La pantalla mediana

The $11 Billion Year. From Sundance to the Oscars, an inside look at the changing Hollywood system”; es el nombre del reciente libro escrito por la columnista norteameriana Anne Thompson, quien tras haberse inmerso de lleno en el mundo del cine, de Hollywood en particular, detrás de las luces, festivales, convenciones y premiaciones durante todo el 2012, nos cuenta con el ambivalente título que la industria del cine no tuvo un mal año, al recaudar 11 mil millones de dólares. Pero ojo, “pese a las apariencias, el negocio del cine no está prosperando”, plantea la autora. “Para comenzar, mucho de su crecimiento se ha debido a la venta de boletos para cintas 3D, que ya están en firme declive, víctimas de la sobreexuberancia”.

Alguien escribió a fines del siglo pasado que el Hollywood de los 70 fue la gran época de los directores, en los 80 fueron los productores los mandamases de la industria y en los 90 los actores. En pleno segunda década del siglo XXI, podríamos decir que son las franquicias de superhéroes (“Los Vengadores” y sus filmes satélite), de descafeinados vampiros (“Crepúsculo”) o de jóvenes heroínas basadas en best sellers (“Los Juegos del Hambre”, “Divergente”) los que “salvan la plata”. Pero al parecer, es la televisión la gran ganadora de los nuevos tiempos.

Es cuestión de detenerse a disfrutar el desembarco de connotados cineastas a la pantalla chica, tales como Steven Spielberg (“Falling Skies”, “Under the Dome” o la serie basada en la saga “Halo” de videojuegos que se estrenará el 2015 por Showtime), Martin Scorsese (“Boardwalk Empire”), Michael Mann (“Luck”) y David Fincher (“House of Cards”), además de veteranos actores como Robin Williams (“The Crazy Ones”), Kevin Spacey (“House of Cards”), Kevin Bacon (“The Following”), entre otros, lo que nos indica que algo cambió y continúa cambiando en la industria del séptimo arte (estadounidense).

Entonces, si quiere “hacer hora” mientras llegan las nuevas películas de Marvel o la esperadísima secuela de “Sin City” y busca una nueva serie que reemplace a la obra maestra de “Breaking Bad”, los -también infieles al cine- hermanos Coen (“El Gran Lebowski”, “Sin lugar para los débiles”, “Burn After Reading”), nos traen “Fargo”, serie basada en su homónima oscura comedia de 1996,  ésta vez protagonizada por Martin Freeman (“El Hobbit”, “Sherlock”), Billy Bob Thornton (“A Simple Plan”, “Armagedón” o reconocido también porque estuvo “increíblemente” casado con Angelina Jolie) y Colin Hanks (o el “hijo de Tom Hanks”). El piloto estrenado por FX –señal que ya ha producido joyas como “Sons of Anarchy”, “American Horror Story”, “Louie” y la reciente “The Bridge”– el pasado 15 de abril, parece una mezcla entre “True Detective” y “Breaking Bad”, comandada por un miserable y patético protagonista (Freeman) que ya en el piloto se transforma casi por completo en aquél antihéroe que solemos amar a lo largo de cierto número de temporadas en series típicas, producto de la aparición del enigmático personaje de Thornton. Todo esto con los ingredientes que hicieron al largometraje de fines de los 90 una película de culto: Giros inesperados en la trama, humor negro y personajes “bizarros” pero coherentes y con fundamentos, sin rayar en lo absurdo. Mención especial para el rol de Bob Odenkirk, quien tras su entrañable e hilarante rol del abogado Saul Goodman en la mencionada “Breaking Bad” ahora encarna a un incompetente y también divertido jefe de policía.

Tras diez capítulos emitidos en EE.UU., la serie no ha perdido fuerza, por el contrario, se ha dedicado a profundizar en el desarrollo de cada personaje, además de brindarnos una serie de paralelismos con el largometraje original, sin caer en la monotonía gracias a la aparición de hilarantes roles secundarios, entre estos, el encarnado por Adam Goldberg, recordado por su participación en tres episodios de “Friends” como el extraño compañero de pieza de Chandler, Eddie.

Lamentablemente en nuestro país aún no se sabe cuándo ni por qué canal del cable se transmitirá. Por suerte contamos con el bendito internet para poder disfrutar de esta primera gran incursión de los talentosos hermanos Coen en la televisión.

Si quiere disfrutar de una buena serie, de esas que te sorprenden de principio a fin, como un buen libro llevado a la pantalla, no deje de ver Fargo, la que pinta a ser una de las mejores obras de este año de la pantalla cada vez menos “chica”.

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