Mente Sabia Crú sale de gira con su nuevo disco: “Sentimos que nunca nos fuimos”

“Percibal & The Wawis” es el nuevo disco de Mente Sabia Crú, con el que regresan tras cerca de tres años sin lanzar material tras los singles “Atrincherados”, “Mentir es un Decir” y “Camaleón”, y que los llevará a una gira por gran parte del país durante este mes.

El sucesor de “Elefante” (2017) marca el retorno de la agrupación formada por Matiah Chinaski, Terrible, MC Unabez, Dr. Bene y DJ Pérez. Cuatro MC’s y un DJ que se conocen por muchos años, y que consolidan su amistad con un trabajo compuesto por 10 canciones.

Decenas de historias juntos, no solo bajo este proyecto sino que también acompañando en sus aventuras solistas, lo que ha alimentado las inquietudes sonoras de sus cinco integrantes, nutriendo la toma de decisiones en el proceso creativo. “Como somos cinco, a veces disparamos para un lado distinto, entonces llegar al centro a veces nos cuesta mucho. Pero al final igual pudimos dar en el clavo. Sentimos que quedó como bien reflejado lo que queríamos presentar “, asegura Terrible.

Luego de estrenar su nueva placa discográfica, Mente Sabia Crú fija su mirada en la gira que comenzará este 7 de julio en La Serena, y que tendrá escalas en distintas ciudades del país como Santiago, Concepción, Talca, Valparaíso, Chillán, Puerto Montt, Valdivia y Temuco. Un primer apronte antes de emprender vuelo a Europa, donde ya tienen agendadas presentaciones en España, Alemania, Francia y Suiza durante agosto y septiembre.

Sobre el disco, y calentando motores para este tour por Chile, conversamos con Terrible (Adolfo Rojas) y MC Unabez (Felipe Espinoza).

¿Ha sido bueno el recibimiento de Percibal & The Wawis?

U: La gente ha hecho buenos comentarios. En los discos anteriores los comentarios eran más superficiales, en el sentido de decir “está bueno”, o “me gustó”. Ahora es un comentario un poco más técnico: “están buenas las bases”, “me gustan los sonidos de este sample”, “¿de dónde sacaron esto?”. Es rico que la gente se ha ido interiorizando un poco más en la parte técnica. Me imagino que tiene que ver con un crecimiento en conjunto.

T: Le dan una vuelta más. Le da como otro análisis y quiere formar más parte del proyecto, quizás como hacerlo más más suyo. Entonces por eso como que como que tu apreciaciones son más profundas.

U: A mí me pasa que, haciendo un análisis un poco así etario, claro, han ido creciendo con nosotros. La vida también se va a complejizando, y aunque nosotros no los queramos, las letras igual se van haciendo más difíciles, y eso hace que perduren más en el tiempo o los contenidos en general. Me da la impresión de que nos da como para dar unas cinco vueltas más, y hace un poco más interesante el proyecto.

Ha pasado mucha agua bajo el puente desde Elefante. ¿Cómo abordaron los procesos sociales y sus propias vivencias en este nuevo trabajo?

U: Siempre estamos en contacto. No somos simplemente una banda de música que se junta en una sala de ensayo a hacer cada uno sus partes. El abordaje de lo que fue pasando en estos tres años nos fue ocurriendo a nosotros mismos como grupo y como amigos. Entonces no fue tan difícil abordar las temáticas, sino más bien ir ordenándola. Yo creo que lo que más nos cuesta en general es ordenarnos, porque somos muchos. Los tiempos no cuadran tanto, pero una vez que se va haciendo el orden se arma la columna vertebral. A mí en particular me parece que no nos costó tanto abordar la temática. No sé, Adolfo, cómo lo viste tú.

T: Lo complejo creo es poder ordenarnos. En una banda X, hay un bajista, un batero, guitarra, cada uno cubre su mundo. Acá, si bien hay un DJ, son cuatro MC que tienen muchas cosas que decir, entonces la pega más fuerte es ordenarnos en la estructura. En términos como de escritura y cosas así, ahí somos más libres. Puedo yo llegar por un beat y con una estrofa escrita, se la presento a los chiquillos, que la escuchan, dicen “sí me gusta, me voy a colgar de lo que tú hiciste para seguir para continuar la canción”. Con los años ya lo tenemos tan incorporado que se hace automático. No es tan difícil hacerlo para nosotros.

