Lollapalooza 2019: Kendrick Lamar, el profeta arriba al fin del mundo

“Kendrick Lamar es el mejor rapero vivo”. Esas fueron las palabras de Vince Staples, joven músico estadounidense, que lo situó por sobre Drake, Kanye West o Snoop Dogg, convirtiéndose en un verdadero referente para los raperos emergentes. Pero no solo en su natal Estados Unidos, sino que en gran parte del mundo se toman sus líricas y su discurso como verdaderos mandamientos.

Nacido en un sector olvidado del estrellado Los Angeles en junio de 1987, donde la violencia policial y el racismo pintaban los murales del vecindario, el hijo de pandilleros conoció a los 8 años el lugar donde 2pac grabó California Love, el momento visagra para iniciar su carrera como cantante.

Comenzó sus primeras andanzas como K-Dot, adquiriendo reconocimiento en su adolescencia que lo hizo retumbar en la costa oeste. Su primer disco en 2011, titulado Section 80, fue el puntapié para el ascenso hacia el olimpo con Good Kid, M.A.A.D City (2012), un trabajo autobiográfico donde Kendrick relataba las historias pandilleras de su juventud, atacando a la policía con su arma más letal, la lírica.

Producido por nombres como Pharrell Williams, quien lo nombró como el Bob Dylan de nuestra era, y Dr. Dre, el álbum le permitió aparecer en la órbita de los premios Grammy con cuatro nominaciones, resaltando su aparición como candidato a álbum del año.

El rap consciente había alcanzado la esfera mainstream, donde dos nuevos sencillos y una gira marcaron su agenda, quien fue premiado como Rapero del año en 2013. Pero Kendrick no se conformó, pues aún había mucho por decir.

En 2015 es galardonado en los Grammy a la mejor canción y mejor interpretación de rap. Un día después lanza el segundo single de su nuevo disco To Pimp a Butterfly, el trabajo que lo catapultó al estrellato global.

Desde ser catalogado como un “rulebreaker del hip hop” a llenar listas de éxitos, este trabajo mezcló elementos de funk, jazz y soul, donde la depresión y un constante manifiesto socio-político se enlazaron con esta sofisticación sonora.

Sin embargo, todavía faltaban cosas por decir. En 2017 llega DAMN., su cuarto disco y obra cumbre. Una pelea contra el mundo y consigo mismo, donde la catarsis es una sensación constante en los 14 tracks. Desde la inyección adrenalínica en DNA., pasando por temáticas como la religión y la guerra en todos sus aspectos, hasta las colaboraciones con Rihanna y U2 marcan un trabajo sólido, que le validó ser catalogado como el álbum del año e incluso ganar un premio Pullitzer, siendo el primer músico popular en obtener tal distinción. Un verdadero caballo de troya.

Así llega como el único de los tres headliners que debutará en la versión nacional de Lollapalooza. Será además la primera vez de Lamar en Chile, un verdadero pastor entre sus seguidores y que en más de dos horas de concierto, demostrará por qué es la figura west coast más importante desde el mismísimo Tupac.

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