Un domingo más que especial fue el pasado 4 de septiembre. Por calle San Diego se podía ver la efervescencia pasadas las cinco de la tarde, con pequeñas personas con cintillo en la cabeza listas para para darlo todo junto a su ídola favorita. A la par, otros trasnochados bajaban su última cerveza para lanzarse a mover el cuerpo, como si el Caupolicán fuera una pista de baile más del entretenido fin de semana.
Entrar al teatro era vivir una experiencia distinta: las eficientes mezclas de la genial Valesushi, -una de las pocas DJs que no se guarda clásicos, manipulando hits con otras rarezas igual de eficaces para hacer latir el corazón con cada beat-, daban la bienvenida a una jornada que prometía dejar en claro que sería el mejor domingo en mucho rato (no contemos el domingo 18 de septiembre en esto).
Una soberbia Javiera Mena hizo su aparición a la hora acordada (19:00 horas) dando comienzo a una jornada múltiple. Sí, porque fueron dos los conciertos que se vivieron ese día: uno muy emotivo para seguidores de de una década, y otro muy distinto para el público más joven que se agolpó en las primeras filas de la cancha y quienes corearon con mucha fuerza, en especial, las canciones de “Otra Era”, el tercer y más reciente disco de Mena, y que marcó el despegue definitivo de esta artista. Que en galería se vieran lienzos de la radio Los 40 y del fans club oficial, Menamorados, reflejó cómo han cambiado las cosas.
Sin embargo, 10 años han pasado desde su debut con “Esquemas Juveniles” y la esencia ha quedado: el concierto comenzó ligeramente con una emocionante selección de baladas de su primer disco, como “Está en tus manos”, “Cámara Lenta” y el tema que da título al disco, en finas reversiones con un cuarteto de cuerdas, siendo muy bien recibidas por la otra mitad del teatro, ese público que conoció los frágiles inicios de esta artista que tardó mucho en poder sacar adelante su primer trabajo, que realizó tanto lúcidas como deslavadas presentaciones en esa mitad del 2000 y que ahora, luce fuerte, segura como nunca y con una voz que brilló como nunca, pero con la misma fragilidad y carisma de esos dulces años.
Junto a una performance que supo eficazmente apoyarse de un cuerpo de baile (comandado por Tuixén Benet), Mena mostró lo mejor que ha hecho en estos últimos años, en una apuesta en la que se convierte en una especie de Pet Shop Boys todo-en-uno, con ratos de histrionismo sobre el escenario y otros momentos de calma en los que sólo se concentra de poder mover con agilidad las perillas para remezclar sus propios temas en vivo, logrando hacer un show que cambia de climas constantemente: de la intimidad de piezas como “Perlas”, “No te cuesta nada” y el rescate de “Supapilapuso” (una de las más adorables creaciones de su primera etapa antes de su disco debut, y que circuló por años piratas en programas p2p tipo Ares o Soulseek, y que ahora se puede encontrar en “Primeras Composiciones 2000-2003”), a la explosión energética de “Sufrir”, “La Joya”, “Yo no te pido la luna” y “Espada” que marcaron los peaks de euforia de esa tarde-noche de domingo.
Esta era una celebración que se debía desde su triunfal noche en el Festival de Viña el pasado verano. Y como tal, no podía arrojarse el mérito sola, e invitó a algunos de la han acompañado en estos años y otros que han seguido la senda que marcó hace 10 años, cuando dejó en claro que había esperanza para la música chilena: Gepe se hizo presente con la ya clásica “Sol de invierno”, además de Chini Ayarza (de Chini & The Technicians) y (me llamo) Sebastián, quienes hicieron lo suyo en “Al siguiente nivel” y “El amanecer”, aunque con dispares resultados a la hora de remarcar su impronta personal en cada canción, ambas ya consolidadas entre el público.
La dispar reacción entre la divida audiencia también repercutió en que la euforia decayera a ratos: los más jóvenes fueron más esquivos en seguir las celebradas canciones de “Esquemas Juveniles”. Sin embargo, eso no menguó el inolvidable show de Mena que dio el pasado domingo, una cantante que ya corre con colores propios en escenarios de alta capacidad y cuya sensibilidad musical la hará recorrer otros lugares semejantes y crear nuevas melodías que nos seguirán sorprendiendo por muchos años más.
Javiera Mena – 10 años Esquemas Juveniles
Teatro Caupolicán, domingo 4 de septiembre de 2016.
1.- Está en tus manos
2.- Cámara lenta
3.- Esquemas juveniles
4.- Como siempre soñé
5.- Acá entera
6.- Sufrir
7.- Pide
8.- La joya
9.- Cuando hablamos
10.- Sincronía, pegaso
11.- Hasta la verdad
12.- Otra era
13.- Perlas
14.- Al siguiente nivel (con Chini Ayarza)
15.- No te cuesta nada
16.- Sol de invierno (con Gepe)
17.- Espada
18.- El amanecer (con (me llamo) Sebastián)
19.- La carretera
20.- Yo no te pido la luna
Bis
21.- Supapilapuso
22.- Quédate un ratito más
23.- Esa fuerza
24.- Luz de piedra de luna
