El siguiente articulo fue publicado por el propio Jorge González en julio del 2002, a través de la extinta página LosPrisioneros.cl. Fue rescatado exitosamente desde los archivos CD-R de LaRata.cl
La sombra de The Stranglers ha refrescado la carrera de Los Prisioneros en varias oportunidades. En el sonido de bajo del álbum “La voz de los 80”, sobre todo en los primeros recitales, en los que el bajo era otra guitarra filuda y melodiosa.
La sombra de The Stranglers es evidente casi al borde del hurto en la oscuridad chamullenta de “Amiga mía”, donde al excelente “European Female” le pican las orejas. Incluso en “Violencia” aparecen unos órganos a la Dave Greenfield escalando en la pelea callejera. ¿The Stranglers”: J.J. Burnell, Hugh Cornwall, Dave Greenfield y Jet Black aparecieron por 1977 como una banda muy rechazada (!Bien!) del punk de la reina. Se aludía a la avanzada edad de algunos de sus integrantes y a su manera experta de tocar. Eran duros: alguna vez raptaron, maniataron y abandonaron al borde de un hediondo canal a algún periodista demasiado impertinente. The Stranglers comenzaron muchos años antes tocando cualquier cosa en bares y colegios hasta editar ese triunfal y agresivo primer disco “Rattus Norvégicus”, con joyas como “Princess of the street”, “Get a grip on yourself”, la épica “Down in the sewer” o “Ugly”.
Repitieron la hazaña con “No more Heroes” y “Black and White”, excelentes obras. Se empezaron a poner lujosamente oscuros y jugados con “The Raven”, verdadera maravilla sónica deconcertante que luce “Baroque Bordello”, “Don´t bring Harry” y la canción favorita del experto: “The raven” ,todos ellos extraños experimentos aunque muchos mas tarareables que el tóxico y alienado “The Gospel according to the Meninblack”, lleno de deformaciones y procesos de aquellos tiempos en los que lo menos que los ingleses querían era sonar como Bowie o The Kinks. Dios los bendiga.
Mas cosas buenas y misteriosas les pasaron con seguridad si entraron en aquella deliciosa onda romántica y llena de melancolía en 1981 para “La Folie” y pronto “Feline”, donde viene “Midnight summer dream” y “Let´s tango in Paris”, con guitarras españolas y la porfía que se le metió a Jet Black de programar sus tambores y poner adornillos encima, ante la molestia de Cornwell.
El inesperado Erosuceso de “Golden Brown”, extraño vals de cambiante métrica y clavecín auténtico y letra inspirada en el azúcar marrón los metió en un ambiente de creación mas reflexivo, creando canciones increíbles y muy originales producciones que aún vibran en el tocadiscos. “Aural Sculpture”, con la majestusa “Ice Queen” y pronto el disco donde sale “Always the sun” que no me acuerdo como se llama y ya me desconecta un poco del fanatismo aunque no del respeto. La banda acumula un catálogo de canciones muy diferentemente coloreadas que los mantiene hasta hoy como una gran atracción en vivo.
La leyenda dice que en algún momento el bajista karateka Jean Jacques Burnell le dio una pequeña pero contundente paliza al guitarra Hugh Cornwall que, al tiempo de vivir asustado, se fue a tocar solo de un día para otro. Desde las agrias voces de Hugh y Jean Jacques, la serpenteante guitarra, el terremoto melódico del bajo, los tambores inesperados y sobre todo esa imaginación y excentricidad de Dave Greenfield en sus órganos, pianos y sintetizadores Los Estranguladores pesan en Los Prisioneros… y mucho.