Es bastante llamativa la portada del disco. Colorida, pero con un tono lúgubre. ¿Cómo fue el proceso?

T: Yo conozco a Fernando Contreras (Lamolisha) hace ya varios años a través de otro amigo, que me lo presentó.  Trabajó conmigo en la portada de “Mantis” (2018), donde hizo la carátula y era dibujada como la portada de un cómic. Es muy seguidor de nosotros y me dice que somos una una fuente grande de inspiración para él al momento de dibujar y hacer murales. Me decía que como manera de agradecimiento, él quería participar en la carátula, así que yo le propuse la idea a los chiquillos, quienes dijeron que sí al tiro. Ahí fuimos pinponeando ideas nosotros teníamos la idea del nombre de Percibal & The Wawis y quisimos crear un personaje a partir de conceptos e ideas que se repetían varias veces en el disco, el cómo enfrentar los miedos, las inseguridades y de aceptarse.

U: Este es el primer álbum que tiene así como full color. Antes habían sido como blanco y negro o escala de grises, y uno en rojo y negro. Este personaje creado tiene múltiples personalidades y formas de enfrentar la vida y el avance de la tecnología asusta en algunos momentos de la vida y en otros nos ayuda, porque se pierde todo este tiempo de dibujo que tuvo Lamolisha que tienen que haber sido meses ahora reducido a, no sé, reel de un minuto y lo puedes ver desde que puso la pluma en el iPad. Se agradece el poder ver el proceso completo. Por un lado la tecnología nos ayuda y por el otro nos asesina, así que gracias y de nada.

T: Igual es curioso también lo que menciona el Felipe. Si nosotros miramos hacia atrás todas nuestras carátulas, son como bien oscuras sin que nosotros queramos presumir. No somos súper dark y muy la muerte, se dio así nomás quizás en el inconsciente. Ahora en este álbum la portada es full color, pero aún así es lúgubre, como lo que teníamos en el pasado. Sigue manteniendo el alma y además retratado por un artista que está fuera del círculo, o sea, él también lo ve así.

¿Cambió mucho el proceso creativo en comparación a los trabajos anteriores?

T: Cuando recién comenzamos, éramos mucho de juntarnos como juntarnos en la casa de alguien a hacer la música, pero porque también éramos más chicos también en esos años. Llegábamos del colegio, hacíamos las tareas y después toda la tarde libre para hacer lo que tú querías. Ahora, nos cuesta mucho más juntarnos, porque cada uno tiene su sus vidas, hay otras responsabilidades. Pero sí aprovechamos las bondades de la tecnología, entonces cada uno en su casa. Todos tenemos para grabar entonces ya no nos complicamos tanto como para juntarnos para poder hacer la música. Ya con los años como que trabajamos en piloto automático.

U: Cuando jugai de chico en el barrio con tus amigos te conocís de memoria, da lo mismo en la posición que te toca, vay a jugar ahí. Ya después de 20 años, claro, como dice el Adolfo, ya es automático. Muchas veces de la propuesta salen dos cosas nuevas o derechamente esa propuesta no gustó, pero sí la pista, o a lo mejor la letra me sirve más en otro lado. Entonces al final la mezcla de cosas es la que va haciendo que todo cuadre. Es difícil a veces, porque muchas veces da la impresión de que no está bien revuelto, que le falta unas dos vueltas más de cuchara. Finalmente el proceso creativo se hace imposible en línea recta, es una serpiente para todos lados, pero llega un momento donde ya el Daniel (productor) es capaz de tomarla y entregar una marraqueta lista después del horno.

En su historia se da mucho la colaboración y en este disco invitaron Ed Neidhart, Dani Boodman, Frainstrumentos. ¿Cómo fue este como llamado a a que participen también de este trabajo?

