Siete de la tarde y poco a poco el Movistar Arena comienza a llenarse. Habían sido cerca de seis meses de espera desde que la vuelta de Incubus a Chile se anunció oficialmente, y una gran fanaticada agolpaba los lugares más cercanos al escenario. Su octavo disco llamado “8” (2017) -el primero en seis años- prometía ser la estrella de la noche, mostrando a unos californianos renovados y potentes, pero fieles a su particular sonido que los volvió famosos a fines de los 90′.
Y todo eso se cumplió, a pesar del estilo protocolar de la jornada. Un show redondo de una hora y cuarenta minutos que Brandon Boyd y compañía han ido experimentando de país en país a lo largo de esta gira latinoamericana. 21 canciones, incluyendo gran parte de sus hits -exceptuando “Love Hurts” y “Dig”, que no tocan desde agosto pasado- fue el repertorio que prendió a un Movistar Arena casi lleno. Quizás el recinto más indicado para el retorno al país tras casi cuatro años, el mismo que los vio debutar con dos fechas a tablero vuelto en 2007, y en especial considerando que sus dos últimas pasadas fueron en festivales de la capital.
21 horas puntual y la banda aparecía en escena para tocar los primeros acordes de “Love in a Time of Surveillance”, noveno track de su última placa, producida por el DJ y ex cantante de post-hardcore, Skrillex. Una especie de “uno por uno” es lo que se vería desde ese momento, intercalando sus temas antiguos con siete de las once canciones de su nuevo disco. Vendrían “Warning” y “Nimble Bastard”, hasta desatar la euforia total del público con uno de sus grandes éxitos, “Anna Molly”. Luego la novata “Glitterbomb” para volver a levantar las pasiones con “Megalomaniac”, “The Warmth” y “Wish You Were Here”, que terminó con un guiño al tema del mismo nombre de Pink Floyd.
Uno de los puntos más altos de “8” es “State of the Art”, la cual fue coreada por una fanaticada que a pesar de mostrar el ya común mal hábito de no despegarse del celular, en ningún momento decepcionó a la banda. Prueba de ello era la eterna y constante adulación a Boyd, quien a pesar de sus 41 años no sale de su faceta de sex symbol musical. Le seguiría uno de los puntos altos de la noche: la tremenda “Pardon Me”, para volver a repasar la nueva placa por antepenúltima vez en la noche con “Undefeated”.
“Pantomime”, “Echo”, “Sick Sad Little World”, junto a los singles “Stellar” y “Are You In?” pusieron la cuota de nostalgia de la noche. Por otro lado, “No Fun” y “Make No Sound in the Digital Forest” fueron la última pincelada del “8” antes de que los californianos remataran con todo con las inmortales “Nice to Know You” y “Drive”. Así, la banda salía del escenario y las luces se encendían para marcar el único encore de la jornada. Una situación algo forzada y ceremonial, siendo uno de los pocos momentos en el que público no se mostró muy efusivo: la vara había quedado alta con la última canción. Aún así, la agrupación volvió para cerrar con “Aqueous Transmission”, que usualmente utilizan para concluir sus conciertos.
El sonido se funde y empiezan los gritos y aplausos. “In-cu-bus, In-cu-bus, In-cu-bus” gritan en las primeras filas mientras la banda saluda, lanza baquetas y se pasea por la tarima con sus instrumentos alzados. Boyd, de rodillas, hace una reverencia al público y da las gracias en su idioma nativo, para luego abrazarse junto a sus compañeros al centro del escenario. Se alejan y se pierden de vista. Todavía no son las once de la noche y el público también se esfuma raudo del lugar. El Metro aún funciona y el colapso de las 15 mil personas intentando salir del parque es inminente.
Un espectáculo redondo de principio a fin, que mostró a una banda que no decepciona musicalmente en vivo y que dejó a un público de poco estómago contento y satisfecho. Sin embargo, la cita pareció algo protocolar. Una escala más en la gira de promoción de su último disco, que a pesar de ser un buen ejercicio de retorno, no ha marcado pauta más allá de la novedad misma. Nada superará sus dos primeras visitas de 2007 y 2010. Pero a pesar de eso, lo de Incubus fue una noche impecable: cumplió expectativas y todos se fueron contentos para la casa.
Setlist:
- Love in a Time of Surveillance
- Warning
- Nimble Bastard
- Anna Molly
- Glitterbomb
- Megalomaniac
- The Warmth
- Wish You Were Here
- State of The Art
- Pardon Me
- Undefeated
- Pantomine
- Echo
- Sick Sad Little World
- Are You In?
- Stellar
- No fun
- Make no Sound in the Digital Forest
- Nice to Know You
- Drive
- Aqueous Transmission
* Videos gentileza de Nación en vivo.