Las visitas de artistas emblemáticos en nuestro país siempre nos emocionan. Por esta razón, ver al padre del rock gótico celebrando el trabajo que lo llevó al éxito suena tan prometedor. Peter Murphy ha pisado suelo chileno en varias ocasiones, sin embargo, para sus fieles seguidores y las nuevas generaciones que experimentan y vibran con su trayectoria solista o lo que armó junto a Bauhaus, su ejecución arriba del escenario siempre evocará una primera vez.
Sábado por la noche, corre viento en la ciudad y luego de la potente presentación de la banda nacional de rock goth “The Fallacy”, tímidamente el Teatro Caupolicán se cubría de calorcito, tonos negros y metal, como si las prendas utilizadas en esta cita fueran un requisito, parte del ritual que invoca al gran vampiro. Los minutos avanzan, ya son las nueve de la noche y en cuestión de segundos, casi sin darnos cuenta se apagan las luces, la ceremonia comienza.
Entre el humo y la iluminación aparece Peter Murphy, Marc Slutsky, Mark Gemini Thwaite y por otro lado, con lentes oscuros y junto a su bajo David “J” Haskins, el invitado estelar. Una de las razones por las que esta cita en específica es tan especial.
En una noche donde celebramos las cuatro décadas de los pioneros del rock gótico, la presencia y la química de “J” Haskins y Murphy, dos miembros originales de Bauhaus frente a nuestros ojos, es un hecho que nos permite imaginar que somos parte de uno de sus conciertos debut, cuarenta años atrás y esa vibra se agradece.
Las melodías siniestras de “Double Dare” crearon una densa atmósfera que dejó ver en el escenario a un entusiasmado Murphy gozando con el ánimo del público presente, que si bien no logró repletar el teatro, gritó, vibró y disfrutó llenando cada espacio vacío con su emoción.
Directo a lo que vino y prometió, Murphy y compañía repasan íntegramente los clásicos de su LP debut. “In the Flat Field”, “A God in an Alcove” y “Dive”, logran cautivar a los asistentes que entre saltos y bailes exóticos disfrutan y observan cada movimiento del cantante que recorre constantemente cada extremo del escenario.
Siguiendo el mismo orden del disco suenan “Spy in the Cab”, “Small Talk Stinks”, “St. Vitus Dance”, hasta llegar a las exóticas melodías de “Nerve”, canciones que generan un ambiente oscuro, siniestro y diverso que se potencia y explota sonando frente a frente, evidenciando que Peter Murphy a sus 61 años tiene la misma energía y sigue sonando pulcro y fuerte como en los ochenta.
Clásicos como “Burning from the Inside”, “Bela Lugosi’s Dead”, “She’s in Parties” o “Dark Entries”, logran emocionar absolutamente a todo el público que entre aplausos y brazos alzados cantan fuertemente sus letras, mientras que Murphy y compañía abandonan el escenario, dejándonos expectantes a su regreso.
De nuevo frente al público, el líder de Bauhaus agradece hablando en español y sorprende entonando “Severance”, un cover de los británicos Dead Can Dance y como versionar una canción no es suficiente, luego de otra pausa vuelven a satisfacer a su público tocando “Telegram Sam” de T. Rex.
Cerrando la noche con un pequeño homenaje a David Bowie entonan entre gritos “Ziggy Stardust”, poniendo el broche de oro a esta cita llena de nostalgia y emoción, en una presentación de más de una hora y media que nos hizo recordar y creer que a veces, todo tiempo pasado fue mejor.
Setlist:
Double Dare
In the Flat Field
A God in an Alcove
Dive
Spy in the Cab
Small Talk Stinks
St. Vitus Dance
Stigmata Martyr
Nerves
Burning from the Inside
Silent Hedges
Bela Lugosi’s Dead
She’s in Parties
Terror Couple Kill Colonel
The Passion of Lovers
Dark Entries
Severance (Cover Dead Can Dance)
Telegram Sam (Cover T. Rex)
Ziggy Stardust (Cover David Bowie)
*Fotografías por Bastián Cifuentes (@periodistafurioso)
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