En el rock hay muchos emblemas para recordar. Desde los seminales músicos del cuarenta y el cincuenta, los gurúes piscodélicos, antihéroes punk, perfeccionistas progresivos, trituradores metalheads e íconos alternativos. Iggy Pop es algo más que una foto para colgar, es uno de los músicos más influyentes de los últimos cincuenta años.
Iggy Pop ha pasado por la gloria más grande, las drogas más duras y un rejuvenecimiento constante. El hombre espectáculo del rock, el creador de una actitud punk que aún perdura, se mantiene igual que en sus mejores años. Esta juventud espiritual de Iggy se ha notado en esta última placa, en donde colabora con músicos más jóvenes que él, logrando sacar un material de gran calidad. “La Iguana” no es un viejo mañoso, él quiere seguir aprendiendo.
Así como cuando David Bowie lo llevo a Berlín a olvidar un poco la cocaína y a escribir sus obras maestra de 1977, The Idiot y Lust For Life; esta vez, Iggy busca a Josh Homme (Queens Of The Stone Age/ex Kyuss) para hacer equipo compositivo. Junto a él, también llegan Dean Ferrita (Queens Of The Stone Age/The Dead Weather/Jack White) y Matt Helders (Arctic Monkeys).
El trabajo del cuarteto es redondito, así de simple. El sonido crudo, reseco y reverberante hace que uno sienta que Iggy tiene veinticinco años. Esta energía juvenil parte desde el primer track, “Break in to your Hearth”, y continuando en los siguientes. Otro track destacadísimo es “Sunday”, medio funk y con ese jugueteo sarcástico característico de Iggy. La exquisitez de los arreglos de “German Days” da paso a la última pista del disco, la que para mí, es la más climática y dramática de todas. “Paraguay” lleva a una catarsis extrema, jugando con las progresiones y siempre ascendiendo. Un final inolvidable.
Iggy Pop es un minero que cuando no halla oro en su veta, pregunta en la del vecino y luego le invita una cerveza. La humildad e inquietud del músico es admirable. Perfectamente, él podría estar tirado en su casa ganando millones por la venta de box-sets, clásicos remasterizados y recopilatorios; pero no, no es el estilo de Iggy. Su regla es la eterna juventud de Peter Pan, mejor dicho, “Peter Punk”.
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