Corría octubre de 1965 y The Beatles grababan a toda máquina lo que sería su siguiente LP tras Help! (1965), Rubber Soul. En sólo cuatro semanas concebidas como una pausa entre giras, el cuarteto se despachó una maravilla que debutaría en disquerías un 3 de diciembre de ese mismo año, hace exactas cinco décadas atrás.
Presionados por la demanda navideña que se aproximaba, John Lennon, George Harrison, Paul McCartney y Ringo Starr grabaron el material que marcaría un antes y un después en la carrera de los Fab, como dicen por ahí: “Cuando los Beatles se convirtieron en los Beatles“. “Para la época de Rubber Soul, ellos estaban listos para tomar nuevos caminos en la música”, señaló George Martin.
Las letras maduraron, los arreglos mejoraron notoriamente su calidad y la música sería un pop rock potente, suave en cuanto a sonido, a ratos melancólico, pero de ese tan genial que llega a la vena y te para los pelos. Un disco tan digerible de principio a fin, que los 36:14 de duración casi vuelan. La experimentación fue clave en esto, siendo el sitar que Harrison incluiría en Norwegian Wood el signo más claro de una banda que estaba creciendo y transformándose en leyenda.
“Todo era viable. Nuestras ideas estaban cambiando. Creo que habíamos crecido un poquito“, señaló Starr, explicando el cambio en las letras y los arreglos sonoros. Drive My Car, Think For Yourself“, The Word, What Goes On, I’m Looking Through You, Wait -grabada originalmente para Help!– y Run for Your Life marcan esa madurez, siendo estos temas una continuación de la alegría beatlemaniaca que los había caracterizado anteriormente, pero con una diferencia inexplicable, sonora, que al escucharla uno piensa “son ellos, pero están distintos y mucho mejores”. “You don’t look different, but you have changed. I’m looking through you, you’re not the same“.
Pero por otro lado, está la parte melancólica, conformada por Norwegian Wood, You Won’t See Me, Nowhere Man, Michelle, Girl, If I Needed Someone e In My Life. Es esta última canción la que consagró a Lennon en la composición. “Fue mi primera obra mayor. Antes de ella, todo había sido desechable“, dijo el músico sobre el tema más destacado del disco, que se convertiría con el paso del tiempo en una las obras magnas de las leyendas de Liverpool.
Además de los temas del LP, las sesiones de grabación tuvieron como fruto otras dos canciones emblemáticas de The Beatles, y que serían lanzadas como single el mismo día de Rubber Soul, a pesar de no estar incluidas en él: Day Tripper y We Can Work It Out. Las dos llegaron al número uno de las listas en un par de días y son parte esencial de la discografía de la banda.
De ahí en adelante, la historia es conocida: Rubber Soul se convertiría en éxito de críticas y ventas, llegando al número uno de las listas el mismo 25 de diciembre, tal cual como lo quería la disquera Parlophone. Seguiría así ocho semanas, manteniéndose 42 de estas entre los más vendidos. La presión del sello nos brindó, accidentalmente quizás, una de las obras maestras de la música occidental. Tan así que un “picado” Brian Wilson compondría otra obra magna en respuesta a esta: Pet Sounds de The Beach Boys. Pero ese es otro cuento.