Con 27 años recién cumplidos, Laró disfruta de la buena recepción de “Me Hace Bien Amarte”, su último single.
El músico, poco a poco, comienza a revelar más detalles de su segundo disco, que tituló “Bailando en la Cuerda Floja”, que mostrará una evolución con respecto a su anterior trabajo “Abriendo Latidos”, lanzado el 2020.
Sobre su último sencillo, que evoca sonidos del reggae y pop, Diego Laroze detalla que “se trata de cómo el hecho de amar a una persona o sentir que estoy súper enamorado, me hace bien y repercute positivamente en mí”. Esto, reflejado en los colores que priman en sus fotos promocionales.
¿Cómo ha sido la recepción de “Me Hace Bien Amarte”?
Me he sentido feliz, porque siento que la recepción ha sido súper positiva y bonita. Me han llegado muchos mensajes por las redes, y eso significa todo.
Puede ser una volá, pero cuando muestro una canción, estoy atento a qué genera en las personas. A veces no está muy explícito, y ahí hay que entrar a conversar.
El mensaje que entrega es bastante optimista.
Cuando hago música intento que se sienta cercana. La música está para hacerla para todes. Lo que más puedo hacer yo, como artista, es abrirme lo más posible a la canción, y luego, al compartirla, que esté lo suficientemente abierta para que las personas las sientan lo más similarmente a mí cuando la compuse.
¿Cómo utilizas ese feedback para futuras composiciones?
Sin duda he aprendido un montón con cada canción que he hecho. Naturalmente te va a llevando a lugares, por ejemplo con “Maldito Jazz”, fue la primera vez que trabajé con Nicolás Roa, quien es el productor de mi segundo disco. Una cosa llevó a la otra, cada canción va a ir influenciando en un proceso de aprendizaje que es continuo, y que finalmente está todo conectado.
Tu segundo disco, “Bailar en la cuerda floja”, entrega un mensaje que se contrapone a “Me hace Bien Amarte”
Toca ambos mundos: lo alegre y lo existencial, la crisis. Creo que habla un poco de eso, de aceptar que uno está en desequilibrio y ponerle buena cara. El disco tiene una cuota de nostalgia y energías similares al anterior, pero están pensadas desde otros lugares. “Abriendo latidos” tiene una energía bien alta, media latina, y “Huracán” que es rock pop. Si bien las temáticas son más melancólicas o de desamor, con “Bailar en la cuerda floja” es lo mismo, pero más existencial. Es un disco variado, y me gusta eso. Podría hacer reggaetón y me haría sentido si me emociona.
Sobre esta variedad de estilos, ¿cuáles fueron las inspiraciones?
Fue una mixtura, y se pueden contraponer de algunas formas. Me inspiré en el folk, y le agregué una cuota de pop. Aunque siempre esa es una pregunta difícil, sobre qué es el pop, y creo que nuestra aproximación (junto con Nicolás Roa y Boris Ortega) lo percibimos desde el diseño sonoro. Que todo sonara hi-fi, ordenado como tocando a tiempo en el metrónomo, cosa que antes no era así.
¿Sientes que tu nuevo disco es más prolífico?
Desde la intención a la hora de trabajar sí, porque a veces pueden pasar cosas súper prolíficas de forma random. Creo que ahí estoy hablando de mi primer disco que se caracterizó por eso. Si bien todo proceso musical tiene cuotas de guata, nos centramos mucho en agarrar una lupa y pulir espacios más chiquititos. Quisimos que la experiencia sonora fuese bacán.
No podemos spoilear la fecha, se vienen cositas. Me gusta tomar las cosas con calma, “Me Hace Bien Amarte” la saqué cerca de mi single anterior, y tenía la intención de responder a la fecha y el mes del amor, como que calzaba muy bien.
En tus redes se ve que promocionas tus singles de manera lúdica. ¿Cómo nace ese interés?
Las redes sociales me han ayudado mucho a mostrar mi música. Desde mi primer single, “Abriendo Latidos”, que fue medio viral en Instagram, me dejó una especie de referencia de que son un espacio súper válido para conectar.
Respondo un montón a la actualidad, porque son un vehículo para llegar a gente. Ahora, las redes están en constante cambio, está lo de TikTok, y desde ese lugar uno responde a la tendencia también, de que todo está súper centrado en hacer videos bacanes. Yo empatizo con eso. Como la cosa anda hacia los videos, me subí a la moto y creo que ha funcionado bacán, de hacerlo entretenido y fresco, y esa es la intención.
Ojalá hacer algo que te haga sentido. He grabado videos que literal, he sacado de TikTok, pero como disfruto viéndolos, digo “por qué no me sumo también”. A mí me gusta pensar que cuando sea viejo las generaciones jóvenes tendrán cosas que aportar, y no me gustaría ser ese viejo que decía “como eran las cosas estaban bien”. Hay cosas entretenidas, queda adaptarse y de juzgar que te parece bien y qué no. Es parte de ir creciendo junto a otras generaciones.
Al momento de la conversación, Laró viste una camiseta de fútbol de un equipo llamado “La Celeste” que tiene un schop en su escudo. El número 9 asoma por su espalda. “Es de un amigo, que tiene una banda que se llama La Curiosidad Mató Al Gato. Pero no es mi polera, la encuentro bacán. Juego por jugar, a la defensa, de lateral derecho”, confiesa.
¿Te comportas de la misma forma en la cancha que en tu forma de ser?
Creo que me hace harto sentido, como de análisis psicológico, que sea defensa. No soy futbolero, pero siento que soy bastante de mirar las cosas de afuera. Si hay un grupo de personas conversando o jugando, primero miro y de repente me meto sutilmente. Tengo un aproach más precavido, soy súper observador.
¿Y eso se refleja a la hora de componer?
Caleta, siento que ese observar lo llevo a mi persona, como meta de cognición. Como pensar acerca de lo que estás pensando, y eso me lleva harto a hacer canciones desde ahí. Es algo que lo he aprendido con el tiempo.
La vulnerabilidad es un tema en tu último single, y también un desafío hablarlo en canciones.
Lo que espero a la hora de ser artista, es siempre estar lo más abierto posible a la música y mis sentimientos. Al principio me generó algo de miedo, pero siempre me trajo mucha dicha hacerlo. Está muy linkeado a mis procesos personales.
Se dio fortuitamente, además de niño estuve muy atento a la música. Creo que a los seis años tuve clases de guitarra. Ahí escuchaba lo que escuchaban mis papás: música argentina, harto folk, Los Beatles, música en inglés. Cosas chilenas, a ratos. Igual creo que tiene que ver con la dictadura, no escuchaban tanta música chilena como con la argentina.
¿Cuáles son tus desafíos para 2023?
Aparte del disco, tengo ganas que no se quede solo en eso. Quiero sacar más canciones. No sé qué irá a pasar, como fue un álbum (“Bailar en la Cuerda Floja”) que se armó en pandemia, tengo ganas de hacer algo más ligero. Espero que eso pase, tocar un montón y sacar las canciones al mundo.
Estoy en conversaciones con distintas fechas. Por lo general, hasta ahora he tocado en banda, aunque estoy abierto en tocar en formatos más reducidos, ya sea solo o junto con Nico y Boris. Para el lanzamiento del disco tengo muchas ganas de que sea con banda, y así para momentos más especiales.
