Cuando Javiera Mena anunció en enero pasado un concierto único en el Teatro Municipal de Santiago, las expectativas de sus fanáticos y la prensa musical se abalanzaron sobre ella. Una apuesta que hasta la noche del 2 de marzo se pudo dimensionar y disfrutar al máximo nivel.
Junto con ser el espacio cultural más antiguo del país, el Municipal ha sido escenario para todo tipo de artes, sabiendo marcar el pulso reciente con la visita de músicos contemporáneos que han hecho del recinto un encuentro del presente con el pasado, siendo a su vez un punto de referencia frente al avance del país y sus sonidos, reflejo de todo lo que forma nuestra cultura.
Así como Jorge González, Electrodomésticos, Inti Illimani o Los Tres, este fue el turno de Javiera Mena, la cual diseñó una apuesta diferente a lo que acostumbra, conformando un set “sinfónico”, con arreglos de piano y cuerdas, que elevaron algunas de sus más icónicas canciones. Es más, dentro de su amplia carrera, en esta ocasión se aleja de los escenarios de la gran capital y se atreve a domar al Municipal, un lugar abiertamente docto y de larga tradición, para cumplir no solo un paso más, sino dotar de valor un trabajo que en los últimos años no ha parado de madurar.
A las 20.13 horas, Javiera Mena aparece en escena en compañía de un pianista, interpretando una melancólica versión de “Acá Entera”, alejada de los sintetizadores que acostumbra y resaltando la fortaleza de su registro vocal. Fin del tema y se unen a ellos dos cuartetos de cuerda, que con la fineza del sonido que transmite el violín y el contrabajo, transformaron temas populares de la artista como “No te cuesta nada”, “Esquemas Juveniles”, “Otra Era” siendo escuchados con decoroso silencio de los presentes.
La artista mantuvo escuetos espacios de conversación con su público, refiriéndose siempre que este concierto marca “una nueva era” en su carrera. Todas sus energías las focalizó en entregar un espectáculo pulcro, bordeando las dos horas de presentación. Los arreglos sinfónicos finalizaron con “Hasta La Verdad”, que fue embellecida con instrumentos como el piano y la flauta traversa, para que Javiera volviese a los sintes y su banda habitual.
Lo que vino después ya era conocido por sus oyentes, y qué mejor manera de resumirlo que con la aparición de una frase en una pantalla del teatro, atribuida al maestro budista Chögyam Trungpa Rinpoche: “La mala noticia es que estás cayendo por el aire y que no hay nada a que aferrarte, no llevas paracaídas. La buena noticia es que no hay suelo”
Goce absoluto y energía disruptiva son conceptos que resumen el set list conformado, con la cantante que sin pasos en falso se movió por el escenario, llegando a saltar y tirarse al suelo, corriendo de un lado a otro, dejando todo el talento a disposición de la audiencia. Por su lado, los espectadores se mantuvieron respetuosamente en los asientos hasta que no se pudo más. Primero cedieron al ritmo algunos en los palcos, y luego fue la misma Javiera que los incitó a bailar desde sus asientos cuando desplegó temas como “Eclipse Total” o “Debilidad”.
Otros momentos emocionantes de la noche fue al interpretar clásicos de su repertorio que transformaron al Municipal en un karaoke como “Yo no te pido la luna”, “Sol de Invierno” y “Como siempre Soñé”, canción que dio fin al concierto para luego un bis compuesto por tres temas directos al corazón “Luz de Piedra de Luna”, “Espada”; y “Siguiente Nivel”, cerrando una noche que quedará marcada en su biografía artística.
El futuro sigue brillando para Javiera Mena, que agrega un nuevo concierto a su prolija carrera,
sin dar más detalles de las sorpresas que auguran los tiempos a venir.
