La Cumbre del Rock Chileno 2017: Entre el festejo y el adiós

La Cumbre del Rock Chileno prometía ser histórica y así lo fue. El Estadio Nacional recibió a más de 35 mil personas que durante el día, a pesar de tener que soportar un poderoso sol sin tregua hasta pasadas las 20 horas, cantaron y disfrutaron a cada uno de los artistas sobre los escenarios. Si en las redes sociales existe un debate sobre el nombre del evento o cuestiona que “falta rock”, en la vida real a nadie le importó.

La jornada empezó desde temprano con Julius Popper, Yo Soy PérezAiken, Leo Saavedra, We Are The Grand, De Kiruza, Sexual Democracia y Planeta No, que a pesar de la hora animaron a la gente que los presenciaba en los escenarios Rojo y Azul. Como ya es costumbre, los shows empezaban inmediatamente al término del anterior, lo que agilizó bastante la jornada y no hacía -tan- agotadora la espera.

Ases Falsos, el uruguayo Gonzalo Yáñez y Pedropiedra fueron números a la segura, tanto por su trayectoria y el apego que tienen con el público más joven (bueno, quizás Yáñez no tanto, pero nos sabemos los temas igual). En el mismo bloque estuvo Weichafe, Sinergia y Los Miserables, quienes dieron el toque de rock más pesado.

Luego vino una mezcla de estilos, que partió con los chilenos-españoles Nadie, el reggae de Gondwana y el new wave ochentero de Aparato Raro, que lograron tener buenas presentaciones y animar al público, pese al calor que pegaba fuerte en los asistentes. Luego siguió la propuesta más alternativa de Camila Moreno, Javiera & los Imposibles y Los Tetas, quienes invitaron a tocar con ellos a Ángel Parra y Mon Laferte respectivamente.

Casi marcando las 17 horas, Alex Anwandter pisó el escenario Rojo, siendo una de las presentaciones más polémicas. Luego cantar “Bailar y llorar” y “Siempre es viernes en mi corazón“, hizo un fuerte discurso sobre la igualdad y el “círculo de hombres” que representa el rock. En ese momento empezó su emblemático hit “¿Cómo puedes vivir contigo mismo?“, que fue detenido abruptamente al tener problemas con la base del coro. Notablemente molesto, pidió a sus músicos seguir con “Amar en el Campo” y finalizar el show.

Pero la vida sigue, y sobre el escenario siguieron las actuaciones de Nicole (versión galáctica), Lucybell, Saiko y Nano Stern, que hasta tiró una botella de vino al público. Un ambiente más fiestero se vivió con Joe Vasconcellos, que tenía hasta a la gente de producción bailoteando sus clásicos “Huellas”,  “Las seis”, entre otros.

Javiera Mena continuó con su clásica performance del “Otra Era”, con bailarinas, espadas y mucho sintetizador. Después llegó el turno de LÓPEZ, donde Álvaro López y compañía se apegaron a la sobriedad, aunque es mucho el espacio dado considerando que es una banda sin méritos por sí sola. Para cerrar el bloque, Mon Laferte subió al escenario para dar cátedra sobre lo que es reinventarse y que el éxito no siempre se logra en tu país. Sin siquiera desafinar y con una multitud coreando a toda voz “Tu Falta De Querer“, se llevó más que merecida la ovación de todos.

Luego vino uno de los momentos más fomes/tensos de la noche: Día Cero, La Ley pero sin Beto Cuevas, demoró alrededor de media hora en empezar su actuación, supuestamente por problemas con la producción. Los asistentes hicieron notar su enojo con pifias y gritos, los cuales fueron apaciguados a ratos con una improvisada kisscam. Finalmente, alrededor de las 21:25 horas se subieron con su nuevo vocalista a tocar los grandes éxitos del extinto grupo.

Sin embargo, llegaba el momento que a todos nos convocaba: En las pantallas aparece el video introductorio de Jorge González, repasando los inicios de su carrera con Los Prisioneros, intervenciones en vivo, entrevistas y más. En el escenario estaba sentado Jorge con sus músicos ya conocidos, dando paso a la interpretación de su canción “Trenes“.

La selección de González para esta especial y emotiva ocasión incluyó temas de sus discos solistas Trenes (2015) y Libro (2013), además de la nostalgica “Mi casa en el árbol”,  y “Amiga Mía”, “Brigada de Negro”, “Tren al Sur” y “El Baile de los que sobran” de su ex banda. En medio del show, el ministro Ernesto Ottone se subió para entregar el premio Orden al Mérito Pablo Neruda, el cual fue recibido con poca gracia por parte de González, pero también demuestra que a pesar del infarto cerebro-vascular que sufrió, mantiene su personalidad única y que este adiós fue para nosotros.

Terminado el show, fue el turno de Álvaro Henríquez, que recibió el premio Ícono del Rock en una ceremonia bastante fría y algo incómoda, que Jean Phillipe Cretton trataba de salvar. El show de Los Tres también sufrió un problema técnico, pero no desanimó al público. Francisca Valenzuela, Manuel García y Chancho en Piedra mostraron solidez, eso que sólo dan años de carrera.

La pachanga de Juana Fe, Santaferia y Guachupé fue lo último en presentarse y dar el merecido cierre a esta versión aniversario de la cumbre. Si bien tuvo una tónica distinta a la del 2012 y varias bandas se vieron afectadas por problemas de sonido al principio, es el único festival de música chilena que logra reunir a una cantidad importante de gente. Que no sólo incluya rock muestra lo dinámica  que es la escena nacional, y lo que se debe criticar es que todavía faltan muchas bandas nuevas y de calidad por pisar esos escenarios.

 

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