Daniela González (Dulce y Agraz): “Quiero entregarle inocencia a la música chilena”

Con solo 17 años y una gran pasión musical, Daniela González, se ha convertido en una de las grandes propuestas penquistas desde el pasado año 2015. Figurando con el seudónimo, Dulce y Agraz, dos de sus canciones, “El Peso de mi Pedal” y “Me Reparto en Ti”, han recibido una grata recepción en redes sociales y medios de comunicaciones tradicionales. Se ha presentado en Artistas del Acero, Galería Aura, PULSAR e incluso ha sido entrevistada en Súbela Radio, por lo que su carrera artística se está desarrollando con emoción y  energía

En un caluroso día de verano en la capital, días antes de su primera presentación en Santiago junto a su grupo, Daniela, nos conversa en una grata entrevista donde da a conocer sus gustos musicales e inclusive su visión acerca del nuevo componente que ella desea entregar a la música chilena.

¿De qué manera te acercaste a la música?

Pucha, yo he cantado desde siempre. Mi mamá es folclorista y también es compositora, entonces como que siempre me estuvo cantando. Me ponía discos, mucha música infantil como Mazapán, Tralalí, Calabacín, Pin Pon. Mi mamá fue como pareja de Pin Pon un tiempo, ¿cachai?

¿Sí? ¿De verdad?

Sí, ¡de verdad!.

¡Dato Freak!

Dato Freak, mi mamá fue pareja de Pin Pon (Ríe). Entonces eso, siempre estuve cerca, siempre estuve cercana, no hubo momento específico. Y como a los doce me gustaba mucho, me gusta mucho, una compositora canadiense que se llama Beatrice Martin, su seudónimo es Coeur de Pirate, entonces yo rallé con ella, rallé caleta, la escuchaba todo el día y me gustaban mucho los pianos que hacía. Entonces quería sacar los pianos de sus canciones y así fue como agarre el piano, me aprendí como dos canciones y empecé a componer al tiro.

¿O sea que el piano fue tu primer instrumento?

Yo creo que mi voz fue mi primer instrumento, siempre. Hasta el día de hoy la manejo mejor que cualquier otra cosa que pueda manejar, que sea como tangible.

¿Qué música te gusta? ¿Qué te gusta escuchar? ¿Qué música te hace sentir bien e influencia en tus canciones?

Yo creo que no me voy por un estilo, pero me gusta mucho la música brasileña, como la batucada, su percusión, me gusta mucho sus timbres. Mallu Magalhães, me gusta mucho, Clarice Falcão y Marcelo Camelo. (En Chile) La Reina Morsa, un proyecto que ya no está. Me gusta Javier Barría, me gustan los dos primeros discos de la Javiera Mena. Me gusta mucho Taylor Swift, últimamente estoy súper rallada con un disco de ella. Me gustan bandas poco conocidas como Patio Solar, Niños del Cerro, Mantarraya, en Conce amigos como Planeta No.

¿Qué se siente estar recorriendo parte de Chile y tener una carrera musical a los 17 años?

Bueno, Santiago no es Chile (Ríe). Pero se siente bacán sobre todo porque no tengo nada de cancha, entonces es bacán poder conocer escenarios más grandes y otro tipo de público, cachai, otro tipo de trato igual, porque no te tratan igual en todos lados. Eso, es como más aprendizaje más que nada.

A los diecisiete años te puedes equivocar.

Si, caleta. Me he mandado mis embarradas (Ríe).

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Sabemos que la cuna de la música chilena es Conce, ¿Te sientes identificada con el sonido que tiene Conce?

¡No! (ríe). Yo no creo que Conce sea la cuna de la música, no. Dicen que es como la cuna del rock, pero yo no creo eso. No sé de donde salió de hecho. Lo dicen porque hubieron como dos bandas pick.

Los Tres y Los Bunkers.

Claro, salieron de ahí, pero yo creo que coincidió un poco la generación. Pero de ahí en adelante se han formado distintos tipos de arte, cachai, pintores, artistas visuales, muchos audiovisuales que tienen sus productoras, teatro y música. Como que Conce es cuna de arte, cuna de cultura que está como escondida, es súper underground, como muy fondeada entre las ciudades grandes.

¿O sea tú dices que se quedan con lo que se ve más grande?

Claro, si tú vas a Valpo, ves como niñitos hipsters promedio por todas partes, entonces te imaginas que es una ciudad que tiene como mucha cultura, mucho arte por todas partes, que te vas a desarrollar súper bien ahí, pero en realidad no es tan así. Como que en Conce tu igual levantas una piedra y encuentras un buen proyecto súper bueno, del que te enamoras y que tiene proyección a futuro.

¿Sientes que hay una cierta distinción de género en la industria musical? ¿Te ha tocado ver eso a esta edad o todavía no?

