Martin Garrix en Chile: imparable euforia electrónica

Chile era, indudablemente, de aquellos países que necesitaba la experiencia Martin Garrix total, y lo hizo en la mejor fecha posible, en el inicio del mes “maldito” donde el DJ pudo recargar las baterías a full con explosivos, futuristas y melódicos beats, acompañado de luces y efectos envolventes.

Después de casi dos años desde su presentación en Lollapalooza Chile, con una performance quizá no disfrutada en máximo esplendor por el tiempo, y un público que probablemente no era el objetivo, ahora sí se pudo gozar en la calidad esperada por los fanáticos de la electrónica, y sobre todo de Garrix, lanzándose un show de primer nivel en solitario en el Movistar Arena.

Minutos antes del inicio, comenzaron a gritar “Martin” para que apareciera el ídolo de la electrónica de muchos. La espera se sentía tremenda. De pronto, las luces se apagaron en su totalidad, tras una suave instrumental momentánea. 

Las mentes empezaron a abstraerse de la realidad con los primeros intensos brillos de la venidera jornada, al más puro estilo de las melodías de Garritsen. Desde su mesa en el centro del escenario, se instaló con un gigante signo “+” a sus espaldas, como una estructura que se acomodaba a cada una de las coloridas y creativas visuales del neerlandés, con un breve detalle: en cada fin de una mezcla, este signo volvía a un fondo negro y blanco.

Así, el cuatro veces número uno en la DJ Mag Top 100 DJs, y tercer lugar en el último año, aterrizó en Santiago. El también creador de himnos del EDM (Electronic Dance Music) de la pasada década, y portador de diversos hits de electro pop y house progresivo, se presentó ante más de 15 mil personas, a estadio lleno, en un festejo único. Nada extraño, ya que estos géneros siempre han resonado fuertemente en nuestro país. Prueba de ello su protagonismo en festivales como Creamfields, Ultra, y hasta el mismo Lollapalooza.

Una selección casi total

Como si nada, la música partió de inmediato. Lo que sonaba era de sus últimas canciones en este 2024, “Carry You”, momento que le dio la bienvenida a Garrix, posteriormente creándose una atmósfera en donde las personas quedaron absortas por sus melodías. En el recinto, resonó la felicidad de las personas presentes tras el primer mensaje del DJ: “Chile, los extrañé demasiado”.

A lo largo de la jornada, fue una celebración en todo su esplendor, tal como si uno estuviese en un evento de esta índole en Europa. Los lásers iban y venían, cambiaban su color, a veces eran más intermitentes, y apuntaban a cada uno de los rincones del Arena. De misma manera, unas pirotecnias interiores con fuego, le entregaba poder a los asistentes. Tal era la energía, que se sumaron unos intensos vítores de “Olé olé olé olé, Martin, Martin” en todo su potencial.

Sin duda, a lo grande, resonó uno de los temas más populares “In The Name of Love”, al igual que uno de sus clásicos, “Virus”, de aquella era dorada del EDM. También, por un buen rato, se le oía hacer mixes de sus propias creaciones, demostración de toda su trayectoria si se piensa de cierta manera.

Al cumplirse una hora de set, se dedicó por un rato a sonoridades un poco más techno, tornándose oscuro. Minutos posteriores volvió con aquel sonido característico que solemos escuchar, el de la colaboración con Tiësto “The Only Way Is Up”, después uniéndose en una transición a “Scared To Be Lonely”, la icónica canción que sacó con la sensación pop Dua Lipa.

El DJ cumplió con todo, y no dejó ninguno de sus clásicos de mediados del 2010, fuera. Y de sus nuevos, tampoco. Hasta sorprendió con una propia versión de “Kids” de MGMT

De sus pocas intervenciones en el escenario, dejando a saber que lo pasaban bien, no preguntaba seguido el mítico “cómo se sienten”, pero si el “las manos arriba” (put your hands up) del típico mundo EDM. Después, continuó entre tanta música, “Animals”, aquel tema que lo llevó a la cima. Entre los próximos sucesores de la noche, uno de los más importantes vino con “Turn Up The Speakers”, el agraciado y solemne gesto de poner en su mix “I Could Be The One” del fallecido y querido Avicii, en conjunto con Nicky Romero y la montaña rusa emocional de “High On Life”.

El final era latente, y el mismo Garrix lo dijo. “Estos son mis últimos 15 minutos”, advertía, aunque igual le agregó unos minutos más para seguir la fiesta. Para cerrar con broche de oro, se fue con unos bombazos tras bombazos infaltables: “Goldskies”, “Don’t Look Down” y el emocionante “Waiting For Love”, siendo de las más coreadas, para pronto transicionar al destructor “Tremor”. Antes de despidirse con lo último en su repertorio, se dirigió a su público y le dijo: “Santiago, esta es la séptima vez que los veo, muchas gracias”, y grabó este momento final de su set.

En su reciente venida a Chile, Martin Garrix supo cómo hacer su fiesta y mantener prendido al público de inicio a fin en las dos horas y media de música, con los que atravesó paisajes electrónicos orientados a un house progresivo eufórico, y en algunos momentos, otros más hacia el techno. Dio gusto en todo, y el público lo notó. El EDM, aunque no esté en su época más potente, demostró con este show que sigue más latente que nunca.

 

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