“La Maldición de Hill House”: el terror como debe ser

La Maldición de Hill House” es una serie creada por Mike Flanagan para la plataforma Netflix, estrenada en octubre de 2018. Producida por Amblin y Paramount Television, es una adaptación libre de la novela gótica de 1958 del mismo nombre, escrita por Shirley Jackson.

El show narra la historia de una familia viviendo en una casa embrujada, a través de dos líneas temporales: Los años 90, en Hill House, donde los cinco hijos del matrimonio Crain son víctimas de toda clase de hechos paranormales; y el tiempo presente, donde dichos acontecimiento siguen repercutiendo en sus vidas adultas.

La producción viene a desafiar la forma actual de hacer horror en el cine y la televisión. Se aleja de la dinámica típica entre tensión y “jumpscares” -aunque recurre a este cliché un par de veces- y logra generar una rica sensación de miedo e incomodidad constantes. Todo, gracias a la presencia de elementos paranormales dentro de dramas humanos: la pérdida y el luto, las adicciones y el estrés post-traumático. Estos temas son lo que le dan peso argumental a la serie.

Un punto alto del show, es el casting. Los niños actores tienen potencial y sus contrapartes adultas no solo se parecen, sino que logran retratar una madurez marcada por los traumas infantiles. Carla Gunino (Gerlad’s Game) y Henry Thomas (quizás lo recuerden por E.T.) cumplen en sus papeles como los padres de esta familia atormentada por lo sobrenatural.

A pesar de todo lo bueno, la serie no está exenta de fallas. Hay escenas a lo largo del show que pudieron ser aún más aterradoras con mejor trabajo de CGI, o efectos generados por computador. Algunas escenas con efectos un tanto defectuosos pierden tensión de forma repentina, y eso hace que el capítulo pierda momentum.

Además de eso, el no aprovechar a Henry Thomas actuando a su personaje en ambas líneas argumentales es lisa y llanamente un error. El cambio entre actores (Henry Thomas como Hugh Crain joven, y Timothy Hutton como el más viejo) es demasiado notorio, incluso en estatura, y eso daña de una u otra forma la continuidad de la historia.

Cinematográficamente, la producción cuenta con una técnica que a estas alturas del partido es un arte y siempre se agradece su buena ejecución: Las tomas continuas. Viendo la serie, se pueden apreciar tomas de hasta cuatro o cinco minutos sin un solo corte. En ellas, el trabajo de camarografía, producción y también el de los actores, es simplemente genial.

Además, la serie pone constantemente figuras, entes, sombras en segundo plano y muy fuera de foco, logrando replicar esa sensación de “ver algo por el rabillo del ojo” sin saber realmente qué es. Factores como este, por su excelente ejecución, ayudan a que “La Maldición de Hill House” se sienta fresca, entretenida y aterradora a la vez. Estos detalles son quizás, la fortaleza más grande de esta producción.

La Maldición de Hill House” es tan profunda como aterradora, y muy recomendable. Se siente a ratos como el cine de horror antiguo, ese que no envejece y sigue provocando miedo años después. Es un show novedoso por los detalles a los que apela para provocar tensión y miedo, pero es por sobre todo un drama profundo y de carácter muy humano. 


Puedes ver el trailer acá:

https://www.youtube.com/watch?v=G9OzG53VwIk

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