el bajo. Una vecina tenía una guitarra acústica, y haciendo ‘fingerstyle’ aprendió ambos artefactos de cuerda.

Desde entonces, Chips -apodo referente a los chips de chocolate y sus lunares- siempre ha estado haciendo música. Solía ser bajista colaborando con varias bandas entre ellas, “Mundo del Mañana” y “Maria Bonovo”. Aunque también vivió etapas en las que no participaba y se alejaba del ambiente artístico. Esto lo hizo ser consciente de la repercusión en su estado anímico.

Lo anterior es algo de lo que se preocupa asazmente siendo profesor. A pesar de encontrar gracioso que sus alumnes conozcan su faceta artística y la compartan en las redes, sabe que muchos de ellos también son músicos y trata de cultivar aquello. “Los adultos son crueles al respecto. Yo trato de promoverlo, porque al final es lo único auténtico que hacemos en vida“, expresa.

Fue así como el cantautor decidió iniciar Chips y la Gran Ciudad. Para hacerse cargo de sus emociones, a través del autocuidado.

Con ese leitmotiv, nos cuenta lo que resultó de aquel ejercicio, canción por canción.

A las nueve

Este tema es la segunda idea que tuve para el EP. Sobre lo que dice, no sé si sea algo general, pero conversando con una persona, nos dimos cuenta de que es un ritual chileno sentarse a tomar once y que suenen las noticias, esas de las nueve. Después de quedarme solo en la pieza pensé que era algo terrible, una sensación que me carga, y que creo necesario atestiguarla. Me gustó mucho comunicarlo, las noticias siendo tan fachas, y estar pasándola tan mal que llega a ser tenso. Me fui hace tres años de la casa de mis papás y no veo tele, pero cuando vuelvo a verla, me da una rabia horrible lo grotesco que es. Lo direccionada que están las noticias.

Para la Angustia

Junto a Ruda, fue hecha en un letargo angustioso. Si hay algo que quiero expresar en este disco es lo que hace aflorar esta canción. Recuerdo haber estado escribiendo la letra mientras lloraba a mares. Sencillamente es lo chocante de la vulnerabilidad. Es ñoño filosófico, pero lo pensé como un ensayo, ya que se tantea una idea tratando de dar con una solución para el problema, que casi nunca se da la verdad en ese tipo de ejercicio. También la pensé como un mantra. Lo cual encuentro bonito porque en la tradición occidental, lo que intenta este acto de repetición, es un determinado estado de paz mental. Entonces se condice mucho con lo que me llevó a escribirla en ese momento. No sé que había pasado realmente, y creo que por eso quise hacer uso de la palabra angustia. No sé si seré conceptualmente exacto, pero la angustia es lo que siente al respecto de algo que uno desconoce. Ha sido dicho por muchos autores. Es el terror al vacío y eso es muy fuerte.

 

Canciones al Revés

Aquí está la Laura en su plenitud.  Aquí hablo del proceso de salir de la U, y  de cómo se pone adulto todo. Me cargaba ponerme esa máscara. Por eso la letra dice tuve 100 años con solo 22′Sencillamente hay que hacerlo y por lo mismo la llamé así, porque suenan diabólicas y me recuerdan a las voces de los papás de Charlie Brown.
Este tema pasó por muchas etapas. Al principio, junto al Blosqui habíamos planeado ser solo mi voz acompañado de un ukelele. Luego de hablar con ella la canción cambió por completo. Nos juntamos en mi casa y ella trajo su sintetizador, tocó y pensamos: caminémosla totalmente. Ahora suena como electro pop. No suelo hacer canciones poperas, esta me gustó mucho.

Ruda

En esta canción retrato la relación mi mamá. Siempre plantábamos rudas juntos y cuando me fui de la casa sabía que tendría una. Es el track más explícitamente personal y el último que escribí para el disco. Habla sobre la relación con los papás, de cuando te mandan a hacer cosas como ver que no se suban las papas o ir a comprar… Es el rescate de lo cotidiano, que se pierde en el tiempo si no se hace algo con ellos. Mi inspiración fueron Loza (Niña Tormenta) y Sras (Los Valentina), cuando habla de ver la tetera, ver el final de la novela… Quería hacer un homenaje a esa relación con mi vieja que es muy linda, simple y poética. En cuanto a su sonido, quería que sonara como vals chilote. No sé si lo logré, yo creo que no. La dejé para el final porque es emotiva. Quizá es cliché, pero creo que una buena forma de terminar, media circense, con los platillos… Intenté hacer algo así como Oceansize (Everyone into Position) que termina con un estribillo repetitivo, y el final del Takk (Sigur Rós).
Pensándolo, creo que se cumple una conclusión de ensayo; decir ‘armate de valor, porque el mundo afuera es aterrador’…  Sí, así se podría terminar un ensayo. Me hace sentido ahora.

 

Puedes escuchar “Ensayo para la Angustia”, el EP debut de Chips y la Gran Ciudad aquí:

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