Lo que sucedió el 6 de febrero en Club Chocolate fue una verdadera explosión de energía, música y euforia. Ezra Collective debutó en Chile con un show que no dejó a nadie indiferente. La banda británica, conocida por su talento para fusionar jazz, afrobeat, ska y hip-hop, llegó a Santiago para presentar su último trabajo, Dance, No One’s Watching, en una noche que convirtió el club en un hervidero de baile y emoción, un auténtico carnaval de sonidos y ritmos.

La velada comenzó con Newen Afrobeat, la banda chilena pionera en el afrobeat local, que se encargó de calentar motores con su potente mezcla de ritmos y groove contagiosos. El público chileno, ya familiarizado con el estilo, disfrutó de un set lleno de energía, con canciones de su último disco Grietas, como Chaltumay y Voraz, que prepararon el terreno para la gran noche.
Cuando Ezra Collective subió al escenario, no hubo dudas: la fiesta había comenzado. Desde el primer momento, el saxofonista James Mollison y el trompetista Ife Ogunjobi partieron el show apareciendo en medio de la gente, entrelazándose con el público y llevando la atmósfera de Club Chocolate a otro nivel. La presentación arrancó con Ego Killah, una pieza que marcó el inicio de una noche frenética, llena de movimientos y de una energía imparable que no se detuvo durante toda la presentación.

La interacción con el público fue constante y se destacó la conexión genuina que lograron con ellos. Los momentos en los que los miembros de la banda bajaron del escenario –el trompetista, saxofonista y bajista entre la multitud, y el baterista Femi Koleoso animando a todos desde el escenario– fueron claves para que la energía se mantuviera alta. Todos se unieron en un mismo baile, en una experiencia compartida que trascendió la música y convirtió el Club Chocolate en una pista de baile interminable.

Dentro de los momentos más memorables de la noche fueron el solo del baterista y líder de la banda Femi Koleoso con su camiseta de la selección chilena, la dinámica de los músicos para su público, lleno de bailes y coros, la presencia de una traductora sobre el escenario, y otros más que permitieron que la banda estableciera una conexión aún más profunda.

El setlist fue una montaña rusa, con temas como Ajala, God Gave Me Feet for Dancing, Sao Pablo, y The Herald, que demostraron la maestría de Ezra Collective para crear atmósferas vibrantes. La noche no dejó espacio para pausas, con largas improvisaciones y jams que hicieron que el público viviera cada instante de la presentación al máximo. Además, el homenaje a Fela Kuti, padre del afrobeat, fue una de las joyas del show, con algunas composiciones que recordaron a la leyenda del género.

La atmósfera en el Club Chocolate fue tan eléctrica que ni el público ni la banda quisieron que el espectáculo terminara. Los gritos de “¡otra más!” resonaron en todo el lugar, pero la intensidad ya había superado las expectativas. Esta presentación, más que un simple debut, marcó el inicio de una conexión profunda entre Ezra Collective y el público latinoamericano.
Una verdadera fiesta, una celebración del baile y la música en su forma más pura, donde los ritmos de Ezra Collective se fusionaron con la pasión latina en una experiencia inolvidable.