Por Felipe Antonio, desde Santiago.
Dieron las 7 de la tarde y las puertas del Movistar Arena se abrieron, para dejar pasar a un pequeño puñado de fanáticos que esperaban acaparar el mejor lugar para ver a Molko y sus amiguitos. El centro de eventos fue llenándose lentamente bajo un hermoso, limpio (lo más limpio que podía) y frío atardecer santiaguino. Nadie parecía tener mucho apuro por disputarse los mejores puestos para ver el show.
No fue hasta las 8 de la tarde en punto que la gente pudo empezar a ejercitar los oídos con la primera banda telonera: Aiken. Un show que empezó por entibiar los ánimos, pero que nunca alcanzó a calentar los motores como se proponían, por culpa de la clásica mala ecualización de los equipos musicales en estos casos. Sin embargo, cabe destacar que sus canciones supieron levantarse por sí solas e hicieron que más de una persona saltara y levantara sus manos al ritmo de sus desenfrenadas líneas de batería y guitarras en más de una ocasión.
Minutos después fue el turno de The Plugin, banda líderada por Rodrigo (Coti) Aboitiz (ex La Ley, actual Saiko) en los teclados y el carismático Ignacio Redard en la voz, quienes mostraron un potente show, tanto en lo musical como en lo visual, luciendo en dos pantallas frente al escenario distintas y cautivadoras imágenes referentes a cada una de las canciones que iban tocando. Mostrando un repertorio a base de su más reciente EP y un par de canciones de su disco debút, Cliché, se podría decir que la hubieran rompido si es que la selección de canciones hubiera tenido los mejores temas de la primera placa en vez de más temas de la más reciente. No obstante, fue un show redondo que dejó a todos contentos y listos para lo que se venía.
La hora del plato principal se iba extendiendo y el público iba perdiendo su paciencia. Todos conversaban, abucheaban y nadie se explicaba por qué los ingleses, como nunca, estaban fallando a su limpio hábito de presentarse siempre puntuales.
Y así, sin previo aviso (ni siquiera bajando las luces y detenido el tema que sonaba de fondo para calmar los ánimos), empezaron los primeros acordes de sintetizador de B3, el tema que abre los shows de la gira de Placebo y el EP del mismo nombre lanzado hace un par de años. Y así, como era de esperar, se hizo el furor entre la gente.
El concierto nunca estuvo exento de energía y una pulcra ejecución de la banda que nos dejó a todos con la sensación que los años pueden pasar por encima (oh zi) del registro de Brian, pero no de la banda como tal. Eso fue el punto bueno.
¿Lo malo? Un setlist con casi un 50% de temas de la era post Meds (2006), lo que redujo los grandes éxitos de la banda (que era primordialmente lo que el público común quería escuchar) a una pequeña parte del show… sin contar que canciones como “Twenty Years” y “Meds” se vieron ralentizadas y mutadas a unas versiones que los escuchas no pudieron entender a la primera y que no dejaron a gusto a varios. Además, no hubo ninguna sorpresa para quienes ya tenían conocimiento del setlist del actual tour de Placebo (no sé cómo hay bandas que pueden estar girando tocando siempre lo mismo y sin aburrirse).
En resumidas cuentas: energía, pulcritud y un excelente show (además de un cover de “Running Up That Hill” de Kate Bush, aparecido anteriormente en el CD de caras B del Sleeping with Ghosts) contra una vitrina para lo que era el último disco de la banda y versiones cambiadas de lo que más esperaba el público.
Setlist
- B3
- For What It’s Worth
- Loud Like Love
- Twenty Years
- Every You Every Me
- Too Many Friends
- Scene of the Crime
- A Million Little Pieces
- Speak in Tongues
- Rob the Bank
- Purify
- Space Monkey
- Blind
- Exit Wounds
- Meds
- Song to Say Goodbye
- Special K
- The Bitter End
BIS
19 Teenage Angst
20 Running Up That Hill (Kate Bush cover)
21 Post Blue
22 Infra-Red