T: Tenemos la suerte de que en Mente Sabia hacemos pistas y producción. De pronto, parar un disco se hace muy fácil en cuanto a la a la musicalización,  pero aún así siempre como que nos quedamos cortos. Decimos “igual nos falta un sabor distinto” y ahí buscamos siempre a nuestros amigos. Nosotros tenemos un colectivo que es como solo de beatmakers (Criminal Beats) y ahí está Frainstrumentos, Maldito Fen, bueno Danny Boodman 900 no pertenece al colectivo, pero también es un amigo que hace pista entonces como que llega natural. En el caso de la participación de Ed Neidhart, Matías llegó ya con la maqueta grabada, había hecho el beat y estaba la parte del Ed y nos voló la cabeza. Las colaboraciones son siempre con amigos que están dispuestos siempre a trabajar y felices también de apañarnos. Bueno, nosotros hacemos la devuelta de mano.

En este disco pensamos en invitar o no a amigos a rapear, porque siempre queda esa dificultad de tocar las canciones en vivo, ya que significa muchas veces invitarlas y no es que no queramos llevarlas a la gira, sino que cuando son autogestionadas, cuesta harto. Entonces también lo pensamos en hacer más fácil la presentación del material nuevo.

Además de los procesos sociales, hablan mucho del paso del tiempo en este disco.

 U: Me pasa que los álbumes son finalmente un diario de vida que vas dejando y que no va a tener caducidad porque está marcando la etapa de lo que estás viviendo.

En cuanto a los conceptos, no sé, por “La vida en el templo”, nosotros tomamos el templo como el espacio donde nos desarrollamos para hacer música, por eso hablamos de ese lugar sagrado donde tú tienes siempre donde volver cuando tienes alguna urgencia. Entonces si tú escuchas, ahí viene esa canción tiene como varias cosas como súper cotidianas. El contexto social también de que el país despierte y luego vuelve a lo mismo y que no tenemos cambios más que las arrugas que vemos en la cara o en la piel. Inevitable el paso de la vida, el paso del tiempo.

En “Pasaje de ida” también, ni hablar. Además tiene un ritmo súper atrapante, una pista que me genera misterio, de que quiero que llegue el final, pero en el fondo no quiero que llegue. Te mantiene en ese trance medio flotando en la nada y que te ves como un poco en el centro.

T: La gente dice como “Mente Sabia, después de seis años volvieron”. Siento que nunca nos fuimos. Si bien hicimos un standby como de un par de años, fue netamente porque también cada uno de los integrantes tiene su carrera solista. Todo es parte del mismo núcleo, pero cada uno desarrolló también su carrera, su personaje. No sé si vieron Los Caballeros del Zodiaco. A estos cabros chicos, los enviaban a cada uno a un lugar, no sé pues al dragón lo mandaba a los Siete Picos a entrenar a este otro a Siberia, no sé. Cada uno se fue a una montaña diferente a entrenar a sacar súper poderes para después volver a juntarnos a este templo que es Mente Sabia Crú. Yo creo que esa evolución que hay fue gracias a darnos el tiempo de poder pulirnos cada uno y conocernos para después traer esos poderes nuevos al grupo.

Hablemos de la gira. Visitarán varias ciudades desde La Serena hasta Puerto Montt

T: Sí, en realidad estamos ahí en deuda y se puede ver reflejada la deuda ahí en redes sociales, que para el norte no alcanzamos a cubrir mucho. Pero, cabros, no es que no queramos ir al norte. Es difícil porque sentimos que los espacios en el sur se dan muy fácil, o siempre hay alguien que ofrece. Eso no nos pasa en el norte, nunca ha llegado una propuesta de algún local o alguna productora de Arica, Antofagasta. Claro, la gente también se disgusta y alega: “Oye, que no sabía que que el norte llega hasta La Serena”. Me encantaría ir a tocar allá, pero es más difícil la logística.

U: Lo otro bueno que se da para el sur que, con otros proyectos como el que tiene el Matías con la Brígida Orquesta, ya hay relaciones hechas con muchos locales. Entonces ya es solo como ver la logística de la fecha y la ticketera.

T: Se ve harto el apañe en la Quinta Región igual. Cierto también que en Valparaíso mucha gente en pandemia emigró desde Santiago. Entonces también claro, haciendo memoria de años atrás nos demorábamos mucho más en vender entradas. Ahora, por ejemplo, creo que han estado buenas las ventas ahí, entonces eso de que hay más gente escuchando.

Total
0
Shares
Previous Post
Masquemusica cantando en vivo en Bar Ummo

Masquemusica: la nueva voz del soul chileno en Bar Ummo

Next Post

Desgarradora energía post-hardcore: Así suena el nuevo álbum de Chances