Breve historia de la música #2: Britpop, la primavera de los jóvenes

La década de 1990 será recordada por varios fenómenos musicales (no, el eurodance no es uno de ellos). La consolidación del rock alternativo, el ascenso y caída del grunge, el repliegue del metal para luego renovarse con Pantera, la sombría brutalidad del black metal escandinavo. En los 90, los movimientos musicales de los 80 toman un nuevo giro gracias a cambios en la industria musical: comienza la era dorada de Mtv.

En el caso de hoy, el britpop es hijo de la primavera del amor de 1989, tiempo que los Stones Roses se adueñaron de la escena. Los oriundos de Manchester venían a romper las últimas ataduras conservadoras de los ochentas de Thatcher, una época en que las radios no pasaban más que inofensivo pop bailable. Si bien, bandas como The Cure o New Order jugaron un papel importante musical y culturalmente, sólo The Smiths, como fenómeno pop, planteaba una amenaza a la moral y buenas costumbres de aquellos tiempos.

Ese vacío dejado por The Smiths lo ocuparían The Stones Roses, liderando el efímero movimiento MadchesterEntre el pop, el acid house y el rock psicodélico, la banda liderada por el confrontacional Ian Brown, deslumbró tanto a la prensa como a los auditores con su debut homónimo en 1989. La juventud británica tenía una nueva excusa para bailar, salir, drogarse y ser ellos mismos, todo esto en el ocaso del Thatcherismo y el advenimiento de la “izquierda whiskey” del New Labour, mucho más liberal.

Luego de su debut, The Stone Roses fue una banda irregular que osciló entre la actividad y la inactividad. Pero el impacto ya estaba hecho, cientos de jóvenes ingleses estaban dispuestos a colgarse una guitarra y hacer música. También esta juventud influida por The Smiths, Inspiral Carpets y los mismos Stone Roses, se puede entender como una respuesta a la seriedad e introspección del shoegaze (en otra ocasión me dedicaré a reseñar ese género). El discurso del britpop era el regreso a la canción pop de tres minutos, muchas guitarras eléctricas y una actitud desafiante y desvergonzada en medio de optimismo de principios de la década del 90.

El britpop no es un género musical en el sentido formal. Responde más a un movimiento juvenil que agrupó a bandas que fueron la voz de esa generación. Quizás el aspecto musical que más une a todas las bandas de británicas de esa época es el rescate de la formación clásica de rock y la preferencia por canciones de cuatro acordes con la estructura típica verso-coro-verso. Las temáticas rondan entre el amor/desamor, las drogas, la vida cotidiana de los jóvenes, por lo general. Una excepción puede ser Richard Ashcroft de The Verve, cuyas letras eran bastante más poéticas que las de otros músicos de su era.

La muerte de Kurt Cobain en 1994 coincide con la explosión de todo lo fraguado entrado el año 1990. Dos obras cumbres del britpop son lanzadas el año en que el líder de Nirvana se quitaba la vida: Parklife de Blur (tercer álbum de la banda) y Definitely Maybe, álbum debut de Oasis. Estos dos discos llevarían al britpop a la relevancia musical como una alternativa al grunge (incluso, Damon Albarn consideraba su música “anti-grunge”), también animado por un fuerte toque nacionalista, concentrándose en temas que interesasen a la juventud británica de la época. De esta manera, las portadas de los magazines musicales y revistas del corazón se llenarían de banderas británicas y la “rivalidad” que Oasis y Blur tendrían casi toda la década.

Por otro lado, otras dos bandas también se harían un nombre en la escena al márgen de la batalla Blur-Oasis. Igual de grandes e importantes, Suede y Pulp brillarían con luz propia con sus lanzamientos. Los londinenses Suede, con una atractiva carga sexual y una imagen de frivolidad y decadencia pop, daban su primer golpe en 1993 con su disco homónimo. En 1994, se sumarían a la fiebre de lanzamientos con Dog Man Star, mucho más oscuro que su debut.

Mientras que Pulp, oriundos de Sheffield, publicarían su primer éxito comercial, también en 1994, luego de tres discos con poca atención de la prensa. His ‘n’ Hers sería el destape de la banda liderada por Jarvis Cocker, no obstante, no sería hasta el 1995 cuando alcanzaran la gloria con el influyente Different ClassTocando temas cotidianos, Pulp representaba a esa juventud más geek y rechazada que quería formar parte de este movimiento cultural.

De ahí en adelante, el britpop sería sinónimo de éxito comercial y música. Las bandas salían en televisión, copaban las radios, las portadas de revistas y los carteles de festivales masivos. Además de las cuatro bandas nombradas anteriormente, otras también alcanzarían el estrellato mediante hits radiales. Supergrass sonaría con Alright, Elastica con Connection y The La’s con There She GoesTal sería el éxito del britpop que The Verve cambiaría el estilo neo psicodélico y con inspiración shoegaze de su primer disco por un giro hacia un pop hímnico de guitarras ambientales en Northern Soul (1995) y en su obra cumbre, Urban Hymns (1997).

Pero, a pesar del éxito de todas estas bandas, nada es eterno. El britpop, como fenómeno comercial, perdió fuerza por diferentes factores que coincidieron con el final de la década de los 90. Por un lado, tenemos la disolución de varias bandas y el cambio de estilo de otras. Suede, Pulp y Elástica no sobrevivirían a los 2000, mientras que Oasis jamás lograría el éxito de sus álbumes noventeros. Blur, en tanto, después de su disco homónimo giraría hacia un pop más refinado que alcanzaría su final con Think Tank (2003).

Por otro lado, el despegue comercial de Radiohead con el ambicioso Ok Computer (1997) abriría un paradigma nuevo en que se puede ser artístico y vender millones de discos a la vez. A su vez, el fenómeno de Radiohead renegaría de toda influencia britpop a partir de ese lanzamiento. También puede ser considerado un factor el auge de estrellas pop bailables, ligadas a la música electrónica y el rap. De la misma manera, el fenómeno de las boy/girl bands irrumpió en el terreno comercial como un nicho atractivo para las disqueras.

Finalmente, el britpop muere aplastado por la maquinaria comercial que lo llevó a su auge. Como movimiento juvenil fue valioso su aporte a dar una identidad a una Inglaterra en cambio, con una juventud sedienta de experiencias nuevas que antes fueron negadas por el conservadurismo de los ochentas. Por el lado musical, el britpop inspiró a una nueva camada de bandas británicas como Keane, Coldplay y Kasabian, renovando la fórmula de la canción pop de guitarras como sello comercial. No obstante, esta generación no llegó a establecerse con el andamiaje que hizo al britpop marcar los noventa.

10 discos fundamentales:

Suede – Suede (1992)
Blur – Parklife (1994)
Oasis – (What’s The Story?) Morning Glory (1995)
Pulp – Different Class (1995)
Elastica – Elastica (1995)
Supergrass – I Should Coco (1995)
Manic Street Preachers – Everything Must Go (1996)
The Charlatans – Tellin’ Stories (1996)
Kula Shaker – K (1996)
The Verve – Urban Hymns (1997)

 

 

 

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