Cuenta la leyenda que durante una gira en 1984, la banda de heavy metal Motley Crue y el vocalista Ozzy Osbourne se desafiaron a hacer cosas cada cual más asquerosa. El vencedor indiscutible fue el príncipe de las tinieblas: esnifó una línea de hormigas que pasaba casualmente por la acera y luego bebió su propia orina.
El incidente quedó plasmado en el libro The Dirt, escrito por Nikki Sixx: “Le entregué la pajilla, y él se acercó a una grieta en la acera y se inclinó sobre ella. Se puso la pajilla en la nariz. Luego envió toda la línea de hormigas por su nariz con un solo y monstruoso bufido”.
El episodio se convirtió en una de las leyendas más conocidas del mundo del metal, e incluso llegó a la película The Dirt, que recreó la escena con un carismático Tony Cavalero haciendo del ex vocalista de Black Sabbath.
Sin embargo, el guitarrista Jack E. Lee, que acompañó a Ozzy Osbourne y a Motley Crue en la legendaria gira, aseguró que la escena fue un poco distinta: “Estuve allí y nunca vi hormigas. Él esnifó una pequeña araña. No había ningún rastro de las putas hormigas”.
Pero al menos el tema de la orina es cierto: “Estaba sentado en el cemento y la orina comenzó a fluir debajo de él. Y obviamente estaba tomando muchas vitaminas, porque estaba como verde lima. Ahí fue cuando Ozzy se agachó y comenzó a lamer su propia orina verde”.
Al parecer el guitarrista no quedó muy contento con el episodio: “Ahí es donde dije: ‘Está bien, me voy de aquí’. Hay familias al otro lado de la piscina: los niños, las madres y los padres se iban horrorizados diciendo ‘¿Qué diablos está pasando allí?’. Ese es mi recuerdo”.
