Jorge González analiza “La Voz de los 80” canción por canción

El 2002, en plena gira de regreso de Los Prisioneros, Jorge González se dio el tiempo de analizar canción por canción todas las canciones que escribió, hasta ese entonces, para el grupo. La entrevista fue publicada en la página oficial de la banda (hoy inactiva) y a 12 años de su estreno, el equipo de LaRata.cl buscó entre sus archivos y logró dar con el histórico documento.

Para empezar, González habló de los diez temas que componen “La Voz De Los ’80“, el primer disco del trío sanmiguelino y que, a 30 años de su lanzamiento, se ha convertido en uno de los discos de cabecera de la música chilena:

La Voz de los 80

Fue una de las primeras canciones en serio que sacamos. Teníamos dos grupos y en uno estaba Miguel y en el otro estaba Claudio. Con el Miguel llamamos al Claudio para que tocara el bajo en el nuestro, pero el Claudio no quiso tocar el bajo, dijo que iba a tocar la guitarra y yo me dije que, en realidad, era súper cabrón tocar la guitarra y cantar.

Al comienzo, nuestras canciones eran más o menos. Eran como de amor y las componíamos entre todos. Hasta que, de repente, salieron canciones nuevas que eran bien raras y que, en verdad, no sabíamos de donde venían, raras.

En una de esas salí yo con La Voz de los 80.

Yo la pensé mucho para discotheque. En esos años, el 82 y el 83, había muchas fiestas en San Miguel y un amigo del Claudio, Rodrigo Beltrán, ponía música en esas fiestas. Con él descubrimos a grupos como Tequila, que eran unos españoles que en San Miguel mataban, tanto como Devo o Stranglers, mientras en el resto de Santiago estaban tocando a Michael Jackson y los Foreigner.

Entonces, yo pensé en La Voz de los 80 como para bailar en discotheques, porque era una canción tiradora para arriba, eufórica, que levantaba de moral. Pero para mí era una canción del montón hasta que se la mostré a Fonseca. El la vio como hit, y tenía oreja para los hits.

Brigada de Negro

También estaba pensada para discotheque y fue la primera canción rara que salió de Los Prisioneros. Era rara porque tenía una historia. Hice un demo yo solo y cuando la cantaba pensaba en Miguel Bosé para que la voz me saliera tan baja. Él me había influenciado a partir de canciones como Horizonte de las Estrellas, que tenía una onda New Wave.

Cuando la grabamos en el estudio, al ingeniero Pancho Straub -que hizo un trabajo terriblemente bueno, pero que nos miraba bien a huevo-, era la que más le gustaba.

La letra de Brigada de Negro se explica a sí misma, nada más. Cuando escribo una letra yo me inspiro no más. No pienso a qué voy o no a apuntar o que reacción voy a conseguir. Brigada Negro no tenía idea para donde iba.

La música la hice en un piano, pensando en el tema Johnny Can’t Read, de Don Henley, el viejo de Los Eagles.

Latinoamérica es un Pueblo al Sur de Estados Unidos

Para esa canción, yo pensaba en un grupo venezolano que se llamaba Las Cuatro Monedas. En un disco de la casa de mi abuelita estaba la canción La Buena Suerte, y con esa influencia, más la de UB 40, hice la canción.

La estaba escribiendo en la universidad, le mostré la letra a Fonseca, que era compañero mío no más y que ni pensaba en ser manager ni nada.

El otro que me inspiró mucho para la letra era Florcita Motuda, porque la canción, como las de él, era bien larga, tenía muchas palabras. Florcita es un compositor que siempre he admirado mucho, porque es experimental, y porque es un gran letrista.

La canción está llena de los clichés sobre Latinoamérica, pero yo las cantaba porque tenía boca no más, no conocía nada de eso en realidad, aunque hay que reconocer que los clichés se forman por algo.

Eve-Evelyn

Me inspiré en la admiración que tenía por la canción Maniac de Flashdance, de Michael Sembello. Había muchas canciones de la radio que a mí no me gustaban, pero esa sí.

La Evelyn de la canción existía, claro, era una niña súper linda a todos nos gustaba, vivía a dos cuadras de Miguel, pero con la que nunca pasó nada. Yo no estuve ni cerca.

