Myriam Hernández en el Estadio Nacional: La única que te entiende

Fotografías por Fran Quijana Cabezas | @fraaaaanqui

Todo apuntaba a que sería casi un acto de justicia: un merecido show triunfal para una artista icónica de la canción popular chilena. Y lo fue. Solo que, esta vez, para Myriam, el mérito radica principalmente en que ocurrió en suelo chileno. Porque ella está acostumbrada a este tipo de masividad.

Así como agitó corazones en el Festival de Viña en febrero o en la Pampilla de Coquimbo hace un par de años, Myriam Hernández es una cantante con ese arrastre popular que no pierde vigencia con el paso del tiempo, un fenómeno al que los medios solo parecen prestar atención cuando ya es inevitable. 

Fue un show redondo, de esos que se cantan casi por completo, porque los hits abundaron. Incluso estrenos como Soy mujer fueron verdaderos regalos para un público completamente entregado, en una noche larga y sin puntos bajos.

Fueron casi 30 canciones, que dieron cuenta de la extensa carrera de éxitos que Myriam ha cosechado desde 1988, con momentos de nostalgia y cánticos de esos que duelen. Como en un show de boleros del Bloque Depresivo, las frases de Eres, Me vas a querer y Se me fue retumbaban en las paredes del recinto de Ñuñoa con el alma desgarrada… y sin una gota de alcohol de por medio.

A esto se suman los ingredientes de un concierto histórico: pantallas gigantes con detalles estéticos de su último disco, Tauro, acompañadas de visuales bellísimas; fuegos artificiales; tres escenarios que marcaron quiebres en la narrativa del show; y una notable cantidad de invitados que no solo compartieron con Hernández, sino que también ofrecieron lo suyo al público.

La lista de colaboradores fue amplia: Flor de Rap, Denise Rosenthal, Gilberto Santa Rosa, Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Álvaro Henríquez, Nicole, Denise de Aguaturbia, Shirel, Paula Rivas y Consuelo Schuster.

De esas colaboraciones, vale destacar el aporte del líder de Los Tres al unir su voz con la de Hernández en Quizás con quién, canción que, según Henríquez, compuso para ella; el emotivo mano a mano con el maestro salsero Santa Rosa; y la aparición de Valenzuela en medio del estadio, quien casi se robó el show con una interpretación magistral de su clásico Afortunada, muy apropiado para el tono romántico de la noche.

Merece mención, además, un momento muy “Viña”: cuando Myriam interpretó Te pareces tanto a él a bordo de un carrito que recorrió parte del estadio y la llevó hasta un pequeño escenario instalado a metros de la galería. Eso es saber aprovechar el espacio.

Sin embargo, más allá de las colaboraciones y sorpresas, la noche fue una celebración de la carrera de Hernández. Casi un agradecimiento por parte de un público que la ha tenido por años como una amiga, una confidente, la que sabe traducir en palabras las emociones más confusas y duras del amor, ese sentir común y puro. Porque no importa si pagaste entrada para galería, andes o VIP: todos sabemos lo que es tener el corazón roto. Myriam lleva años poniendo su voz a ese dolor y, por eso, puede seguir cosechando aplausos de por vida.

Total
0
Shares
Previous Post

Creamfields Chile celebrará sus 20 años este 2025: info de fechas, lugar y venta de entradas

Next Post

Centro Cultural Letras Públicas estará presente en La Furia del Libro con el “Proyecto Cartas Valparaíso”