29 años del inmortal “Pateando Piedras” de Los Prisioneros

En medio de cacerolazos, barricadas y marchas que se desplegaban en diversos puntos de Chile, un pequeño pero agitador cassette blanco comenzó a llegar a las tiendas, con un nombre que se transformó en símbolo para toda una generación: Pateando Piedras.

Precedido por con una considerable atención por parte del medio y el público, este disco significó el avance esperado de unos jóvenes llamados Los Prisioneros, que en ese 15 de septiembre de 1986 eran la banda que representaba la gran novedad de la música chilena, liderando además un movimiento musical al que llamaron Rock Latino, que repercutió  en una avalancha de música en español que acaparó los medios, algunos con más méritos que otros.

Entre todos esos, Pateando Piedras sobresalió gracias a las lúcidas y urgentes composiciones de Jorge González, quien acompañado por teclados y secuencias, además del formato postpunk de bajo-batería-guitarra, encapsuló un buen puñado de ideas de lo que significaba ser un adolescente en el Chile de los ’80: luchando contra las dudas, la responsabilidad de ser un ciudadano que debe buscar trabajo en condiciones poco favorables, poco dinero y discriminaciones por cultura o nivel social.

A pesar de los cambios que dejaron confusos a algunos (por la inclusión de los raros sintetizadores que se incorporaron en sus shows), el álbum se transformó rápidamente en un éxito total, alcanzando doble disco de platino hacia fines de 1986. A la vez, el alza en popularidad se tradujo en la realización de dos llenos totales en el Estadio Chile el 1 de noviembre, conciertos que se transformaron en un mito para quienes fueron parte del momento. Los shows de González, Tapia y Narea, a pesar de las imperfecciones en la ejecución y el sonido, eran un grito de rebeldía que se alzaba aún más con el fervor de un público que expandía sus frustraciones y rabias por el gobierno militar, a través de cánticos y gritos (“Y va a caer!”) y los juegos de palabras que se sucedían en temas como “¿Quién mató a Marilyn?”.

Aunque su sonido pueda parecer pasado de moda con su sonido de teclados Casio, Pateando Piedras no pierde vitalidad con canciones que siguen sonando en fiestas o siendo objeto de inspiración para diversos temas de la sociedad que no tienen solución: ¿Por qué no se van?“, la oda al hipster ochentero que despotricaba ante una realidad de artistas incomprendidos en su país; la constante atracción por el capitalismo en “Quieren Dinero”; la búsqueda de una identificación con lo propio de “Independencia Cultural”; y, la más inmortal de todas, “El Baile de los que Sobran”, un tema que (lamentablemente) no pierde su significado, ante las constantes luchas por una mejora educacional en nuestro país.

Los Prisioneros dejaron inscrito con sangre su nombre, gracias a su trabajo más político que llegó en el momento más indicado: el gobierno de Pinochet no daba para más, y los radares de censura no pudieron evitar que estas canciones se expandieran por todo Chile, y luego por Latinoamérica, a la par de otras melodías más juguetonas de artistas como Soda Stereo, GIT, Enanitos Verdes y los colegas locales Upa!, Cinema y Aparato Raro. Un disco que no pierde su atractivo a 29 años de su lanzamiento, y que sigue capturando nuevos seguidores, ahora ya a través de Spotify, YouTube o por un amigo que comparte sus mp3 al mundo.

Los Prisioneros
Pateando Piedras (EMI, 1986)

  1. Muevan las industrias
  2. ¿Por qué no se van?
  3. El baile de los que sobran
  4. Estar solo
  5. Exijo ser un héroe
  6. Quieren dinero
  7. Porfavor
  8. ¿Por qué los ricos?
  9. Una mujer que no llame la atención
  10. Independencia cultural

 

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