En abril del año pasado, Camila Moreno sorprendió con el anuncio de su retiro indefinido. Comunicó que su concierto del 25 de mayo en el Teatro Caupolicán sería el último en un largo tiempo, para posteriormente entrar en un receso.
Un retiro de los shows que no significó que dejara de hacer música. A fines de 2018 lanzó la versión en vivo de ‘Millones’, interpretada junto a Natalia Valdebenito, para promocionar Pangea vol.1, su álbum en vivo.
A mediados de enero se anunció el regreso de Caramelitus a los escenarios, banda compuesta por Moreno y Tomás Preuss, miembro de Prehistóricos. Por otro lado, se confirmó su participación en la celebración de los quince años de Rockódromo, inaugurando el festival en el ya tradicional Concierto en los Balcones.
Un íntimo encuentro antecedido por un homenaje a Lucho Gatica realizado por la cuequera Lucy Briceño y Gonzalo Menay prepararon los ánimos para la jornada. La multinstrumentista no salió sola a cantarles a los asistentes que observaban desde la Plaza Aníbal Pinto, sino que lo hizo en compañía de Nadrán, voz penquista formada en las Escuelas de Rock, y el líder de Los Tres, Álvaro Henríquez, quien continúa su triunfante retorno a los escenarios luego de su trasplante de hígado.
Seis canciones por cada uno, las que se iban intercalando una por intérprete. Un formato que se ha vuelto costumbre en el puerto, compartido por el festival Carnaza que se realiza durante octubre.
Camila Moreno no solo alzó la voz con sus canciones, sino también para dejar un par de mensajes. El primero fue dedicar De la tierra a Camilo Catrillanca, comunero mapuche asesinado por Carabineros. Puños bien en alto alrededor de la plaza y un canto al unísono: “Puede que tengan las armas pero no tienen la fuerza”.
El segundo fue en el cierre de su presentación, desplegó un lienzo en su balcón, haciendo un llamado a todas las mujeres a salir a las calles este 8 de marzo a participar en la Huelga General Feminista junto con el canto de “Millones”.
Así de intenso fue el retorno de Camila Moreno a los escenarios, en un espacio íntimo como los balcones de Valparaíso para dar el puntapié inicial a los 15 años de Rockódromo.