Lo que pasa, es que a mí me pasa algo por ser chica igual y por ser mujer, como que hay una cierta tendencia de las demás bandas, sobre todo en festivales…

¿A mirarte en menos?

No, no a mirarte en menos, sino a no acercarse. Hay como susto, como que piensan que no voy a poder conversar con ellos de manera fluida. No sé cuál será ahí el miedo. Como que muchos creen que para mí la música es un capricho, porque igual es raro que lo esté haciendo de tan chica. Además, me ven con un grupo de trabajo, entonces yo creo que algunos hasta juran que soy súper cuica y que por eso estoy haciendo lo que hago de buena manera. Pero generalmente no siento que me vaya mal o me vaya mejor por ser mujer. Yo creo que en el escenario, por ejemplo, es notorio. Me subo y yo veo como las miradas se centran al tiro en el escenario, eso es más común, porque yo creo que la mujer es bella, es atractiva, cachai. Es más interesante, más compleja. Entonces, creo que a eso se debe quizás que sea más fácil para mi desarrollarme súper bien en el escenario y desenvolverme cómoda. Pero no creo que sea más difícil, me da lo mismo en realidad. Como que si fuera hombre o mujer, yo hago mi trabajo en verdad.

Estaba leyendo en hartos lados y decían que tienes una voz súper parecida a la Javiera Mena y la Francisca Valenzuela.

Me gusta demasiado la Javiera Mena, me gusta mucho, pero me enamore de ella hace como tres semanas (Ríe), entonces no hay tanta influencia por ahí, pero me gustan demasiado sus primeros discos. Creo que ella tiene esa nostalgia que yo busco, como que florece en todo su disco, es muy bacán. A la Fran la encuentro súper buena compositora pero no…

No te mata su estilo.

Claro, no me mata. No sacaría cosas de su música, pero no me molesta.

Si tuvieras que compartir escenario con dos músicos chilenos y dos músicos extranjeros, ¿Cuáles serían?

Dos músicos chilenos…

¿Javiera Mena?

(Ríe) No sé, no sé. Quizás sí, Javiera Mena. Javier Barría, siempre. Extranjeros, yo creo que Mallu Magalhães y Marcelo Camelo. Me gustan mucho, me encantan, sobre todo porque tienen una fonética súper suave, entonces eso como que me envuelve. Si tuviera que hacer una tocata de autogestión, me gustaría tocar con los chiquillos de Patio Solar y Niños el Cerro, eso sí sería súper bacán.

¿Igual haz creado redes con otros músicos?

Un poco. Últimamente el que me ha ayudado muchísimo es Gonzalito, de Planeta No, es como mi profe, me enseña antes de pegarme los porrazos. Me aconseja súper bien, porque el igual empezó chico, entonces vendría siendo como mi profe.

¿Qué te gustaría aportar a la música chilena? ¿Qué te gustaría entregarle?

Inocencia. Creo que últimamente hay canciones o todo el medio está muy frío, muy agresivo, muy “tengo que sonar en la radio”. Entonces quiero agregarle como más inocencia, hablar sobre cosas que te causan ternura, como los placeres simples, creo que nadie se ha enfocado en eso todavía. Seguir con eso, que vuelvan los lentos, que vuelva lo meloso. Por ahora creo que eso es lo que me llama la atención, como hablar y agregarle un lenguaje distinto a lo meloso.

¿Cómo te ves a futuro?

Tocando, obviamente siempre en la música. Pero no lo sé todavía, porque no logro establecerme bien dentro de mi posición como músico. Creo que todavía no pongo los pies en la tierra y digo: “Ya, esto soy, esto voy a hacer, tengo una carrera hecha. Entonces aquí voy a hacer esto, esto otro, voy a planificar”, como que todavía no me veo en esa parada. Pero ojalá en cinco años más esté en festivales como en Perú, Brasil, ojalá. ¡Quiero ir a Brasil!, quiero ir a hacer una investigación musical. Quiero verme tocando más instrumentos para poder desarrollar mejor mis ideas, porque por ahora soy muy pollo, soy súper torpe para los instrumentos, soy súper poco virtuosa. Mis músicos por ejemplo como que hacen sus solos entremedio de las canciones y ellos se lucen y estoy como: “Con ustedes Ariel Concha en las baterías (Bromea con un solo)” y le pone color. Yo soy súper torpe, soy muy pollito, entonces como que no puedo hacer eso. Quiero llegar a tener ese virtuosismo, para poder materializar un poco lo que está en mi cabeza.

Bueno, te quedan años todavía. Muchos años.

Si, igual me gusta mucho el canto lírico, me gusta mucho la opera. Entonces quiero verme por lo menos sacando una ópera en un par de años, poder cantarla de la manera correcta. Voy a coro como desde quinto básico. Me gusta mucho el coro.

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