El lanzamiento de Amalgama, su primer trabajo, es el gran hito de 2019 para Niño Títere. La banda del Marga Marga estuvo gran parte del 2018 y el año recién pasado avocada a la composición y grabación de un debut que no decepciona.
La banda comenzó alrededor de 2016, en un proceso que Gustavo Albornoz “Guti” (voz y guitarra) califica como “caótico”. Pablo De La Barra (guitarra) e Ignacio Gallegos (batería) junto a otro amigo se reunían a tocar covers, sin embargo el proyecto no tuvo continuidad. En una junta de amigos, Gustavo le propone a Pablo la idea de armar una banda, sumando a Ignacio en batería. El lugar del bajo fue ocupado, gracias al contacto por medio de un amigo en común, por Francisco Galleguillos, quien reunía las características técnicas que el grupo buscaba.
Niño Títere tomó su nombre por la imagen de una pintura que Ignacio mostró a la banda (Chico con una marioneta, de Giovanni Francesco Caroto) donde se muestra a un niño con el síndrome de Angelman, un trastorno genético que acarrea problemas neurológicos y, aveces, convulsiones. Entre sus características principales también los sujetos tienen una constante sonrisa esbozada. La idea de la mirada perdida y la sonrisa burlona le gustó a la banda como sello de su música.
Reunidos en la plaza de Limache, Gustavo y Francisco revelan todas las idas, venidas, emociones e ideas que reúnen en Amalgama.
Sumérgete
Gustavo: El bajo de Sumérgete fue una invención de Pablo, pero Pancho lo mejoró para darle más continuidad. Sobre la letra, es una crítica a una persona en particular y a su estilo de vida, aunque terminó agrandándose y terminó siendo una letra colectiva. Sumérgete es una invitación a abrazar la vida tal como es y romper los moldes.
Francisco: Pensando en que agregarle a una sección que encontrábamos más “pelada” le pusimos unos samples de puras cuñas de la tele. Una tarde completa revisando Youtube (risas). Y al principio igual me gusta el tema de la radio sintonizando. Los gritos del final fueron de toda la banda (salvo Ignacio), y lo acompañamos con ruidos golpeando cosas.
Gustavo: De hecho, el Nacho sacó unas cucharas para ese momento.
Trato
Gustavo: fue la primera canción que le mostré a Pablo, es el punto de partida de Niño Títere. Él tomó los cuatro acordes principales y les dio un sentido percutivo, además le sumó un solo que explota en el momento de mayor tensión. En la guitarra se nota la influencia más melódica de Frusciante en Red Hot Chili Peppers. La letra habla de un proceso de repensarse y sanarse, llevar al paredón la persona que fuimos para surgir de nuevo.
Historia de un cazador
Gustavo: Un amigo me aseguró que la letra hacía referencia a HunterxHunter pero en realidad se trata de una noticia que leí en 2017 sobre un cabro que era lanza y al subirse a una micro a robar lo pillaron, lo lincharon y lo lanzaron a la vereda, donde murió de un paro cardiorespiratorio. Refleja mucho el Chile neoliberal de hoy, en que la violencia es una válvula de escape. La letra mezcla cosas de ese caso y de la ficción para hacerla más narrativa.
Francisco: El primer verso es súper tranquilo, más marcado. De hecho, en el bajo sigo la guitarra del Guti.
Desierto en Blanco
Francisco: Quisimos darle un toque de carretera. Ideamos ponerle sonidos de árboles, de camiones pasando; que fuera bien atmosférica. Hay harta inspiración en los paisajes de Antofagasta, Iquique.
Gustavo: Esa letra la hizo el Pablo en una noche. Fuimos a tomarnos algo a su casa y todas las cuerdas las hizo él, salvo arreglos de bajo que hizo Francisco. Ahí hay un slap bien interesante que sigue la batería. Igual hay un solo de bajo con mucho fuzz, pero no se escucha tanto por un tema de frecuencias. La letra tiene una interpretación de la óptica de un inmigrante, sobre sus vivencias y desafíos. Por eso frases como “somos forasteros” o “paredes que se caen y se vuelven a parar”, esos procesos de reconstrucción constante por el fracaso.
Dime
Gustavo: Es bien complicada esa canción. Es un tema bien personal del Pablo, que a pesar de ser como un hermano mío es bien hermético para sus cosas. Se puede entender como una pena de amor o como la búsqueda de consejo de un amigo. Él fue muy categórico al decir: “yo la canto” y pienso que le queda muy bien para su timbre.
Francisco: En términos de bajo hago unas cosas muy bossanova. En el primer verso sigo al Pablo y en el segundo juego más con las octavas. Al final hay unos acordes y una sección en la que no sabíamos que hacer le metimos un solo de bajo.
Gustavo: Dime me puso en una posición bien complicada. Al cantarla el Pablo yo quedé como primera guitarra y me considero un guitarrista super poco hábil. Pero, de apoco encontré mi comodidad cuando le di una personalidad más propia, parecida a las guitarras de Él Mató a un Policía Motorizado, que me gustan harto.
Termodinámica
Gustavo: La termodinámica es el concepto de la física que estudia el traspaso de lo que conocemos como calor, que al final es energía, entre dos cuerpos. A mi me cuesta mucho hablar de cosas mías y usé la idea como una analogía sobre una relación de pareja, el traspaso de calor entre dos seres.
Francisco: Yo le tengo otra interpretación. La veo como el desgate de una pareja, porque uno pierde energía para dársela a otro y eso termina debilitando la relación. Ahí le veo sentido a esos gritos del final.
Gustavo: La última parte es muy diferente al resto y empecé a pensar como terminarla. Y bueno, tengo una ex que es una amiga y por ella entré a Arcade Fire; y por ahí pensé hacer algo parecido a Wake Up, con una guitarra ambiental y un coro casi de iglesia. Incluso el Pancho toma una posición muy subordinada en comparación al resto del disco, haciendo un bajo muy simple. Como dato curioso, el grito del final me costó mucho hacerlo pero el archivo que corrompió y tuve que hacerlo de nuevo.
Francisco: En esa parte instrumental estaba jugando con un bit crusher que hace que suene como de 8 bit. Mucha gente nos preguntó si era un sinte pero no, es el bajo haciendo slap con un efecto 8 bit.