Yo creo que debe de haber sabido que era ella la de la canción.

Sexo


Es el acercamiento al ska.

Lo bueno que tenía el ska, aparte de que recordaba a la Nueva Ola, era que sonaba tarriento, y por eso para nosotros era fácil de tocarla. Nuestra batería, la que la hermana de Miguel compró a un señor de una orquesta de cumbias por 13 lucas, sonaba súper tarrienta.

Me llamaba la atención el ska, porque esos grupos tenían gente negra y blanca, que es algo que no se da muy a menudo. Los blancos hacen la música que hacían los negros hace 20 años.
Sexo fue de se lote de ska y me acuerdo estar haciendo ese demo en la casa de mi mamá.

Quién mató a Marilyn

Es la canción más antigua de las que quedaron en el disco.

Era una letra con la que llegó Miguel al colegio y la música yo la hice en un piano.
La canción era mortal, el sonido era súper bueno. Tenía mucho de The Cars: el sonido de la caja de la batería bien fuerte, pero el bombo no tanto.

Era la canción más instantánea de todas.

Paramar

También tiene de The Cars y la poco confesable influencia de Rick Springfield, de una canción que se llama Jessie’s Girl. Esa canción era de la misma hornada de La Voz de los 80 y la favorita de mucha gente. El demo era más rockero, pero el tema después se puso más blandito.

En vivo lo tocábamos acústica porque me daba lata tocarla rockera, pero ahora me va a encantar tocarla rockera de nuevo.

No necesitamos banderas

La versión original tenía un verso extra (súper malo), con otra melodía y un cambio de ritmo. Tenía mucho de UB 40 y por años la encontré trucha, como que se quedaba entre Calera y La Ligua. Sinceramente, no alcanzaba a convertirse en nada.

Cuando Bambú le hizo una versión súper buena (1996) ahí me reconcilié con ella. Era reggae, pero era más punky, y a mí me gusta más el acento punky. Esa vez, también, me gustó escuchar la letra de nuevo.

Mentalidad televisiva

El gancho de esa canción viene del Festival de Viña del Mar. La característica esa de “Viña es un festival/ música junto al mar”, me encantaba. Cuando lo escuché por primera vez me dije que era demasiado bueno.

El resto lo hice a partir de lo que se me ocurría. Como no es en esa canción ni en ninguno de los discos, la historia que se cuenta nunca es inventada.

Nunca quedas mal con nadie

Fue hecha de una patada y yo la pensé como un single. Tenía algo de una canción de Joe Jackson (Pretty Boys) y de otra que habíamos hecho nosotros antes, que se llamaba Me Insultas Más de lo que Piensan. Esa nunca quedó muy bien grabada, pero está en un cassette de un concierto en el liceo Miguel León Prado. Al final, eso sí, se transformó.

Nunca quedas mal con nadie yo la quería como éxito. Fue pensada para ocupar el lugar que ocupa, al final del disco, para invitar a escucharlo de nuevo.

La grabamos el mismo día que cumplí 20 años, y la Jacqueline (Fresand, primera esposa de Jorge) estaba sentada en el amplificador del bajo. Tuvimos que hacer varias tomas porque el Claudio se pegaba en una parte

Hay harta gente que pregunta si es para Piñera o alguien así, pero no, Tenía que ver harto con el Canto Nuevo, pero podría perfectamente ser para U2, Pink Floyd, Sting… personas que se hacen los malos, pero están con las patas metidas hasta el fondo en hacer más y más billete.

Yo creo que le pega más a los rockeros que los artesa, como los Rolling Stones, que son tremendas máquinas de negocio. En los video clips aparecen con caras de malo, pero en el fondo no son así. Hay demasiada gente que quiere ocupar su lugar y, para enfrentarlo, ellos son señores ejecutivos de la mañana a la noche.

Nunca quedas mal con nadie tiene que ver con la postura del rock, esa de poner cara de malos y hacerse los profundos. Nunca Quedas Mal con Nadie es bastante como Pink Floyd: hacerse el profundo, pero al final no hacer nada. Ellos le ponen ene color, pero terminan vendiendo discos a pendejos para que se pongan camisetas negras y se encierren en su pieza.

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