El bueno de Jorge está en llamas. Últimamente, no sólo lo hemos visto más contento, en buenos conciertos por todo Chile, sino también haciendo las paces con su propia carrera, al despachar un puñado de discos constantemente, de los cuáles hay harto para picar, entre material desconocido y re-interpretaciones en vivo.
De esa forma, González también se ha dado gustos y es que, desde su residencia actual en Berlín, despachó una especie de lado b de su álbum Libro (2013), con diez nuevas canciones, esta vez, en inglés. El resultado es Naked Tunes, una colección de melodías que continúan la senda de su anterior obra, caracterizado por la intimidad en letra y música, haciéndose acompañar de sólo un par de instrumentos (guitarra o mínimos arreglos electrónicos). Es lo que podríamos considerar, un disco solista en todo lo que aquel concepto conlleva, llenando espacios con pocos elementos, costumbre comparable a lo que podríamos oír en trabajos de tipos como David Byrne, Damon Albarn y, especialmente, Martin L.Gore, cuyo sonido se asemeja bastante a lo que el ex Prisionero entrega en este álbum, lanzado de forma limitada en vinilo por el sello Hueso Records bajo el pseudónimo de Leonino.
La desnudez de sus canciones no sólo va en lo músical. Bajo climas soul y góspel, al igual que varios momentos de Libro, nos encontramos con nuevas canciones de amor y redención, que queda claro en títulos como “How many times did you sabe my soul”,”My love will set you free” y la notable “I think we should be friends” (escuchar abajo), canción que comparte la espiritual energía de sus primeros cortes solistas (Jorge González, 1993), y que según dicen, tiene un videoclip que saldría pronto.
Aunque encontrarlo no sea fácil, es un capítulo indispensable para quienes han seguido el rastro de uno de los compositores más curiosos de nuestra tierra, y cuya armonía actual se refleja en este episodio, empastado en un lujoso vinilo de color blanco.
Leonino – Naked Tunes (2014)
¿Cómo encontrarlo?: El galpón 4 del Persa Bío Bío hay copias del vinilo, importado desde EE.UU., cuyo valor es de $21.000. Es muy posible que en disquerías especializadas como Sonar (Paseo Las Palmas) o en el Eurocentro lleguen copias, como ha sido con el material de Hueso Records, sello que se ha dedicado a rescatar títulos raros de la discografía nacional, como discos de Indice de Desempleo, Electrodomésticos y próximamente, Alvaro Peña.
