Prometía ser una buena noche. No sólo porque en los últimos meses no se ha visto una jornada donde Niños del Cerro y Patio Solar compartieran un mismo escenario, sino también por el crecimiento que han tenido estos mismos en este 2016.
Lo del pasado sábado 5 de noviembre en Bar Loreto fue la muestra del gran momento que ambas bandas tienen por estos días, con un sonido ya más compacto y pulido, junto a material fresco para mantenernos entretenidos en los próximos meses. El público respondió cómo debía, llenando el local del sector Bellavista y saltando durante toda la noche.
Puntualmente a las 12 arrancó Patio Solar, con un jugado set en el que destacaron las nuevas creaciones (que están ya muy avanzadas en un disco que vería la luz en los primeros meses del 2017), más las canciones del EP “Los Movimientos” y algunas piezas de su debut “Temporada”, como “El vértigo”, quizás la mejor canción de amor que ha parido el rock nacional en años.
La gran cantidad de presentaciones en este año, además de mayor cuidado en su sonido en directo, hicieron que su show fuera un notorio avance de lo que fue esa enfervorizada presentación en enero pasado en el mismo bar, cuando fueron parte del ciclo Nuevo Verano. A la vez, los temas nuevos siguen en la línea del urgente rock que hizo de su álbum debut, uno de los trabajos más refrescantes del último tiempo, por lo que la costumbre de verlos armando pogo promete mantenerse para harto rato.
Poco después de la 1 de la madrugada, y ya con el Bar Loreto en estado de evaporación, llegó el turno de Niños del Cerro, quienes se manejaron a sus anchas con un repertorio ideal para un sábado por la noche: su disco “Nonato Coo” en pleno para cantar y saltar a todo pulmón, en un coro barrial en constante alza.
Con una decena de personas en modo mosh, y otros cuantos saltando al escenario para cantar los coros de las canciones, se llevó a cabo su tocata que finalizó con un confuso momento al cierre de la versión rápida (o ‘Rojas Magallanes’) de “Las Palmeras”, en la que todo se descontroló, cayendo unos cuantos sobre las pedaleras, y con un guardia apareciendo a poner orden en medio de los acoples.
Fue una buena noche de celebración del gran trabajo que ha hecho la gente del sello independiente Piloto. Todos eran parte de la misma familia, esa que comenzó tomando micros para ir a ver (y/o armar) las tocatas en salas y galpones de Estación Central y La Florida, junto a los nuevos oyentes que se han sumado en estos meses. Que todo terminara con una versión improvisada de “Quiero Estar a la Mierda Mirando el Cielo/Suelo” de El Cómodo Silencio de los que Hablan Poco, con su integrante Franco Perucca al micrófono cantando a un volumen similar al de la audiencia es un sano reflejo de la magia que han creado, y que seguirá entregando nuevas sorpresas en estos años.
