La declaración de principios de Ketekalles: “Salimos todo el tiempo de la zona de confort”

En medio del calor de Quilpué, y con las maletas en el camarín, Sombra (voz) y Ana (guitarra) confiesan que les gustaría pasear por Chile, pero están a un par de horas enfrentar la primera de sus cinco fechas de su gira “Remendar el Caos”.

Así mismo se titula el disco que trae por primera vez a Latinoamérica a Ketekalles, agrupación surgida en España en el 2016. Las españolas sumaron sangre latina a su proyecto, con Nadia (bajo) y Camila (batería). Si bien no han perdido el acento, se nota cierta españolización al hablar. Sin embargo, hay tradiciones que no se pierden, como el mate en mano en todo momento.

Aquella tarde, la banda tenía dudas si sus presentaciones en Chillán y Concepción se llevarían a cabo, debido a los incendios. Sin embargo, días después lograron encontrarse con su público en Magnolia Bar y La Bodeguita de Nicanor, respectivamente.

En medio de la incertidumbre, pero más inundadas por la emoción de presentarse por primera vez en este lugar del mundo, KeteKalles comentó su historia y sus principios.

¿Cómo nace este proyecto?

Sombra: Se formó a partir de la necesidad de que un grupo de mujeres o géneros disidentes pudiese hablar desde un lugar distinto. Nos fuimos juntando en espacios feministas y liberados que nos ayudaron a llevarlo a cabo en 2016

Ana: A partir de ahí llegaron Cami y Nadia, hicimos nuestro primer disco. Antes teníamos una maqueta, y cuando empezó a crecer el proyecto. Hicimos gira por España, algún lugar de Europa, y teníamos muchas ganas de venir aquí.

Camila: ¡Nos las trajimos! (risas)

¿Cómo fue acercarse a Europa como latinoamericanas?

C: Llevaba algunos años en Europa, pero estaba dedicaba a las batucadas donde me gustaba mucho tocar. Cuando llegué a vivir a Barcelona, las conocí en algunos conciertos. Luego, la percusionista que tenían quiso dedicarse a otra cosa menos precaria, y yo al contrario (risas). No tenía una formación profesional, de música, sino que había aprendido de manera autodidacta, pero que el proyecto era así, donde lo importante es la creatividad, soñar lo que quería hacer y el match fue bastante bueno.

Nadia: Me pasó algo parecido. Venía tocando en Argentina, y me fui a Barcelona con bajo en mano a ver qué sucedía. Las conocí tocar en unas fiestasla calle y me gustaron. Por ahí por la vida nos conocimos, la bajista anterior también decidió trabajar en algo menos precario y me uní.

No sentí tanto choque cultural, obvio que hay distintos estilos musicales, como el flamenco que no lo conocía, pero aprender y estudiar es la parte divertida.

Su propuesta refleja muchos estilos (flamenco, funk, rap), ¿cómo se ponen en la balanza durante el proceso creativo?

A: Tampoco tenemos un método definido. Pienso que trabajamos mucho desde el corazón, al final se van generando letras e ideas que queremos transmitir, y fluyen por sí solas.

N: Nos gusta mucho jugar y aprender cosas nuevas. Por eso aparecen tantos estilos.

S: Mezclamos todo porque nos gusta toda la música. Creo que lo más importante es que cada estilo conlleve la emoción y transmitir el mensaje. Hemos añadido cumbia, reggaetón.

C: “Sin vergüenza fusión”. Tenemos para el segundo disco ritmos más latinos, se vienen cositas (risas). Salir de un lugar más rapero, más funky hip hop, para meter más cosas. También nada puro. Sin miedo, con mucho respeto.

S: No somos expertas en nada. Hacemos lo mejor que podemos y con mucho cariño, tenemos curiosidad por la música.

¿Cómo llevan la experiencia de salir de la zona de confort a sus propias letras?

N: Creo que es algo que hacemos todo el tiempo, para mí es algo que ponemos en práctica.

A: Nos atrevemos. Salir al escenario, hacer un disco y creer en tu proyecto es un atrevimiento e intentamos enfrentarlo con alegría.

C: Cómodo no es. Es un proyecto que camina horizontalmente, donde los roles de poder van cambiando, no son algo rígido. La creatividad surge de todas durante todo el tiempo, y eso te hace salir de la zona de confort todo el tiempo, y el resto apaña. En ese equilibrio, dialogar y conocernos, nos arriesgamos y nos permite crecer.

¿Cómo es el diálogo entre ustedes sobre temáticas que son tan contingentes?

A: No todas pensamos lo mismo sobre todo, por lo que intentamos decir algo donde estemos a gusto. Mucho de lo que cantamos lo llevamos a lo cotidiano, a lo que sentimos que es donde encontramos más similitud que diferencia.

¿Qué costumbres de España han aprendido o agarrado gusto, y han transmitido costumbre de sus países a sus compañeras?

C: Vivimos en Barcelona, que es una capital de riqueza cultural bastante grande, donde hay mucha gente y muchas libertades. Te permite bastante soñar, te acogen, y he aprendido a poder ser yo sin tener que pelear tanto. No digo que con lo otro no se aprenda, pero a mí me tocó esta forma.

He aprendido muchos ritmos y costumbres diferentes. España es una locura, porque está Catalunya, que es muy diferente al País Vasco, a Andalucía. Son muchos países en uno. Idiomas y comidas diferentes, a la nuestra también.

N: En Barcelona hay de todo. Me encantó, se ve a España desde acá y no tenemos idea de la cultura catalana, lo que me sorprendió un montón.

C: Y, ¿qué les hemos dado de nuestra tierra?

N: El mate (comienzan a reír).

S: El mate nos ha enganchado malamente. Estamos todo el día con él. En Barcelona tenemos un bar chileno, el ‘Perropako’, donde hay empanaditas de pino y sopaipillas. Yo vengo con el pasaporte argentino (risas).

N: Baila cumbia como se baila allá.

¿Cómo esperan la gira por Chile y Sudamérica?

S: Disfrute, alegría, pasión. Todo lo bueno.

A: Estamos nerviosas todavía. Es mucha emoción y nervios, pero muchas ganas, de traer las canciones aquí.

C: En Santiago fue súper heavy, a las 24 horas ya estaba todo agotado. Por lo que tuvimos que abrir otra fecha (este miércoles 22 de febrero).

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